El Vinalop¨® concentra el mayor porcentaje de econom¨ªa sumergida de la Comunidad Valenciana

Los niveles de clandestinidad econ¨®mica de las comarcas del Vinalop¨® superan con creces las cifras que se dan en el resto de la Comunidad, seg¨²n reconoce el propio director general de Trabajo, Rom¨¢n Ceballos. Sectores como el turismo, la hosteler¨ªa, la agricultura o la construcci¨®n se nutren de un gran n¨²mero de negocios clandestinos o de otros perfectamente legales pero con trabajadores en situaci¨®n irregular. No obstante, las grandes bolsas de ilegales se relacionan directamente con sectores industriales manufactureros, y es del todo punto imposible cuantificar el volumen del negocio.

Est¨¢ a la vista de todos, pero a¨²n as¨ª se denomina sumergida. Es la econom¨ªa paralela, la que no aparece en las cifras anuales de la Administraci¨®n, pero que s¨®lo en la Comunidad Valenciana mueve miles de millones al a?o y permite subsistir a un n¨²mero muy elevado de personas. "Somos los trabajadores m¨¢s productivos del mundo". Juan Antonio Maci¨¤, de UGT Elche, utiliza esta frase, con sorna, para dar a entender que la plantilla oficial de trabajadores del calzado "es imposible que genere la producci¨®n que los empresarios reconocen". Para Maci¨¤, las cifras no cuadran. El sector empleaba en 1985 a 45.000 personas, plantilla que pas¨® en 1997 a estar compuesta por 25.000 operarios, mientras la inversi¨®n tecnol¨®gica en esos a?os ha sido "m¨ªnima", seg¨²n el sindicalista. "Yo calculo que como m¨ªnimo 17.000 empleos est¨¢n sumergidos", se?al¨®. Por otra parte, desde CCOO se recuerda que un estudio de la Generalitat de 1995, indica que en la econom¨ªa sumergida se fabrica entre el 30% y el 35% del volumen de producci¨®n de el sector. Este sindicato, adem¨¢s, indica que seg¨²n las encuestas de poblaci¨®n activa realizadas el a?o pasado, el 63,43% de los trabajadores del calzado son eventuales y tienen contratos precarios. El 70% de la producci¨®n nacional de calzado se concentra en la provincia de Alicante. En toda la Comunidad Valenciana existen 1.754 empresas del sector legalmente establecidas, en su mayor¨ªa ubicadas en las localidades de Elda, Elche y Villena. La producci¨®n del calzado en 1996 fue de 196 millones de pares, y desde la Comunidad Valenciana se exportaron zapatos por valor de 241.614 millones de pesetas. Estas cifras demuestran que el sector va bien, pero a¨²n as¨ª no se genera empleo estable. Nadie tiene una f¨®rmula para acabar con el problema, pero todos los agentes implicados (Administraci¨®n, sindicatos y empresarios) lo aceptan, por no decir lo consienten. Todos coinciden en que las inspecciones de Trabajo, aunque necesarias, no atajan el problema, porque los t¨¦cnicos de la administraci¨®n ¨²nicamente visitan las f¨¢bricas que conocen, es decir, las que est¨¢n dadas de alta. Cualquier persona que se acerque a Elche o Elda, por ejemplo, podr¨¢ escuchar los ruidos de las m¨¢quinas de aparar detr¨¢s de cualquier persiana de un local aparentemente abandonado o de la ventana de un domicilio particular. Otro tipo de inspecci¨®n que podr¨ªa llevar a cabo la Administraci¨®n, como aseguran los sindicatos, es controlar los niveles de consumo el¨¦ctrico. "En estas zonas, hay muchas casas de campo que consumen m¨¢s que una f¨¢brica porque en verdad albergan un taller clandestino", aseguran las centrales. Los empresarios legalmente establecidos critican estas pr¨¢cticas y aseguran que, adem¨¢s de perjudicar la imagen del sector, su actividad es una competencia desleal. Seg¨²n reconocen todos los agentes implicados, si un empresario legal y otro ilegal pagan la misma cantidad a sus empleados, el segundo se ahorra un 30% del coste del producto. A¨²n as¨ª, muchas f¨¢bricas se han convertido en meras firmas porque han descentralizado su producci¨®n y desv¨ªan algunos procesos hacia peque?os talleres que, en su mayor¨ªa, son clandestinos. El portavoz de la Asociaci¨®n de Empresarios de Elche, Pedro M¨¦ndez, reconoce que las firmas que dan trabajo a los clandestinos pueden tener responsabilidades civiles subsidiarias, si se prueba que los encargos parten de estas grandes empresas. "Se ha dado m¨¢s de un caso en que la justicia ha reconocido una relaci¨®n laboral aunque los empleados trabajasen f¨ªsicamente en otro centro", dijo M¨¦ndez. La patronal, no obstante, propone a la administraci¨®n que articule mecanismos que favorezcan el afloramiento de las industrias sumergidas. Los empresarios plantean que a este tipo de talleres se les aplique unas consideraciones fiscales similares a los que tienen las empresas de artesan¨ªa. Otro tipo de econom¨ªa sumergida menos agresiva que la del calzado aunque igualmente fraudulenta, es la que pervive alrededor de la industria del textil. En este caso, por las caracter¨ªsticas de la producci¨®n alicantina, las f¨¢bricas son perfectamente legales, pero una buena parte de sus plantillas no est¨¢n dadas de alta o tienen contratos en precario. Las zonas por excelencia por las que se extiende este sector son L"Alcoi¨¤, El Comtat y en menor medida la localidad de Crevillent, donde est¨¢n ubicadas centenares de empresas que elaboran alfombras. El sector export¨® el a?o pasado productos por un valor superior a los 26.000 millones de pesetas.