La generaci¨®n de 1961
Los programas del Plural Ensemble, fundado y dirigido por Fabi¨¢n Panisello (Buenos Aires, 1963), son siempre interesantes, demasiado extensos y portadores de novedades. El mi¨¦rcoles se juntaron y contrastaron p¨¢ginas de estreno absoluto con t¨ªtulos de dos grandes cl¨¢sicos de la modernidad: Var¨¨se, con Octandre (1924), y Sch?nberg con La sinfon¨ªa de c¨¢mara (1906) en la reducci¨®n instrumental de Webern.En primera audici¨®n absoluta conocimos Tres preludios arcaicos, para tuba, del argentino Juan Mar¨ªa Solare, una clara demostraci¨®n de dominio composicional e instrumental. El segundo tr¨ªo de Panisello, para piano, viol¨ªn y violonchelo, encierra la dificultad de trabajar lo moderno sobre una materia prima tan cl¨¢sica como el tr¨ªo. Entonces la novedad ha de residir en lo sustancial, en el pensamiento que determinar¨¢ el lenguaje y los procedimientos.
Plural Ensemble
Director: F. Panisello. Obras de Solare, Orts, Vallejo, Dozza, Panisello, Sch?nberg y Var¨¨se. Museo Thyssen-Bornemisza. Madrid, 10 de junio.
Bruno Dozza (1965) es milan¨¦s, y su Preludio a la luna, para 11 instrumentos, es una creaci¨®n sutilmente po¨¦tica y misteriosamente nocturnal; parece evocar algo inconcreto y, seg¨²n el autor, procede de un proyecto vocal-instrumental no realizado que combinaba la po¨¦tica de Leopardi y la del caribe?o Derek Walcott. Lo que se nos presenta suena como el eco de aquella primera intenci¨®n, y en la exactitud de sus proporciones y la precisa dosificaci¨®n de elementos de vario g¨¦nero cuaja en algo verdaderamente fascinante.
Dos espa?oles estrenaron los encargos recibidos del Centro de Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea: el valenciano Jos¨¦ Antonio Orts (1955) y el madrile?o Polo Vallejo (1959). El primero en Zenis, para flauta, clarinete y percusiones, cuyo discurso interrelacionado y variativo sugiere ideas de orden vocal dentro de su extremada abstracci¨®n. Polo Vallejo se inspira en la antigua forma del Hoquetus, que considera vigente en ciertas polifon¨ªas de Tanzania. De este juego entre las fuentes de ayer y el esp¨ªritu actual, entre lo europeo y lo extraeuropeo, surge una totalidad coherente y personal que da a M¨ªmesis 9 unos atractivos que el p¨²blico recibi¨® con evidente complacencia.
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