B¨¦lgica paga su acomodamiento
El esp¨ªritu de lucha de Corea clasifica a los mexicanos
, Corea del Sur le fastidi¨® la vida ayer a B¨¦lgica, que crey¨® que el gol inicial de Nilis le permitir¨ªa vivir de las rentas ante un rival modest¨ªsimo pero capaz de morir en el intento. Se equivoc¨® B¨¦lgica, que pag¨® su acomodamiento (el seleccionador, Leekens, sustituy¨® al creador Scifo por el gris Van der Elst, de 37 a?os). Y as¨ª le fue. A falta de f¨²tbol, los surcoreanos se pusieron las pinturas de guerra: vendas en la cabeza, brechas en las cejas, tobilleras y espinilleras. Asustaban a cualquiera. Y m¨¢s a un equipo aburguesado y viejo como B¨¦lgica, que se inhibi¨® un cuarto de hora despu¨¦s de comenzar.Pero antes, en la primera parte, el presidente de la UEFA, Lennart Johansson, se durmi¨®. No es una met¨¢fora. Luch¨® por mantener despegadas las pupilas, pero no pudo. Nadie podr¨¢ culparlo por ello. En el palco del Parque de los Pr¨ªncipes de Par¨ªs no era el ¨²nico que dorm¨ªa. Hab¨ªa otros, aunque menos conocidos. Se vieron afectados por el sopor del primer periodo. Cerca de Johansson, el presidente electo de la FIFA, Joseph Blatter, m¨¢s partidario del f¨²tbol ex¨®tico, aguant¨® el tir¨®n.
Algunos se preguntar¨¢n qu¨¦ aporta Corea -el pr¨®ximo organizador junto a Jap¨®n del Mundial- a una Copa del Mundo. En n¨²meros, muy poco: no ha ganado ni un s¨®lo partido de los 13 que ha disputado en las fases finales; ha encajado nueve goles en este Mundial y s¨®lo ha anotado dos. En juego, menos: ni siquiera dispar¨® entre los tres palos en toda la primera parte. Se puede decir que un equipo incomod¨ªsimo: un tanto kamikaze y muy disciplinado. Sus jugadores, en cambio, desobedecen una de las reglas b¨¢sicas del f¨²tbol: echar el cuerpo hacia adelante cuando se dispara a puerta para evitar que el bal¨®n se les vaya a las gradas, lo que les sucedi¨® siempre. Pero, adem¨¢s, si a uno de sus jugadores, Kim Do Keun, le da por realizar un par de quiebros y salirse de la norma, es inmediatamente sustituido. Su sustituto, Ko Jong soo, merece un destacado: lanz¨® un c¨®rner desde el ¨¢ngulo derecho de su ataque y lo mand¨® directamente al ¨¢ngulo izquierdo. De c¨®rner a c¨®rner.
Otro le mete cinco a Corea sin despeinarse (como hizo Holanda), pero B¨¦lgica le marc¨® uno nada m¨¢s iniciarse el partido y se ech¨® a dormir (como Johansson). El equipo de Leekens ha viajado a Francia con poco equipaje y se tiene que refugiar en las ropas viejas de Nilis, que a sus 31 a?os record¨® unos instantes el que fue en otros tiempos. Solt¨® un par de recortes y dej¨® tirados por el camino del ¨¢rea a media docena de surcoreanos, que entraban al trapo. Nilis fue la buena noticia para B¨¦lgica, la mala sigui¨® siendo Oliveria, ni rastro del que fue. En cuanto a Scifo, de 32 a?os, le resta poca gasolina, pero sigue desprendiendo talento. En realidad, es el ¨²nico jugador belga que lo tiene, y eso se not¨® cuando Lekeens, en un ataque de miedo, le sustituy¨® dejando a su equipo sin un punto de referencia. Empat¨® Corea y ya no estaba Scifo. Tras el empate, Corea dispuso de un ocasi¨®n tras otra al contragolpe ante una B¨¦lgica despesperada. Pudo golear incluso el conjunto asi¨¢tico, pero si antes siempre disparaba por arriba, ahora le dio por cabecear a las nubes.
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