Paraguay noquea a Nigeria
El equipo de Chilavert se impone a los africanos, que acabaron desmotivados
Espa?a se va para casa. Paraguay sumaba once partidos sin ganar y lo logr¨® el d¨ªa que m¨¢s lo necesitaba. No sab¨ªa lo que era vencer desde el mes de febrero y justamente lo consigui¨® ante Nigeria, la potente selecci¨®n africana.No hab¨ªa marcado un gol en Francia y ayer meti¨® tres. Nigeria no ayud¨® demasiado a Espa?a: sus suplentes tienen talento, pero s¨®lo dieron lo mejor de si en la primera parte del encuentro. Se acabaron desplomando.
Chilavert aguant¨® como un coloso a su equipo en la primera mitad y despu¨¦s lo condujo hasta la victoria. Nigeria acab¨® por imitar a Brasil, que, con la clasificaci¨®n ya garantizada, hab¨ªa perdido un d¨ªa antes ante Noruega. Toulouse acab¨® coreando la victoria de los suramericanos, sus pr¨®ximos rivales en octavos.
El partido ya empez¨® mal. Paraguay hizo en segundos lo que no hab¨ªa logrado en todo el Mundial: un gol. El grupo de Carpeggiani se hab¨ªa distinguido por su gran¨ªtica defensa, pero tambi¨¦n por un profunda indolencia ante puerta.
Pero ayer la luz se encendi¨®: Arce exprimi¨® su virtud lanzando faltas y dio un centro preciso para que Ayala se adelantara a toda la defensa africana y cabeceara a placer a la red. Imposible empezar peor.
No hab¨ªa transcurrido ni un minuto y Espa?a ya estaba eliminada. Nigeria sufri¨® una leve conmoci¨®n en los primeros compases hasta que dirigi¨® el contratiempo. Jugaba caminando y sobre el estadio de Toulouse plane¨® el fantasma de la derrota de Brasil ante la sorprendente Noruega.
Milutinovic hab¨ªa introducido seis cambios en su equipo titular, siete respecto al que jug¨® ante Espa?a. Faltaban Uche (sancionado), Mutiu, Ikpeba, Okocha (amenazados de suspensi¨®n), Finidi, en el banquillo. Y ni siquiera estaban como reservas Babayano y Amokachi. No import¨®.
Nigeria tendr¨ªa talento suficiente como para preparar dos formaciones de primera l¨ªnea en Francia. Kanu tom¨® el mando de los suplentes. Siete minutos bastaron para que los verdiblancos demostraran que estaban en el partido. Ofrecieron un festival de juego.
Primero un defensa paraguayo sac¨® desde la misma l¨ªnea un cabezazo de Oruma. Se cant¨® el gol. Lleg¨® un minuto despu¨¦s: Babangida se rif¨® a la zaga suramericana, penetr¨® por el exterior del ¨¢rea y dej¨® el bal¨®n a Oruma para que su disparo cruzado chutara colocado a la red.
Chilavert hab¨ªa presumido de tener una de las mejores defensas del Mundial y en unos minutos se vio ridiculizada. Oliseh, West y Yekini encadenaron en tan s¨®lo ocho minutos tres ocasiones inmejorables que el portero desbarat¨®. Fue, sin duda, el mejor de su equipo. Paraguay se sum¨® en un profundo desconcierto y el guardameta grit¨®, se desga?it¨® y sali¨® pr¨¢cticamente hasta medio del campo para censurar a su equipo.
No reaccion¨® demasiado. Sus escasas aproximaciones al ¨¢rea fueron siempre abortadas por el ¨¢rbitro -anul¨® un gol a Enciso por fuera de juego-. El colegiado fue censurado por el p¨²blico franc¨¦s, descaradamente a favor de los suramericanos. Pero ni Ben¨ªtez ni Cardozo ni Brizuela creaban peligro. Si acaso, el principal ariete suramericano era el portero nigerianio, fall¨®n e indeciso durante todo el encuentro.
Aspirar a goleada
Nadie daba en el descanso un duro por Paraguay. Un universo hab¨ªa separado a los dos equipos en el primer tiempo. Todo indicaba que los africanos pod¨ªan incluso aspirar a la goleada. No fue as¨ª. Nigeria salt¨® al c¨¦sped tan dormida como lo hizo en el inicio del encuentro. Su exhibici¨®n de la primera mitad desapareci¨®. Justo lo contrario de lo que hizo su rival. Sabedor de la holgada victoria de Espa?a, el grupo de Carpeggiani se desesperez¨®, se olvid¨® del rid¨ªculo inicial y empez¨® a cercar a Rufai. El gol se intuy¨®: Brizuela y Ben¨ªtez se pusieron a ello.Hasta que lleg¨® la sensacional jugada de Ayala: se llev¨® un bal¨®n, con t¨²nel inclu¨ªdo, dio un pase a Ben¨ªtez que de chut desde fuera del ¨¢rea bati¨® a Rufai. Se la trag¨®.
La partida de ajedrez empez¨®. Milutinovic demostr¨® que quiso ganar el partido y sustituy¨® a Oruma por Finidi.
No pudo hacer mucho. Paraguay se seren¨®, se asent¨® en el campo y exprimi¨® hasta el l¨ªmite su ordenada defensa. Nigeria se estrell¨® siempre ante ella. S¨®lo Yekini tuvo una ocasi¨®n. Y Paraguay, lanz¨¢ndose al contraataque, administraba seriamente la posibilidad de aumentar el marcador.
Cardozo err¨® un bal¨®n incluso a porter¨ªa vac¨ªa. Pero ya no fall¨® a cinco minutos del final. Rufai no ayud¨® demasiado a Espa?a.
El m¨¢ximo goleador de la Liga mexicana meti¨® el tercero, en otro despiste de la zaga nigeriana, y acab¨® por firmar la sentencia de Clemente. Espoleados por Chilavert, Toulouse acab¨® siendo una fiesta paraguaya.
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