El timo de los 65.000 millones de d¨®lares
M¨¦xico discute acaloradamente qui¨¦n debe pagar la ayuda que salv¨® a la banca tras la crisis de 1994
El banquero mexicano ?ngel Isidoro Rodr¨ªguez, alias El Divino, merece ser pasado por las armas al amanecer, defienden los m¨¢s acalorados, de demostrarse las imputaciones endosadas en los pasquines de busca y captura cursados en su contra por la autoridad bancaria y la Interpol: fraude, violaci¨®n de las leyes de cr¨¦dito y valores, deudas al erario p¨²blico por 440 millones de d¨®lares y manifiesto desprecio de la justicia. Fugitivo de lujo durante casi dos a?os, fue detenido en las costas de Ibiza en julio de 1996 , pese a tratar de huir a nado: se lanz¨® al agua desde de su yate Moondance al observar el abordaje de la polic¨ªa de Baleares. A principios de mes fue devuelto a M¨¦xico.El Divino es rico a la mexicana, o s¨¦ase, a lo grande, y al amparo del caos financiero de las Navidades de 1994 y de la recesi¨®n de 1995 lo fue m¨¢s. El Gobierno se endeud¨® entonces hasta las cejas para impedir el colapso del sistema bancario y el cierre de empresas y reparti¨® cr¨¦ditos a espuertas, y Rodr¨ªguez obtuvo 800 millones de d¨®lares supuestamente destinados al salvamento de su negocio. Despu¨¦s, ?viva la Pepa! Ya pagar¨¦ cuando pueda, ha prometido en los juzgados el ¨¢guila azteca.
El Fondo Bancario de Protecci¨®n al Ahorro (Fobaproa) fue el instrumento utilizado por el Ejecutivo para no tomar otra medida m¨¢s severa cuando se suced¨ªan las quiebras: la nacionalizaci¨®n de la banca. El Fobaproa adquiri¨® como activos del Estado las deudas de bancos arruinados y empresas en crisis, los ranchos, casas y propiedades dejados en garant¨ªa por los deudores. Pero en aquel patri¨®tico reparto de millones y asunci¨®n de carteras vencidas para evitar que 13 millones de ahorradores perdieran sus dep¨®sitos y miles de mexicanos su trabajo, se col¨® el hampa de guante blanco.
Muchos banqueros honrados perdieron la mayor parte o todo su capital, pero otros aumentaron con creces el suyo al declararse sin blanca y extender tramposamente la mano. Impunes todav¨ªa buena parte de los sinverg¨¹enzas, y sus c¨®mplices en la Administraci¨®n, vuelan a Miami en avionetas, mantienen la flota de deportivos, y no les quita el sue?o las consecuencias del monumental saqueo.
A tres a?os y medio del trance, el Gobierno de Ernesto Zedillo envi¨® al Congreso una propuesta pol¨¦mica: convertir definitivamente en deuda p¨²blica los 65.000 millones de d¨®lares en pasivos del Fobaproa, incluidos los millones concedidos a reos y pr¨®fugos y defraudadores en libertad y nunca cobrados.
La oposici¨®n y diputados del oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) exigen la rendici¨®n de cuentas, una auditor¨ªa independiente de la operaci¨®n de rescate, la identidad de los beneficiarios y c¨®mo se ha hecho la distribuci¨®n de una millonada que equivale a 15 puntos del PIB.
?Se pretende que 90 millones de mexicanos paguemos el quebranto derivado de unos cuantos grandes deudores que se declararon insolventes?, protest¨® Manuel Ebrand, parlamentario del Centro Democr¨¢tico (PCM). Jes¨²s Landaverde es clase de tropa entre las v¨ªctimas. Dej¨® de pagar sus deudas porque el cr¨¦dito hipotecario de 156.000 pesos (unos 17.500 d¨®lares al cambio de hoy) adquirido en 1993 se le ha puesto en 600.000 pesos (unos 66.500 d¨®lares). ?Y de que coman en casa del banquero o en la m¨ªa, pues en la m¨ªa?, dice.
Comparten su angustia miles de compatriotas morosos incapaces de pagar. Los bancos reflotados endurecieron sus condiciones en la concesi¨®n de cr¨¦ditos, las tasas de inter¨¦s se dispararon por las sucesivas devaluaciones, y los salarios perdieron capacidad adquisitiva. Quienes pagaban mensualidades de 1.500 pesos (unos 170 d¨®lares) al mes se encontraron con que deb¨ªan pagar m¨¢s del doble. Decenas de miles de particulares endeudados para comprar coches o casas y cientos de miles de usuarios de tarjetas de cr¨¦dito interrumpieron sus pagos porque, en su gran mayor¨ªa, no tienen con qu¨¦ reanudarlos.
Igual ocurri¨® con empresas que hab¨ªan contratado cr¨¦ditos para la compra de materiales o nuevas inversiones. ?El rigor con el que se ha cortado presupuesto al gasto de empresas estrat¨¦gicas e instituciones sociales?, lamenta el analista Antonio Gershenson, ?contrasta con el trato amable a los banqueros, a facilitarles primero 14.000 millones de d¨®lares y luego bastantes m¨¢s?.
Landaverde compr¨® el piso que alquilaba el a?o del primer empr¨¦stito, ?y ahora mi dinero y mi departamento valen menos, y el del banco vale m¨¢s?.
?Esto en un asunto demasiado grande, es el esc¨¢ndalo del siglo?, opina Porfirio Mu?oz Ledo, l¨ªder parlamentario del centro-izquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), nada dispuesto a facilitar la aprobaci¨®n legislativa. Se pretende pasar a la poblaci¨®n, denuncia, una deuda casi igual a la deuda p¨²blica externa, que es de 75.000 millones de d¨®lares.
Y a mayor deuda, menores posibilidades de hacer frente a problemas de tanta gravedad y urgencia como la pobreza, el desabastecimiento o las carencias en educaci¨®n y salud. Cierto es, sin embargo, que el asunto, inevitablemente, se ha politizado, y se acercan las elecciones presidenciales del 2000.
?Pero lo que parece claro es que el Congreso deber¨ªa aprobar la propuesta del Gobierno porque, de hecho, los 67.000 millones son deuda p¨²blica?, sostiene un ejecutivo espa?ol. ?El Fobaproa es un freno a nuevos capitales en M¨¦xico, porque nadie quiere entrar hasta saber qu¨¦ pasa. Creo que primero debe aprobarse la propuesta, vender lo que se pueda de esos pasivos, y despu¨¦s tomar medidas contra los culpables, meter en la c¨¢rcel a quien lo merezca, y confiscarles sus bienes?.
El desorden resultante de la sucesi¨®n de calamidades en aquellas navidades negras todav¨ªa escuece, porque se enriquecieron en un pa¨ªs de pobreza lacerante quienes fueron m¨¢s vivos, o cotizaron sus propiedades a cinco, diez, cien o hasta doscientas veces su valor real. El Fobaproa pag¨®, y consumaron el negocio de su vida.
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