Milutinovic, un hombre orquesta
El seleccionador de Nigeria ejerce de relaciones p¨²blicas y de traductor
Llueve con fuerza en la regi¨®n de Oise, a 80 kil¨®metros de Par¨ªs, y un pu?ado de periodistas se empapa a las puertas del hotel medieval que acoge a la selecci¨®n de Nigeria. Los periodistas aguantan literalmente el chaparr¨®n hasta que alguien se toma la molestia de venir a abrirles. ?De qui¨¦n se trata? De Bora Milutinovic, naturalmente, el t¨¦cnico yugoslavo que entrena a Nigeria, y que ejerce, por el mismo precio, de traductor y relaciones p¨²blicas de esta selecci¨®n, entre otras funciones. "Les pido disculpas", comenta el t¨¦cnico serbio en varios idiomas al tiempo que gu¨ªa a los invitados por las intrincadas escaleras y habitaciones del Chateau de Bellinglise.Ubicados ya en una desvencijada habitaci¨®n, Milutinovic asume nuevas funciones. "Primero hablo yo y despu¨¦s los jugadores. ?Qu¨¦ jugadores quieren? ?Ikpeba, Kanu, ...? Bien, ahora los aviso". Habla indistintamente en espa?ol, ingl¨¦s y franc¨¦s. Se encarga incluso de traducir las preguntas de un idioma a otro.
Milutinovic, de 57 a?os, gafas oscuras enormes, piernas cortas y patillas largas, es, por encima de cualquier otra cosa, un superviviente: llega a su cuarto Mundial consecutivo sentado en un banquillo. Previamente lo hizo con M¨¦xico, Costa Rica y Estados Unidos. Y esta vez quiz¨¢ sea la que m¨¢s quema. Tiene un mot¨ªn a bordo dirigido por algunas de las estrellas (Amokachi, West, Kanu y Okocha), pero Milutinovic no se arredra: est¨¢ convencido de que volver¨¢ a salir a flote. Ya le salv¨® la campana el martes: muri¨® el dictador de Nigeria, Sani Abacha, que estaba decidido a destituirle siguiendo los consejos de los amotinados. "El presidente era el hincha n¨²mero uno del equipo, pero hablemos de otra cosa", dijo ayer el seleccionador, sabedor de que pisaba terreno minado. ?Pero no teme que lo destituyan? "Soy entrenador y s¨®lo les deseo mucha suerte a todos ustedes", respondi¨®.
Milutinovic ha sido, pues, arrinconado por parte de sus hombres, pero a¨²n le quedan aliados. No est¨¢ solo: ayer sali¨® en su defensa el jugador de M¨®naco Victor Ikpeba, que ha exonerado al entrenador de los malos resultados y ha apuntado hacia otro lado: algunos de sus compa?eros, aquellos que se incorporaron tarde a la concentraci¨®n del grupo y que han retrasado la conjunci¨®n del mismo (Amokachi, West, Kanu, Babangida, ...). O sea, los mismos que piden la cabeza del t¨¦cnico. "S¨¦ que algunos de mis compa?eros est¨¢n enfadados conmigo, pero no me importa: lo importante es ganar el s¨¢bado a Espa?a y hacerlo por Bora , por el pueblo y por el presidente", declar¨® Ikpeba.
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