El hombre soleado

Celebraba Makaroff el otro d¨ªa sus 20 a?os de estancia en Espa?a. Aqu¨ª el argentino ha desarrollado una carrera intermitente que, en los ¨²ltimos tiempos, parece haberse encarrilado por la v¨ªa de una m¨²sica desprejuiciada que abarca desde lo brasile?o a lo jamaicano. Son canciones casi gen¨¦ricas, pero altamente eficaces, capaces de encender el baile incluso en un recinto con mesas y sillas como el Galileo Galilei.Makaroff todav¨ªa puede confeccionar joyitas pop, como Flores invisibles, ese tema de su nuevo disco, Rico y famoso, que canta a medias con Fito P¨¢ez. Sin embargo, lo que parece buscar esencialmente son veh¨ªculos de comunicaci¨®n inmediata. Que sirven para difundir su sencilla filosof¨ªa y su simp¨¢tico personaje p¨²blico: un bon vivant que se r¨ªe de sus propias desdichas y practica el downsizing de sus fantas¨ªas. Ese buen conformar resulta refrescante en el rock espa?ol, tan poco simpatizante de la realidad. As¨ª, impacta una canci¨®n de amor tan parad¨®jica como La primera mujer en la Luna: ?No llegar¨¢s a ministra, si acaso de abrazos y besos / y si te dan el premio Nobel ser¨¢ el de las tartas de queso / no pasar¨¢s con tu alfombra por el cielo de Bagdad / si estoy contigo es porque te quiero de verdad?.

El humor tambi¨¦n se aplica, de forma amable, al mundo circundante. El novio de Am¨¦rica ironiza sobre un gal¨¢n continental. Y Paparazzis en mi jacuzzi retrata certeramente a un personaje del circo medi¨¢tico del coraz¨®n: "Cort¨¦ mis venas y salpiqu¨¦ / la sangre imp¨²dica en directo / me suicid¨¦, pero est¨¢ perfecto / teniendo en cuenta lo que cobr¨¦. / Hay paparazzis en mi jacuzzi / que no respetan ni los festivos submarinistas intempestivos / radiografiando a mi cuchi- cuchi".

La desenvoltura con que Makaroff se trabaja el escenario y la inmediatez de sus temas garantizan un buen rato. Se le podr¨ªa pedir algo m¨¢s de autoexigencia creativa -los ripios ensucian esa maravillosa confesi¨®n titulada Rico y famoso- para profundizar en sus dones. Las buenas vibraciones que emite se derramaron en los bises; en el tercero, salieron a acompa?arle su productor, Ariel Rot, y su amigo Andr¨¦s Calamaro, ambos con guitarras

Todos juntos se marcaron un blues disparatado, con Sergio describiendo en ingl¨¦s los encantos tur¨ªsticos de su ciudad adoptiva, Barcelona. L¨¢stima que se siga negando a interpretar su obra maestra de los a?os de la nueva ola, Explorador celeste. ?l es as¨ª de peculiar.