El valor de lo vulgar
Cuando, desde el punto de vista de la conservaci¨®n, se habla de las aves, pocos son los especialistas que se plantean cual es la poblaci¨®n espa?ola de gorriones, en qu¨¦ situaci¨®n se encuentra el jilguero o qu¨¦ zonas registran un descenso en el n¨²mero de golondrinas. La abundancia de estas especies las convierte en vulgares, poco necesitadas de atenci¨®n, y, sin embargo, de muchas de ellas se sospecha que han sufrido disminuciones importantes y est¨¢n sometidas a las mismas amenazas que hipotecan el futuro de sus parientes m¨¢s escasos. Aunque no requieran de una observaci¨®n preferente, la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO) inici¨® en 1996 un programa de seguimiento de aves comunes que el pasado a?o se aplic¨® en los alrededores de Madrid, Le¨®n, Sevilla, Valencia y Vitoria, cubriendo un radio de 100 kil¨®metros en torno a estas ciudades. Si bien los datos aportados por los voluntarios que han participado en el programa s¨®lo corresponden a un territorio de 14.100 km2 (apenas un 3 % de la superficie nacional), de ellos se han podido extraer algunas conclusiones. As¨ª, la especie m¨¢s abundante en las ¨¢reas muestreadas ha resultado ser el gorri¨®n com¨²n, seguido del vencejo com¨²n, el estornino negro, la golondrina com¨²n, la cogujada com¨²n, el verdecillo com¨²n, el jilguero y el triguero. Las m¨¢s extendidas, por su presencia en un mayor n¨²mero de puntos de observaci¨®n, son pr¨¢cticamente las mismas, aunque el orden varia. 150 especies En total se detect¨® la presencia de unas 150 especies diferentes, de las que 40 fueron observadas en m¨¢s de la mitad de las zonas analizadas. Solo 11 especies fueron observadas en un n¨²mero superior a los 1.000 individuos. Los especialistas de la SEO advierten, en el documento de conclusiones, que los diferentes listados que se han elaborado gracias a este programa, aunque de gran valor orientativo, "s¨®lo reflejan un estado puntual de las poblaci¨®n de las aves en las ¨¢reas muestreadas, y no tienen por qu¨¦ ser representativos de la situaci¨®n de estas especies en toda Espa?a". Adem¨¢s, a?aden, a pesar de presentarse como las m¨¢s abundantes o m¨¢s ampliamente distribuidas, "esta situaci¨®n no implica que el estado de conservaci¨®n de estas aves sea bueno, ya que podr¨ªan estar en aumento o disminuci¨®n, como se ha puesto de manifiesto en otros pa¨ªses europeos con programas de seguimiento establecidos desde hace d¨¦cadas". La SEO conf¨ªa en extender la cobertura del programa durante los pr¨®ximos a?os. De esta manera podr¨¢n detectarse cambios interanuales en las poblaciones y reclamar, en funci¨®n de los mismos, medidas de conservaci¨®n para aquellas especies que se encuentren en regresi¨®n. Aunque aparentemente no sea el medio m¨¢s adecuado, las ciudades y su entorno re¨²nen a un buen n¨²mero de aves consideradas comunes. Las m¨¢s abundantes, como el gorri¨®n o la paloma dom¨¦stica, est¨¢n perfectamente adaptadas al medio urbano. Este grupo suma alrededor de media docena de especies que se comportan como omn¨ªvoras, recibiendo, adem¨¢s, alimento extra de los ciudadanos. Ascendiendo cinco o diez metros sobre el nivel del suelo, el n¨²mero de aves urbanas aumenta. En Sevilla capital se calcula que entre 15 y 20 especies viven de forma regular en los tejados, azoteas, torres, espada?as, balcones, ventanas y cornisas. En este caso se trata de individuos que se alimentan de insectos o de la vegetaci¨®n oportunista que coloniza las partes m¨¢s elevadas de los edificios, adem¨¢s de visitar las ¨¢reas no urbanizadas de la periferia. Algunas de estas aves son sedentarias, como los estorninos, y otras migradoras primaveras, como el avi¨®n com¨²n, la golondrina, la cig¨¹e?a blanca o el vencejo. En los parques y jardines la poblaci¨®n de aves se incrementa de forma espectacular y, as¨ª, en zonas verdes de C¨®rdoba y Sevilla se han contabilizado cerca de treinta especies diferentes. Los efectivos de este grupo animal siguen creciendo conforme nos alejamos del centro de la ciudad. La monograf¨ªa sobre medio ambiente urbano editada por la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, se?ala que determinados espacios de las ciudades andaluzas "est¨¢n cumpliendo una funci¨®n importante como zonas de invernada y descanso para un gran n¨²mero de especies de aves, algunas de ellas amenazadas y protegidas, hasta el punto de que se encuentran m¨¢s especies migradoras e invernantes (entre 50 y 80) que reproductoras (de 10 a 20), constituyendo enclaves de alto valor natural¨ªstico".
A vista de p¨¢jaro
A diferencia de otros animales, las aves, m¨¢s que diferenciar los elementos concretos que componen el ecosistema en donde habitan, captan la estructura global que resulta de integrar todas esas piezas. De este modo, para un ave, la ciudad se presenta como un medio en el que se mezclan masas rocosas (edificios y manzanas) hendidas por una red de gargantas (calles y avenidas) con abruptos acantilados (fachadas) en los que son frecuentes huecos y cornisas apropiadas para nidificar. Intercalados aparecen bosques de espesura y tama?o variables (parques, jardines, calles y plazas arboladas) y, hacia el extraradio, espacios abiertos en los que suele abundar la vegetaci¨®n herb¨¢cea (cultivos y descampados). Algunas especies est¨¢n perfectamente adaptadas a este peculiar ecosistema. El caso m¨¢s llamativo es el del gorri¨®n com¨²n: su asociaci¨®n con el medio urbano es tan ¨ªntima que su distribuci¨®n se limita a las zonas habitadas por el hombre, desapareciendo cuando ¨¦ste las abandona. Otras especies aprovechan de forma pasiva las estructuras que la ciudad les ofrece, instalando en ellas sus nidos, pero aliment¨¢ndose en otras zonas no espec¨ªficamente urbanas. Existe un tercer grupo de aves cuya presencia est¨¢ condicionada a la existencia de espacios seminaturales que explotan de forma similar a los ecosistemas originales. La proliferaci¨®n de estas especies viene determinada por el n¨²mero, extensi¨®n y gesti¨®n de jardines, parques y zonas h¨²medas. La lechuza, uno de los pocos depredadores t¨ªpicamente urbanos, suele instalarse en estas islas de vegetaci¨®n, y su presencia, que a¨²n resulta sorprendente a algunos ciudadanos, est¨¢ justificada por la abundancia de roedores y las escasas interferencias con el hombre debido a sus h¨¢bitos nocturnos.
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