Pel¨ªcula c¨®ctel
Viendo Ellas se ve tanto el andamio de su elaboraci¨®n que produce la impresi¨®n de ser una pel¨ªcula formularia en sentido literal, de proceder en l¨ªnea recta de una f¨®rmula, de una mescolanza mec¨¢nica de ingredientes en dosis calculadas y filmadas en celuloide de celof¨¢n. Bisuter¨ªa cinematogr¨¢fica de dise?o. Pel¨ªcula c¨®ctel.El ingrediente b¨¢sico son unos pocos arquetipos de mujeres maduras, en zona de tr¨¢nsito hacia la etapa final de la vida, pero todav¨ªa dotadas para sacarle el jugo a ¨¦sta. Se enuncian los modelos: ajetreada periodista necesitada de hogar, madre vividora de hija que no sabe vivir, dama que se la juega con un jovencito, ejecutiva harta de hombres ve abrirse paso en ella el amor a otra mujer.
Ellas Direcci¨®n: Luis Galv?ao Teles
Gui¨®n: Galv?ao Teles y Don Bohlinger. Fotograf¨ªa: Alfredo Mayo. M¨²sica: Alejandro Mass¨®. Decoraci¨®n: V¨¦ronique Sacrez. Portugal-Espa?a-Luxemburgo-B¨¦lgica-Suiza, 1998. Int¨¦rpretes. Carmen Maura, Miou-Miou, Marisa Berenson, Marthe Keller, Guesch Patti, Amparo Mu?oz, Joaquim de Almeida. Estreno en Madrid: cines Callao, Roxy, Vergara, Victoria, Canciller y (en V. O.) Renoir Cuatro Caminos y Renoir Plaza de Espa?a.
Se cortan estos arquetipos para ajustarlos, como ropa a medida, a hermosas actrices de alrededor de 50 a?os: Carmen Maura, Marthe Keller, Miou Miou, Marisa Berenson, Guesch Patti, Amparo Mu?oz. Se pone en contrapunto alg¨²n toque de gal¨¢n maduro que haga juego con el esplendoroso regalo. Se echa en el recipiente una gota de aroma bu?ueliano en conserva y una guinda de distancia mundana a lo Oliveira. Y el europudding, tras agistarse en la coctelera de una moviola d¨®cil, queda servido, apto para pasar de largo, sin dejar ni una huella, por las tragaderas de los cines, en busca de llenar con su oquedad huecos del vac¨ªo de las televisiones, antes de volver al territorio del olvido, de donde procede.
Con estas actrices puede hacerse, si se tiene a mano la percha argumental adecuada y la sagacidad para que sean ellas quienes cuelguen ah¨ª su propia piel, un bello espect¨¢culo. Pero en este mejunje, con ambiciones inconclusas de comedia grave, en que las han metido juntas, pasan inadvertidos sus talentos. La inanidad del recipiente diluye cuanto se mete en ¨¦l.
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