Situaci¨®n extrema
Espa?a se enfrenta a Paraguay en un partido donde la derrota supone la eliminaci¨®n
Un partido dram¨¢tico, en un clima desaforadamente tenso, frente a un rival poco valorado. En esta situaci¨®n poco conveniente se encuentra la selecci¨®n espa?ola para enfrentarse a Paraguay. Se necesita ganar o ganar. El empate todav¨ªa podr¨ªa tener alg¨²n sentido, pero a costa de depender de los resultados de los dem¨¢s y de acrecentar la sensaci¨®n de crisis que se vive en torno al equipo.Espa?a ha comenzado el Mundial con un esp¨ªritu negativo. Jug¨® mal contra Nigeria, pero ha jugado peor durante la semana de reflexi¨®n. En lugar de resolver problemas, se han a?adido dificultades. El equipo parece m¨¢s sometido que nunca a Clemente, que parece metido en una de sus habituales fases autodestructivas. Est¨¢ peleado con el mundo, en una huida hacia adelante que provoca demasiada ansiedad a su alrededor.
El partido no necesitaba del despecho de Clemente para tener un car¨¢cter crucial. La crispaci¨®n del seleccionador probablemente forme parte de su estrategia de motivaci¨®n. Sin embargo, esta vez su conducta resulta artificial. Nunca ha acudido la selecci¨®n a un Mundial en medio de un ambiente m¨¢s relajado. Si la derrota provoc¨® cr¨ªticas, es porque de esta materia est¨¢ hecho el f¨²tbol. La b¨²squeda de un adversario exterior -la prensa en este caso- puede tener un efecto boomerang. Si en otras ocasiones se ha generado un esp¨ªritu de adhesi¨®n en torno al seleccionador, en esta ocasi¨®n se advierte un problema de hast¨ªo. No se puede repitar tanto la estrategia sin que se produzca un efecto contrario al previsto. Porque el rival de la selecci¨®n es Paraguay, no los periodistas. Pero de Paraguay no se habla. Y no es una selecci¨®n desde?able.
Aunque inferior a Espa?a por tradici¨®n y calidad, Paraguay llega al partido en una situaci¨®n envidiable. Sin duda pretender¨¢ sacar ventaja de la confusi¨®n reinante en el equipo espa?ol. Probablemente acentuar¨¢ los rasgos que la definen: es un equipo combativo, con dos o tres magn¨ªficos defensas y con un caudillo peculiar, Chilavert. Es dif¨ªcil ver a un portero como la gran referencia de una selecci¨®n. Por lo general son especialistas que se convierten en venerables con el paso del tiempo. Pero Chilavert consigue contagiar su car¨¢cter abrasivo a los paraguayos.
Durante seis d¨ªas apenas se han producido referencias a Paraguay por parte de Clemente y de los jugadores. El desenfoque parece evidente porque el encuentro se juega en condiciones cr¨ªticas para la selecci¨®n espa?ola. Una derrota supondr¨ªa la eliminaci¨®n del Mundial, con el desprestigio consiguiente para un equipo que llegaba con expectativas inmensas. Por tradici¨®n y por necesidad, Espa?a se obliga a ganar. ?Se ha preparado el partido en la atm¨®sfera m¨¢s conveniente? Parece que no.
Desde lo trascendente, el encuentro es complicad¨ªsimo para la selecci¨®n. Desde lo futbol¨ªstico, tambi¨¦n. En las condiciones actuales, Paraguay saldr¨¢ con el viento de cola. Si es un equipo con tendencias defensivas, este partido las favorece. El protagonismo le corresponde a Espa?a, que siempre ha preferido amagarse. Esta vez tendr¨¢ que funcionar con equilibrio en la defensa -precisamente uno de los grandes fiascos ante Nigeria- y con potencia en ataque. Alfonso, delantero centro de la selecci¨®n, no realiz¨® un s¨®lo remate en Nantes. En un Mundial que vuelve a privilegiar la figura del goleador cl¨¢sico (Salas, Vieri, Ronaldo, Shearer y Batistuta), Espa?a comenz¨® el torneo sin gas en el juego de ataque. Apenas Ra¨²l, aunque su despliegue en la banda le obliga a unos recorridos excesivos.
Clemente dijo que habr¨ªa alg¨²n cambio. Probablemente se produzca uno por l¨ªnea. Quiz¨¢ Aguilera, casi seguro Amor junto a Hierro, Etxeberria por la derecha y Luis Enrique o Ra¨²l en la media punta, y un delantero potente, al gusto de Clemente. Tiene dos, Pizzi y Morientes, que han marcado goles en los amistosos. Pero Morientes se enfrentar¨ªa al mismo problema que Iv¨¢n Campo. Su condici¨®n de debutante, y m¨¢s en un partido de esta trascendencia, podr¨ªa a?adirle un peso dif¨ªcil de soportar.
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