Cutrez
La direcci¨®n del PSPV-PSOE pretende ser tan aparentemente neutral, tan tremendamente exquisita en el proceso de primarias que su comportamiento bordea la hipocres¨ªa, cuando no la cutrez. Ya no se trata de que Joan Romero tenga una chaqueta de quita y pon, seg¨²n m¨¢s convenga: "Ahora soy secretario general y acudo a la reuni¨®n del grupo parlamentario, ahora soy candidato a las primarias y me abstengo de participar en la permanente de mi partido". Ni tan siquiera que, de acuerdo con sus obligaciones como m¨¢ximo dirigente de los socialistas valencianos y con cargo a los fondos del partido, se haya trillado todas las comarcas para explicar lo mal que lo ha hecho el PP desde que lleg¨® a la Generalitat. Alguna ventaja debe extraer de su sant¨ªsima dualidad, que no todo tienen que ser sinsabores. Cuesti¨®n distinta es, sin embargo, que en aras de un puritanismo hip¨®crita la organizaci¨®n del PSPV no haya previsto ni una sola peseta para financiar la campa?a de las primarias a cuenta de Dios sabe qu¨¦ excusas. Un partido que va a adquirir una nueva sede por valor de 500 millones y que acaba de subir el sueldo de sus bur¨®cratas en un porcentaje nada despreciable, dif¨ªcilmente puede esconderse en argucias presupuestarias para no consignar una cantidad con la que los candidatos puedan hacer frente a los gastos que genera una campa?a de estas caracter¨ªsticas. La desidia, por no utilizar un calificativo m¨¢s grueso, del ¨¢rea de organizaci¨®n de los socialistas valencianos puede generar una din¨¢mica absolutamente indeseable y antidemocr¨¢tica. Aquella que hace posible que los candidatos con m¨¢s recursos econ¨®micos propios dispongan de m¨¢s medios para su campa?a, como es el caso de Agust¨ªn Navarro, aspirante a la alcald¨ªa de Benidorm. La inexistencia de un presupuesto y de una limitaci¨®n en los gastos de campa?a atenta contra las m¨¢s elementales normas electorales e, insisto, democr¨¢ticas. Joan Romero, tan pulcro en su aparente distanciamiento, deber¨ªa tomar la iniciativa de reunir a los otros dos candidatos para solventar esta anormalidad. El mantenimiento de la actual situaci¨®n es, sencillamente, cutre.
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