Tristes, solitarios y libres
Los jugadores abandonan la concentraci¨®n de Chantilly en desbandada
Uniformados llegaron hace 20 d¨ªas, grupo unido y autocar. Clemente en la primera fila y todos, los 22, detr¨¢s. Animosos y optimistas. Encadenados a un destino. Desde Chantilly, el mundo. Vestidos a su aire se marcharon. Ayer, tres partidos despu¨¦s. Tristes, dec¨ªan, y por libre. Un coche esperando a la puerta. Desde Chantilly, la libertad. Libres, pero algunos a¨²n gregarios, o amigos. Los del Bar?a con los del Bar?a; los del Athletic, a Bilbao; los madridistas, a Madrid. Y poco m¨¢s.A cuentagotas uno tras otro fueron saliendo de su fortaleza, un hotel cerrado a cal y canto. Una lluvia fina y un aire fresquillo, como oto?ales, como anunciando el final de la fiesta, del verano reci¨¦n comenzado. La prensa, en la puerta, olisqueando, a ver si ca¨ªa alguna pieza. Y sorprendida. ?Por qu¨¦ no se vuelven todos juntos, como llegaron?
La federaci¨®n no ten¨ªa prevista una eliminaci¨®n temprana. Y aunque se lo oliera, no era cuesti¨®n de llamar a la mala suerte organizando la retirada. "La verdad es que hemos visto que era bastante complicado organizar un vuelo ch¨¢rter para todos de un d¨ªa para otro", explicaba su jefe de prensa. "Ten¨ªamos muchas cosas que recoger. Adem¨¢s, algunos jugadores quer¨ªan viajar directamente a Bilbao, otros a Barcelona, unos cuantos a Madrid, otros quer¨ªan quedarse para comenzar sus vacaciones desde aqu¨ª. El viaje de la federaci¨®n lo tenemos ma?ana por la tarde, y Clemente se va por la ma?ana a Bilbao". Dura resaca que el t¨¦cnico pasar¨¢ jugando al golf. El regreso del miedo.
Llegaron tarde la noche anterior desde Lens y se acostaron m¨¢s tarde. Hasta las cinco de la ma?ana estuvieron de charla en el hotel, sesi¨®n de espiritismo. Luego madrugaron. Recogieron sus cosas, sus recuerdos, sus in¨²tiles talismanes, sus compras. Empaquetaron sus ilusiones. Olvidaron guardar sus resentimientos. "Hemos tenido mucha presi¨®n", se quej¨® Nadal. "Las cr¨ªticas de la prensa nos han afectado, han hecho que nos pesaran mucho m¨¢s las piernas". El defensa mallorqu¨ªn tampoco se olvid¨® de a?adir una de las letan¨ªas m¨¢s repetidas y solicitadas: "Otras selecciones han pasado con cuatro puntos , nosotros nos vamos. No hemos tenido suerte". El an¨¢lisis de Sergi no iba mucho m¨¢s all¨¢. "La culpa de lo que ha pasado es de todos, incluida la prensa". Ferrer, otro de los azulgrana que se iba en el lote, fue m¨¢s libre, quiz¨¢s porque sepa que no va a volver a la selecci¨®n. Empez¨® con lo de la suerte, pero disinti¨® de sus compa?eros de lo de la prensa. "La prensa no es culpable", dijo el nuevo defensa del Chelsea. "No hay que buscar culpables".
A Luis Enrique le fue a buscar su mujer; a Pizzi, su hermano. Se marcharon con el alba. Pocos les vieron salir. Guerrero se fue con Etxeberria. Amor, con Ferrer, Celades y Sergi. El 10 del Athletic habl¨® de Clemente. "Ser¨ªa bonito que siguiera con nosotros", dijo Guerrero. "Hemos trabajado juntos en este proyecto y el equipo siempre ha estado con ¨¦l". Amor, uno de los que ve "complicad¨ªsimo" volver a la selecci¨®n, tambi¨¦n resalt¨® ese detalle. "En las reuniones que hemos tenido y en los momentos dif¨ªciles, que han sido muchos, los jugadores siempre hemos apoyado a Clemente".
Guerrero ya piensa en el Athletic y en la pr¨®xima Liga. Amor inicia nueva vida en la Fiorentina. Zubizarreta deja el f¨²tbol. Ferrer se marcha a Londres, pero antes lanza un mensaje de despedida a su club de siempre, el Barcelona. "Un equipo pierde su identidad si no se cuenta con la gente de casa", dice. Todos quieren olvidar, perderse del mundo, hacerse invisibles.
A Nadal se le pregunta si es uno de los momentos m¨¢s tristes de su vida deportiva. "No, qu¨¦ va", contesta. "Estamos acostumbrados a las decepciones". Alkorta, educado, da la mano y se despide. "No, no hablo", dice. "Necesito un par de d¨ªas para reflexionar. Si hablo s¨¦ que voy a estar mal. Mejor, quiero pasar un d¨ªa tranquilo. Me quiero ir a un sitio en el que no haya televisi¨®n ni peri¨®dicos. No quiero enterarme de nada". Invisibles se fueron.
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