S¨®lo tres de cada diez mujeres que quieren trabajar encuentran un empleo remunerado en Euskadi

Aunque la participaci¨®n de la mujer en la sociedad cada vez es mayor, est¨¢ lejos de ser suficiente. El trabajo de las mujeres sigue siendo en gran parte no remunerado o est¨¢ peor pagado que el que realizan los hombres. Adem¨¢s, la consideraci¨®n social de las tareas que desarrollan es menor. El resultado es que s¨®lo tres de cada diez mujeres vascas que quieren trabajar tiene un empleo. El dato positivo es el mantenimiento de las cifras de actividad de las mujeres casadas, lo que conlleva un grado de autonom¨ªa econ¨®mica que les permite rebajar el riesgo de pobreza y exclusi¨®n.

?stas son algunas de las conclusiones del informe sobre la situaci¨®n de la mujer, correspondiente a 1997, que fue presentado ayer por la directora de Emakunde, Txaro Arteaga, ante la comisi¨®n de Derechos Humanos del Parlamento vasco. El documento repasa el grado de igualdad que mujeres y hombres alcanzan en ¨¢reas como la educaci¨®n y el trabajo. La poblaci¨®n de Euskadi asciende a 2.097.754 personas, de las cuales el 51% (1.070.711) son mujeres, y el 49% restante, (1.027.043) varones. Esto supone la existencia de 104 mujeres por cada 100 hombres. Los datos contenidos en el informe le sirvieron a Arteaga para concluir que, "aunque los roles sociales que mujeres y hombres desarrollan son igualmente necesarios para el mantenimiento de la vida y el progreso social, tambi¨¦n es cierto que el trabajo que realizan las mujeres tiene una consideraci¨®n social inferior". Resultados escolares Entre los aspectos m¨¢s esperanzadores que contiene el estudio para materializar una pol¨ªtica efectiva de igualdad de oportunidades destacan el aumento del nivel educativo de las mujeres, los mejores resultados escolares obtenidos por ¨¦stas y su mayor presencia en los estudios universitarios. Seg¨²n los datos de Emakunde, el nivel de instrucci¨®n de las mujeres vascas sigue siendo inferior al de los hombres. La mitad de las mujeres de 10 y m¨¢s a?os, un porcentaje ligeramente superior a los hombres, ha cursado estudios primarios, mientras que la tasa de f¨¦minas sin estudios o analfabetas es tambi¨¦n superior al de los varones, alcanzando un 14%. Sin embargo, los resultados de las chicas en la ense?anza infantil, primaria y secundaria son mejores que los de los chicos. A pesar de estos buenos resultados, la alumnas siguen eligiendo las ramas profesionales consideradas tradicionalmente como "femeninas", dedicadas al ¨¢rea administrativa y al cuidado de otras personas. Lo mismo ocurre en los estudios universitarios, aunque en los ¨²ltimos a?os se han constatado algunos cambios. Los estudios de tipo t¨¦cnico, principalmente las ingenier¨ªas, siguen dominadas por los hombres, pero las mujeres han incrementado su presencia en la Universidad, sobre todo en carreras como Medicina, Arquitectura, Educaci¨®n Social y Bellas Artes. En el campo del trabajo es donde las diferencias son m¨¢s notables y lo que marca la diferencia. El informe distingue entre el trabajo reproductivo o dom¨¦stico -el que se hace en el hogar, cuidando de los ni?os y ancianos y atendiendo la casa- y el productivo, el que se realiza fuera de casa y se materializa en un sueldo al final de mes. La mayor dedicaci¨®n de las mujeres al primer ¨¢mbito ha condicionado un peor nivel de su calidad de vida. En este sentido, Arteaga abog¨® por potenciar la red de servicios sociocomunitarios para que las mujeres est¨¦n m¨¢s liberadas y puedan trabajar fuera del hogar y no est¨¦n tan pendientes de cuidar a los familiares con m¨¢s carencias f¨ªsicas. Las mujeres dedican una media de 4,44 horas diarias a los trabajos dom¨¦sticos y cuidados de los hijos, es decir, cuatro veces m¨¢s que los hombres. En cuanto al trabajo productivo, la tasa de actividad de las mujeres en el ¨²ltimo trimestre de 1997 ascend¨ªa al 41,5%, lo que significa que 379.600 quer¨ªan trabajar. Sin embargo, s¨®lo tres de cada diez de ellas dispon¨ªan de un trabajo remunerado. El documento tambi¨¦n pone de manifiesto la desigualdad a la hora de las contrataciones. Cuatro de cada diez contratos temporales fueron para mujeres y ¨¦stas s¨®lo accedieron al 30% de los indefinidos. Asimismo, su participaci¨®n en los ¨®rganos de decisi¨®n pol¨ªtica es escasa, se quej¨® Arteaga: ocupan un 25% de los cargos. Por otro lado, el 44% de las 16.472 familias que el a?o pasado recibieron ayuda social de las instituciones ten¨ªan al frente a una mujer.