Una inversi¨®n sustancial en educaci¨®n
La inversi¨®n en educaci¨®n es fundamental y, a juzgar por los datos oficiales, se ha registrado un sustancial avance. Aunque la deserci¨®n escolar es alarmante (el 50% de los alumnos, fundamentalmente en primaria) las matr¨ªculas en educaci¨®n b¨¢sica crecieron dos veces m¨¢s que la media nacional durante los ¨²ltimos cuatro a?os. ?Se logr¨® en ese periodo tener el programa de obras m¨¢s importante del pa¨ªs: cerca de 10.000 aulas. En 1994 hab¨ªa 3.000 maestros y agentes educativos, y en estos momentos tenemos 53.000, y de 8.000 escuelas se ha pasado a 14.500?, destaca Melba Pr¨ªa, delegada en Chiapas de la Secretar¨ªa (ministerio) de Educaci¨®n P¨²blica, que aplica un programa especial en el convulso escenario mexicano. ?Trabajamos much¨ªsimo en la zona de conflicto?. Razones hay de sobra para acelerar la docencia en esta esquina de M¨¦xico, donde el 27% de la poblaci¨®n entre los 6 y los 14 a?os no sabe escribir.
En Chiapas se habla tzeltal, tzotzil, chol, tojolabal, zoque, kanjobal, mame, zapoteco y jacalteco, y el 32,2% de 760.000 ind¨ªgenas no habla espa?ol. ?C¨®mo es posible escolarizar a los ni?os de familias que viven en casas aisladas en las monta?as? La funcionaria, muy joven, manifiestamente entusiasmada con su trabajo, dice que primero se extendieron los cursos en las comunidades grandes, con m¨¢s de 500 habitantes y m¨¢s ni?os; despu¨¦s se cerr¨® la pinza con las comunidades menores de 100 habitantes, con dos, tres o hasta quince ni?os. ?A veces?, dice uno, ?abrimos este a?o 1.000 escuelas y s¨®lo fueron 12.000 o 15.000 alumnos m¨¢s. Eso da idea del tipo de escuela que est¨¢s abriendo?.
La alta deserci¨®n escolar es consecuencia de los problemas econ¨®micos de las familias, que ponen al ni?o a trabajar, de las carencias en la nutrici¨®n o derivadas del entorno en que viven. Y otra dificultad a?adida es que los ni?os de Chiapas son los m¨¢s peque?os del pa¨ªs, no llegan a la escuela a los seis a?os, sino a los ocho, desde cero, y eso trastoca su formaci¨®n. ?Pero, de todas formas, las escuelas que hemos abierto, por peque?as que sean, son las primera escuelas en la historia de esas comunidades?.
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