Pistoletazo de salida en Catalu?a

Ni se miraron. Jordi Pujol y Pasqual Maragall se encontraron despu¨¦s de mucho tiempo sin verse. Jacques Delors, ex presidente de la Comisi¨®n Europea, los reuni¨® el pasado martes en el Ayuntamiento de Barcelona, pero ellos ni se dirigieron la palabra: la discordia preelectoral hab¨ªa levantado un muro entre ambos. Las relaciones entre el presidente de la Generalitat de Catalu?a y el ex alcalde de Barcelona nunca han sido buenas y la aparici¨®n de nubarrones electorales son presagio seguro de m¨¢s tormentas. En los ¨²ltimos d¨ªas las se?ales de temporal han sido m¨²ltiples.Delors hab¨ªa acudido a Barcelona invitado por el Instituto Catal¨¢n del Mediterr¨¢neo, que dirige el escritor Baltasar Porcel y que le concedi¨® el Premio Internacional Catalu?a de 1998. Su presencia fue aprovechada por los socialistas para pedirle que pronunciara una conferencia. Pujol se tem¨ªa lo peor: corr¨ªa el rumor de que la candidatura de Maragall a la presidencia de la Generalitat se iba a anunciar en ese mismo acto. As¨ª que se puso manos a la obra. Escribi¨® una carta a Delors pidi¨¦ndole que no participara en ¨¦l. Era demasiado tarde: el ex presidente de la Comisi¨®n ya se hab¨ªa comprometido. Al final, todo result¨® ser falso. No hubo anuncio, pero la operaci¨®n retorno de Maragall, que culminar¨¢ el pr¨®ximo viernes con el anuncio oficial de su candidatura, hab¨ªa subido un primer pelda?o.

Nadie sabe con seguridad cu¨¢ndo va a convocar Pujol las elecciones. Todos est¨¢n preparados para todo. Los partidos tienen vallas publicitarias reservadas desde la primavera. Pujol ha reiterado en diversas ocasiones que ser¨¢n, "probablemente", en marzo pr¨®ximo. S¨®lo ¨¦l lo sabe mientras en su propio partido, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya (CDC), persisten los interrogantes: oto?o de 1998, primavera de 1999, noviembre de ese a?o... En cualquier caso, todos se preparan para un chaparr¨®n oto?al porque signos no faltan.

Sin novedades judiciales de ning¨²n tipo, ha saltado esta semana a las p¨¢ginas de la prensa el caso Movilma, que salpic¨® hace tres a?os al equipo de Gobierno socialista del Ayuntamiento de Barcelona por una presunta irregularidad en la adjudicaci¨®n de obras a empresas de militantes del PSC. Los peritos de Hacienda aseguran en sus informes que no hay delito, pero a¨²n han de practicarse otras pruebas, a la vista de las cuales el juez instar¨¢ a las partes a que pidan el archivo o acusen, tras lo que decidir¨¢ si abre o no un juicio oral.

El olor a p¨®lvora prelectoral tambi¨¦n se percibe en la exposici¨®n Ara ¨¦s dem¨¤ (Ahora es ma?ana), que desde esta semana y hasta finales de septiembre puede ser visitada en el puerto de Barcelona. Ha costado unos 400 millones de pesetas y con ella el Gobierno de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) quiere mostrar los logros del presente y su proyecci¨®n hacia el futuro, lo que la oposici¨®n lee en inequ¨ªvoca clave electoralista. La exposici¨®n recoge los grandes proyectos que CiU ha pactado con el Gobierno de PP.

En el debate sobre el estado de la Naci¨®n, el portavoz del grupo, Joaquim Molins, present¨® una serie de propuestas de resoluci¨®n que eran una suerte de continuaci¨®n del pacto de legislatura PP-CiU. Pujol ha querido arrebatar al Ayuntamiento la bandera de las infraestructuras -tercera pista del aeropuerto, trazado del AVE...-, que Maragall hab¨ªa convertido en estandartes de su pol¨ªtica mientras fue alcalde. Y, en ese combate por los s¨ªmbolos, Converg¨¨ncia se ha decidido a dar la batalla tambi¨¦n en el terreno ideol¨®gico. La concesi¨®n del Premio Catalu?a a Delors no ser¨ªa as¨ª fruto de la casualidad. La reivindicaci¨®n del codiciado e impreciso territorio del centro-izquierda coincide con esta visita de personalidades de izquierda a Barcelona de la mano del Gobierno de la Generalitat.

Es en ese marco en el que hay que situar la presencia de Anthony Giddens, director de la London School of Economics y vaporoso ide¨®logo de las tesis de centro-izquierda que defiende el laborismo de Tony Blair. Lo trajo la Fundaci¨®n Trias Fargas, que org¨¢nicamente depende de CDC. Aqu¨ª tambi¨¦n hubo tiras y aflojas y codazos para salir en la foto entre convergentes y socialistas, aunque finalmente la instant¨¢nea muestra a Giddens al lado de Pujol.

Los nervios est¨¢n, pues, a flor de piel, a la espera del anuncio de Maragall. Pero, en honor a la verdad, los de CiU arrancan de las primarias del PSOE y la victoria de Jos¨¦ Borrell. El ex ministro de Obras P¨²blicas ha decidido sumar a su flamante t¨ªtulo de candidato socialista a la presidencia del Gobierno central el de termita del de Pujol. Se ha propuesto realizar actos p¨²blicos cada semana en el cintur¨®n industrial de Barcelona, donde los 500.000 votantes que se abstienen en las auton¨®micas -que gana CiU- son los que dan la victoria a los socialistas en las generales.

As¨ª, hace justamente una semana Borrell asegur¨® en Sabadell que con los esfuerzos de Maragall y los suyos Pujol pod¨ªa echarse a temblar. Pero su apoyo no es precisamente lo m¨¢s deseado por Maragall porque refuerza la posici¨®n de aquellos a quienes el ex alcalde no quiere "obedecer ciegamente".