Entre tinieblas

Entre Lampedusa, Cervantes, Shakespeare, los juristas italianos y la "subnormalidad" del baloncesto como deporte, Rafael P¨¦rez Escolar pudo hacer el discurso que hab¨ªa preparado durante largos meses. Y aquellas cosas que olvid¨® introducir a la primera, pudo completarlas m¨¢s tarde. Varias veces se le oy¨® decir: "?Ah, y tambi¨¦n quiero decir...!"Los magistrados Siro Garc¨ªa, Antonio D¨ªaz Delgado y Jos¨¦ Antonio Chocl¨¢n le siguieron, durante la primera parte, con atenci¨®n. Sonrieron varias veces. Y tambi¨¦n, todo hay que decirlo, el ex juez P¨¦rez Escolar arranc¨® de Siro Garc¨ªa la primera defensa del fiscal en todo el juicio, desde el pasado 1 de diciembre. Fue cuando P¨¦rez Escolar le contest¨® de mala manera: "Se?or fiscal cuando digo no es no, y no me vuelva a preguntar". El presidente le dijo que, seg¨²n las normas, la acusaci¨®n puede repreguntar.

P¨¦rez Escolar resumi¨® en un discurso bic¨¦falo la carga de artiller¨ªa: contra Alfredo S¨¢enz, presidente de Banesto, y contra el Banco de Espa?a. Prometi¨® describir los sueldos de los actuales administradores en una especie de vidas paralelas con la de los anteriores. Habl¨® del sueldo de S¨¢enz, 300 millones, m¨¢s incentivos millonarios, pero olvid¨® decir lo que ganaba Mario Conde, casi el doble y, todav¨ªa bastante m¨¢s en algunos ejercicios. Nada brillantes para el banco a juzgar por las cifras reales. Tras el discurso de ataque, fue la candidez y el estilo casi industrioso del fiscal L¨®pez Sanz lo que introdujo precariedad en la versi¨®n del acusado.