Proyecto arbitrario

EL CONSEJO de Estado acaba de propinar un serio correctivo al proyecto de Ley de la Funci¨®n P¨²blica, redactado por el Gobierno para modernizar la Administraci¨®n. El dictamen critica aspectos medulares del proyecto y, por lo tanto, el hecho de que no descalifique globalmente el texto no es motivo de alivio para sus autores. Asegura el Consejo que el proyecto no establece con claridad cu¨¢l es el sistema de selecci¨®n de personal en la Administraci¨®n. Es ¨¦sta una indefinici¨®n grave cuando en el conjunto del pa¨ªs aparecen conectadas varias administraciones, principalmente la central y las auton¨®micas. Podr¨ªa darse el caso de que los funcionarios del Estado estuviesen sometidos a los r¨ªgidos procedimientos de acceso de una oposici¨®n mientras que en otras administraciones el acceso se consiguiera por sistemas de concurso o concurso-oposici¨®n. El riesgo de originar un caos administrativo es m¨¢s que evidente.En la misma l¨ªnea de indefinici¨®n se mantiene el proyecto cuando regula lo que se conoce como libre designaci¨®n y los ascensos en la carrera funcionarial . El dictamen recuerda al Gobierno que la libre designaci¨®n es una puerta abierta al nombramiento discrecional de los funcionarios, y que su aplicaci¨®n debe controlarse mediante un casu¨ªstica muy estricta. Es la misma discrecionalidad que acecha tras la falta de criterios para los ascensos por m¨¦ritos. Es verdad que los viejos sistemas de promoci¨®n administrativa eran lentos y desincentivadores, pero la aplicaci¨®n de otros sistemas no implica renunciar a normas comunes para todas las administraciones. Los criterios para seleccionar los m¨¦ritos de los funcionarios no deben resultar arbitristas.

De la lectura del dictamen se desprende que el Ministerio de Administraciones P¨²blicas ha sido incapaz de articular un esquema de la funci¨®n p¨²blica que cohesione la transparencia y la estabilidad de la Administraci¨®n tradicional con la flexibilidad que requiere un funcionariado m¨¢s moderno. La insistencia del Consejo en la discrecionalidad que late tras varios aspectos sustanciales del proyecto refuerza la sensaci¨®n de que el Ejecutivo ha pretendido m¨¢s salir del paso y garantizarse manos libres para la designaci¨®n de cargos que convencer a la opini¨®n p¨²blica de que por fin tendr¨¢ interlocutores capacitados y dispuestos en las ventanillas.