Alemania y Espa?a acent¨²an su enfrentamiento por la financiaci¨®n futura de la Uni¨®n Europea

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea (UE) dieron ayer el pistoletazo de salida a la batalla sobre la financiaci¨®n del presupuesto comunitario en el per¨ªodo 2000-2006. Alemania, cabeza de los ricos contribuyentes netos, y Espa?a, de los pobres, radicalizaron su enfrentamiento. El primer zafarrancho acab¨® en empate jur¨ªdico. Pero el canciller Helmut Kohl sac¨® ventaja pol¨ªtica y medi¨¢tica al lograr que su reivindicaci¨®n de rebajar la contribuci¨®n financiera alemana conste en la declaraci¨®n final de la cumbre comunitaria de Cardiff. El presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, logr¨® incluir la reclamaci¨®n contraria: que los m¨¢s ricos paguen m¨¢s.

El canciller apareci¨® como el sonriente ganador de la cumbre, aunque no hubo derrotados. Kohl hab¨ªa anunciado el martes que pretend¨ªa endurecer el borrador de las conclusiones y a?adir su reivindicaci¨®n de que ?el reparto de cargas (financieras) debe ser m¨¢s equitativo?. Logr¨® introducirla, reforzando la frase que solemnizaba que algunos Gobiernos ?han reclamado la creaci¨®n de un mecanismo para corregir los desequilibrios presupuestarios?. Un mecanismo a imagen y semejanza del cheque brit¨¢nico (devoluci¨®n de dos tercios del saldo neto o diferencia entre lo que aporta al presupuesto com¨²n y lo que recibe de ¨¦l), que reclama para s¨ª la banda de los cuatro, Alemania, Austria, Holanda y Suecia. El endurecimiento triunf¨® tras un dur¨ªsimo forcejeo entre Kohl y el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El holand¨¦s Wim Kok escud¨® al canciller, y el portugu¨¦s Antonio Guterres flanque¨® al espa?ol.?Estoy contento porque se ha aceptado nuestro argumento de que la aportaci¨®n alemana es injusta?, por excesiva, sonri¨® Kohl tras el desenlace. ?No se trata de un asunto electoralista, sino de justicia, a otros pa¨ªses les ocurre lo mismo?, argument¨®. Y advirti¨®, con un dedo que apuntaba a Madrid: ?Oiremos amenazas de algunos pa¨ªses anunciando que bloquear¨¢n la ampliaci¨®n (al Este), pero eso no ocurrir¨¢?. ?Hemos puesto nuestras fichas en el tablero?, asinti¨® Kok, recordando que ?los cuchillos est¨¢n a¨²n en la funda, pero bien afilados?. Les apoyaron el belga Jean-Luc Dehaene y el luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker. La solemnidad de la ocasi¨®n -una cumbre-, el endurecimiento del texto, el arrastre medi¨¢tico de los ricos y el peso de Alemania dieron ventaja pol¨ªtica al canciller y sus aliados. Aunque el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, les dio una de cal y otra de arena: ?Francia no es favorable a una reducci¨®n de la aportaci¨®n alemana porque entra?ar¨ªa un aumento de la francesa, pero comprendo la posici¨®n de Kohl?.

Pero una cosa es la ventaja de partida y otra el resultado de llegada. Los textos recogen las reivindicaciones de los ricos, pero como registro notarial, seguido de la coletilla ?pero otros Estados miembros se oponen a ello?. De forma que, t¨¦cnicamente, se trata de un empate. Jur¨ªdicamente, pues, son tablas. Nadie se atrevi¨® a expulsar del texto la reivindicaci¨®n espa?ola -apoyada por Portugal- de modificar radicalmente el sistema de ingresos comunitarios ?por ejemplo, creando un recurso propio progresivo?, por el cual los m¨¢s ricos, en vez de rebajar su contribuci¨®n, pagar¨ªan mucho m¨¢s (ver EL PA?S del domingo). Nota tambi¨¦n matizada por la frase ?pero otros se oponen?.

Esta contrapropuesta se demostr¨® eficaz, a tenor de algunas hoscas reacciones. ?La posici¨®n alemana se ha visto contrariada por Espa?a y Portugal, con su propuesta de establecer un nuevo recurso?, lamentaba el ministro de Exteriores luxemburgu¨¦s, Jacques Poos. Pero, a diferencia de Alemania, que viene madurando e intoxicando con su reivindicaci¨®n desde hace un a?o y medio, y ha fraguado un frente de los ricos, la r¨¦plica sure?a ha llegado m¨¢s tarde. Se ha explicado menos. Y ni siquiera se ha concretado en un texto.

Postura espa?ola

?Espa?a mantiene y mantendr¨¢ su posici¨®n con toda solidez?, manifest¨® Aznar. O sea, negativa al techo m¨¢ximo de ingresos presupuestarios del 1,27% del PIB europeo por ser insuficiente para mantener los gastos de cohesi¨®n y los de la ampliaci¨®n al Este; negativa al cheque brit¨¢nico y a su extensi¨®n a otros pa¨ªses bajo la f¨®rmula del justo retorno ; defensa a ultranza del Fondo de Cohesi¨®n para los pa¨ªses pobres que han logrado acceder al euro. Pero el ministro alem¨¢n Theo Waigel ya empez¨® una nueva batalla, al anunciar que se propone mantener el techo del 1,27% ?hasta que todos los candidatos (del Este) se hayan convertido en miembros?.La rebaja en la contribuci¨®n alemana supondr¨ªa medio bill¨®n de pesetas anuales, que deber¨ªan aportar los dem¨¢s: a Espa?a le tocar¨ªan 60.000 millones. Y si se aplicase a los siete Estados que tendr¨ªan derecho te¨®rico, la factura ser¨ªa de dos billones de pesetas. ?C¨®mo se pagar¨ªan los gastos de la Uni¨®n?