Scholes alumbra el estreno ingl¨¦s

No escap¨® Inglaterra al gui¨®n del Mundial en su primera fase. Una falta, un gol, un triunfo asegurado y a administrar el marcador a la espera del segundo partido. Al equipo de Hoddle le dio tiempo ayer todav¨ªa a un segundo tanto en el descuento, en un remate excepcional de Scholes, un futbolista que llen¨® el partido por s¨ª solo. Pero el encuentro tuvo un contenido muy visto en el torneo. M¨¢s que en la cancha, las diferencias entre los equipos grandes y peque?os se resuelven en el ¨¢rea. Quien tiene pegada gana, as¨ª de simple. Inglaterra cuenta con Shearer, un ca?onero que se sirvi¨® de un cabezazo para expresar la jerarqu¨ªa de su equipo frente a T¨²nez. Los partidos acostumbran a durar justamente el tiempo en que el ariete de la selecci¨®n favorita tarda en meter el gol. Una vez Shearer le gan¨® la acci¨®n a Trabelsi en el salto y cabece¨® a la red, el cuento se acab¨®.Hasta entonces hubo que aguardar una media hora de f¨²tbol intranscendente. Fue un largo rato que alcanz¨® para ver a T¨²nez. Ten¨ªa raz¨®n el polaco Kasperczak cuando anunci¨® que la generaci¨®n de futbolistas que ahora manejaba no estaba a la altura de la que hace 20 a?os, en su ¨²nico precedente en la competici¨®n, logr¨® la primera victoria de un equipo africano - 3-1 a M¨¦xico- en el Mundial de Argentina.

A T¨²nez s¨®lo le falt¨® remate para reforzar su tarea. Fue una buena selecci¨®n en el juego de transici¨®n, gustosa de los apoyos en corto, y un grupo esmerado en la defensa de su parcela. Tuvo que recurrir con cierta frecuencia a las faltas t¨¢cticas, pero no se dej¨® ganar f¨¢cilmente la espalda, y cuando sali¨® con la pelota atrap¨® el ¨¢rea con sentido. Una vez dibujado el marco, sin embargo, le pelota se le iba a las gradas, a las bandas, nunca entre los tres palos. Inglaterra tard¨® demasiado rato en presentarse. La lectura de la alineaci¨®n hab¨ªa provocado cierta decepci¨®n. Dir¨ªase que con Hoddle, el que fuera uno de los futbolistas m¨¢s latinos en el f¨²tbol ingl¨¦s, los espectadores extranjeros de la Liga inglesa aguardan a que en cada partido jueguen futbolistas como Owen, McManaman o Beckham. Ninguno de los tres estuvo en el equipo titular, pero la Inglaterra de Hoddle ratific¨® un mayor gusto por el juego. Ya no patea el bal¨®n sino que toca la pelota. No fue la suya una exhibici¨®n, pero bast¨® un cuarto de hora para alimentar la esperanza.

Scholes estuvo inmenso durante ese rato. Tuvo presencia y llegada. No s¨®lo fue un buen conductor, resguardado por Ince, sino que se mostr¨® h¨¢bil y rematador. Ouaer, el mejor del partido, le amarg¨® la tarde hasta el descuento, cuando el din¨¢mico medio del Manchester United, enganch¨® un remate con efecto que puso un buen ep¨ªlogo a la contienda.

No hubo muchas m¨¢s noticias en el destape ingl¨¦s, un equipo que ha cuidado su preparaci¨®n en la intimidad, salvo que Shearer mantiene intacto su olfato goleador

En partidos en que las ocasiones de gol son muy escasas, el acierto de los arietes resulta determinante. T¨²nez dispuso de alguna opci¨®n, pues los medios buscaron las cosquillas a Adams, pero nunca tuvieron punter¨ªa para suerte del grupo de Hoddle, dispuesto a responder al papel de favorito.