De otro tiempo
Hay algo enga?oso en esta pel¨ªcula de otro tiempo, que habla de personajes en el ocaso, en ese caer la tarde de la vida. Deber¨¢ el espectador estar atento para no caer, por pura costumbre, en la l¨®gica del cine criminal, seg¨²n la cual la trama principal, el delito, es la que conduce toda la narraci¨®n. A diferencia de lo que ha ocurrido siempre en el g¨¦nero, en Al caer el sol la parte de corte criminal -un chantaje que deviene en asesinatos m¨²ltiples-, es subsidiaria de la que en verdad interesa, la exploraci¨®n de los sentimientos de un pu?ado de maduros y espl¨¦ndidos personajes terminales a quienes salpican las tales muertes.Que para Robert Benton, un cineasta pulcro, a veces un poco blando, aunque siempre con el Norte orientado hacia la mejor tradici¨®n narrativa, el juego sentimental entre los int¨¦rpretes est¨¢ muy por encima de la estructura gen¨¦rica, lo deja de manifiesto el mimo con que escribi¨® los di¨¢logos entre ellos, el cuidado con que construye la historia amorosa sin futuro posible, lo reverencial que se muestra su c¨¢mara a la hora de mostrarlos en acci¨®n. Es ah¨ª donde reside el inter¨¦s del filme, previsible desde el punto de vista del suspense criminal, pero delicado cuando afronta el enredo sentimental. Un enredo, adem¨¢s, con lectura extra: hacer del gran Paul Newman y de la no menos grande Susan Sarandon -?qu¨¦ mirada impresionante se le ha puesto a esta mujer con los a?os, qu¨¦ abismos se esconden tras sus pupilas!- los polos de esa historia es cargar de connotaciones entra?ables la funci¨®n.
Al caer el sol
Twilight. Direcci¨®n: Robert Benton. Gui¨®n: R. Benton y Richard Russo. Fotograf¨ªa: Piotr Sobocinski. M¨²sica: Elmer Bernstein. Producci¨®n: Arlene Donovan y Scott Rudin para Paramount Pictures. EE. UU, 1997. Int¨¦rpretes: Paul Newman, Susan Sarandon, Gene Hackman. Estreno en Madrid: Colombia, Cristal, Vel¨¢zquez, Vaguada, Victoria, Luchana, Bellas Artes, Gran V¨ªa, Canciller, Ode¨®n, Aluche, Ciudad Lineal, Liceo, Espa?a.
Es recordarnos con admiraci¨®n el propio ocaso del impresionante gal¨¢n que fue Newman, que a sus 73 a?os sigue en la brecha; es mostrarnos de qu¨¦ manera espl¨¦ndida envejece la m¨¢s seductora de las actrices contempor¨¢neas americanas. Es, en fin, un homenaje extraordinario a unos actores inigualables en medio de los cuales se cuela el talento de Gene Hackman.
Memoria en movimiento
Lo dem¨¢s es m¨¢s objetable, pero en todo caso no molesta. Que la trama es, ya est¨¢ dicho, predecible no obsta para que se aprecie la coherencia de su construcci¨®n. Que Benton no es uno de los grandes, un Scorsese, un Eastwood, un Coppola, lo sabemos todos; pero su oficio no desmerece en absoluto al de sus ilustres colaboradores.Y, en fin, la pel¨ªcula se ve con gusto, incluso con ese punto de nostalgia imposible de obviar cuando lo que vemos en la pantalla es sencillamente nuestra memoria en movimiento; lo que fuimos y, como Paul Newman, como todos ellos, tambi¨¦n en lo que, como espectadores, nos hemos ido convirtiendo.
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