Dimisiones virtuales

Las vacaciones escolares son un buen momento para destituir y aceptar dimisiones en el Ministerio de Educaci¨®n. Esperanza Aguirre sabe que es cuando menos ruido hacen, aunque ella siempre ha reivindicado sin ning¨²n tipo de complejos su libertad para elegir colaboradores. "La ministra est¨¢ en el cargo temporalmente. No s¨¦ por qu¨¦ sus colaboradores habr¨ªan de estarlo de por vida", ha dicho en alguna ocasi¨®n.La salida de Garc¨ªa Garrido se producir¨¢ en fechas similares a la de Fernando Tejerina, destituido como secretario de Estado de Universidades el 11 de julio del a?o pasado. Esta destituci¨®n acarre¨® las dimisiones de Alfonso Fern¨¢ndez-Miranda, director general de Ense?anza Superior, y Juan Roca, secretario general del Consejo de Universidades, que, a su vez hab¨ªa sustituido a Francisco Michavila tras su dimisi¨®n, el 26 de febrero de 1997, por desacuerdos con la pol¨ªtica del ministerio.

Los sustitutos de Tejerina, Manuel Jes¨²s Gonz¨¢lez, y de Roca, Rafael Anes, han dejado ver informalmente que est¨¢n deseando dejar sus puestos. Se trata de dimisiones virtuales, que no se han plasmado ni por escrito ni ante quien corresponde, pero son muchos los interlocutores que han tenido ocasi¨®n de o¨ªrlas como sinceras expresiones de deseos.

Aunque sus relaciones con Esperanza Aguirre y sus colaboradores no son precisamente fluidas, ambos han negado rotundamente a este peri¨®dico que tengan intenci¨®n de dimitir. "No he pedido que me destituyan ni he presentado mi dimisi¨®n", precis¨® ayer Rafael Anes, quien, no obstante, reconoci¨® que le har¨ªa feliz volver a su c¨¢tedra en la Universidad de Oviedo.

Pero las dimisiones virtuales del ¨¢rea de Universidades no son las ¨²nicas que han flotado en el Ministerio de Educaci¨®n. El propio Eugenio Nasarre, secretario general de Educaci¨®n, que no fue elegido por Aguirre, sino que fue fichado personalmente por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ha presentado varias veces su dimisi¨®n a la ministra, que no se la ha aceptado.

Entre sus principales divergencias destaca la estrategia sobre el plan de humanidades, que Nasarre hubiera preferido limitar al ¨¢mbito de las comunidades gestionadas por el MEC para evitar de este modo los conflictos auton¨®micos que acabaron bloqueando el proyecto inicial.