Alguien quiere, por fin, ser alcalde de Sevilla
Llevamos en Sevilla siete a?os sin alcalde... ni alcaldesa. La gesti¨®n municipal de la ciudad ha sido parcelada casi quir¨²rgicamente y dividida entre una semialcaldesa y un semialcalde. Los dos parecen satisfechos de que as¨ª sea y de que as¨ª vaya a seguir siendo. Porque es eso lo que anuncian las encuestas. En la oposici¨®n tambi¨¦n reina la tranquilidad: un pol¨ªtico que, como Rodr¨ªguez de la Borbolla, lo ha sido pr¨¢cticamente todo, parece estar muy contento de lo que ahora se dice de ¨¦l: que va a seguir de concejal y que pr¨¢cticamente todos los sevillanos lo conocen. Ser concejal de Sevilla y, adem¨¢s, ser senador en Madrid parece ser suficiente para alguien con su nombre y su curr¨ªculum. Mientras tanto, Sevilla, nuestra ciudad, vive sin un proyecto pol¨ªtico integral, pero tambi¨¦n sin oposici¨®n. Las encuestas que, con motivo de las primarias socialistas, se est¨¢n realizando por estos d¨ªas se?alan que, a pesar de que una mayor¨ªa de sevillanos y sevillanas se sienten identificados con opciones pol¨ªticas progresistas, las pr¨®ximas elecciones municipales podr¨ªan saldarse con la formaci¨®n de una nueva mayor¨ªa conservadora. Los datos de Demoscopia son claros: las diferencias que existen en la intenci¨®n de voto hacia los dos partidos minoritarios (PP y PA) y hacia el mayoritario (PSOE) se neutralizan por el efecto de sus candidatos: mientras que Rojas Marcos y Becerril suman votos a los de sus partidos -7% y 6% respectivamente-, Borbolla le resta nada menos que un 20% al suyo. As¨ª pues y, siempre seg¨²n Demoscopia, al final todo seguir¨¢ m¨¢s o menos igual. Sin un revulsivo, Sevilla parece condenada a seguir con su semialcalde, su semialcaldesa y su concejal-senador. Todos muy conocidos entre el p¨²blico, muy veteranos y todos tan felices. Y, sin embargo, las cosas podr¨ªan ser diferentes. M¨¢s a¨²n, tendr¨ªan que ser diferentes. Con una gesti¨®n troceada y una oposici¨®n de la que nadie recuerda una sola propuesta alternativa, no hay ciudad que resista por mucho tiempo sin que las consecuencias se hagan evidentes. Pues bien, en este panorama surge alguien que tiene, a mi juicio, lo m¨ªnimo que deber¨ªamos exigir a un candidato: hambre de alcald¨ªa, ambici¨®n por ganar, ganas de que las cosas cambien de una vez. Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn tiene 40 a?os y viene de la Diputaci¨®n de Sevilla, donde se ha dedicado honradamente a lo que desde esa instituci¨®n se espera que se haga: construir un proyecto global para la provincia, compensar desequilibrios, acercarse a los problemas, tratando de a?adir a la s¨®lida cultura sevillana el car¨¢cter de provincia, de ciudad emprendedora. Nadie le ha pedido que d¨¦ este paso. Lo ha dado ¨¦l solo y de manera decidida. Alfredo tiene todo un a?o por delante. Conoce ya muchos de los problemas de la ciudad, ante algunos de los cuales ha dado cumplida respuesta desde la Diputaci¨®n. Alfredo es un apasionado de la vida municipal, a la que se ha dedicado en exclusividad. Cree firmemente que desde la cercan¨ªa, desde el contacto directo con los problemas de la gente es como se encuentran las respuestas adecuadas. Alfredo sabe, desde aquellos a?os en los que, a¨²n estudiante universitario, se incorpor¨® en el Cerro del ?guila a los movimientos de base contra la dictadura, que la pol¨ªtica s¨®lo merece la pena si permite luchar contra el sufrimiento de nuestros convecinos -quiz¨¢ por eso hizo Medicina-, si nos hace capaces de luchar contra las desigualdades -seguro que por eso ingres¨® en el partido socialista-. El PSOE tiene tambi¨¦n un a?o por delante para hacer posible algo tan justo como dar un alcalde progresista a una ciudad que mayoritariamente lo es. Si nos lo proponemos, Alfredo y el partido sumar¨¢n. La ciudad de Sevilla tiene necesidad de que alguien, de que un equipo, desarrolle un programa global de futuro desde su Ayuntamiento. Un proyecto sin parcelaciones, para todos. Parece que, por fin, algo ha comenzado a cambiar: alguien quiere ser alcalde de Sevilla.
Emilio Carrillo es profesor de Econom¨ªa Pol¨ªtica y Financiera de la Facultad de Derecho de la Universidad Hispalense.
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