"La situaci¨®n de conflicto nacionalista no tiene soluciones violentas"
El ex embajador de Israel en Espa?a y dirigente laborista israel¨ª, Shlomo Ben Ami, pas¨® ayer en Bilbao de puntillas por el conflicto vasco. En un ejercicio de diplomacia adquirida, no en vano fue embajador en Madrid entre 1987 y 1991, Ben Ami s¨®lo coment¨® de manera gen¨¦rica que "la situaci¨®n de conflicto nacionalista no tiene soluciones violentas", aunque remarc¨® que es "dif¨ªcil aplastar la voluntad de un pueblo". Este hispanista nacido en T¨¢nger hace 55 a?os, reivindic¨® el pol¨ªtico estadista frente al ombliguista y traslad¨® una pregunta a la clase politica en general: ?Por qu¨¦ se llega al final a las soluciones pol¨ªticas s¨®lo despu¨¦s de la cat¨¢strofe, de manera tr¨¢gica y cuando se han agotado todas las v¨ªas anteriores, incluida la guerra y la eliminaci¨®n del contrario? Invitado por la Fundaci¨®n Sabino Arana, Ben Ami ofreci¨® una conferencia en la que abord¨® el conflicto palestino-israel¨ª y realiz¨® un an¨¢lisis sobre los procesos de paz en conflictos prolongados y, en concreto, un paralelismo entre su pa¨ªs y Sud¨¢frica. Pregunta. El proceso de paz palestino-israel¨ª hace aguas por todas partes. EE UU no termina de encarrilar la postura israel¨ª en el asunto de la devoluci¨®n de los territorios ocupados. A lo que hay que unir la pol¨¦mica por los nuevos asentamientos sumamos que el gobierno derechista de Benjamin Netanyahu ha puesto una carga de profundidad en el desarrollo de los acuerdos de Oslo con su reordenaci¨®n territorial unilateral de la capital Jerusalem, algo que expresamente debe quedar para el acuerdo final, tal y como recoge la letra y el esp¨ªritu de los acuerdos de paz. Respuesta. A medio plazo soy pesimista. La situaci¨®n econ¨®mica, la situaci¨®n de inestabilidad en todo Oriente Medio, la nuclearizaci¨®n de India, Paquist¨¢n y, posiblemente, Ir¨¢n, la vuelta de Rusia a la pol¨ªtica en la zona para llenar el vac¨ªo que deja EE UU, el mantenimiento de este status quo s¨®lo nos puede conducir a un deterioro mayor. El Medio Oriente puede degenerar en una situaci¨®n de confrontaci¨®n total. Si Netanyahu sigue por el mismo camino, no ser¨ªa extra?o que en menos de un a?o Yasir Arafat declare unilateralmente el Estado palestino. Y si el Gobierno israel¨ª mantiene las actuales relaciones tensas con EE UU y Clinton ve que son las posturas intransigentes de Netanyahu las que han forzado a Arafat a tomar esa medida, no podemos descartar que la Administraci¨®n Clinton reconozca ese Estado. Si Netanyahu se anexiona parte del territorio, llegar¨ªamos a una situaci¨®n de guerra con los palestinos y con el mundo ¨¢rabe. Israel debe aceptar la propuesta de retirada de un 13% de los territorios que est¨¢ en la mesa, que al final da un total de 40% de territorio a los palestinos. P. Pero la Casa Blanca no est¨¢ callada. La propia Administraci¨®n Clinton ha considerado un "acto de provocaci¨®n" el plan unilateral israel¨ª para Jerusal¨¦n. R. Es sin duda una cr¨ªtica inevitable si EE UU quiere mantener su credibilidad de mediador. P. Pero es que el presidente israel¨ª se ha descolgado con una propuesta de refer¨¦ndum, s¨®lo consultivo, sobre el repliegue en los territorios. R. No tiene ning¨²n sentido hacer un refer¨¦ndum sobre un tr¨¢mite concreto dentro de un proceso general de paz. Los irlandeses han votado un acuerdo global de paz, no un episodio concreto de ese proceso. Es una clara p¨¦rdida de tiempo. La Administraci¨®n americana tiene una patata caliente que es Oriente Medio y tiene una cierta responsabilidad en un mundo donde s¨®lo hay una superpotencia. Eso es una nobleza que obliga. Y, si no, que escriba la carta de defunci¨®n de este proceso de paz. P. ?De qui¨¦n es reh¨¦n el presidente israel¨ª? R. De su propio Gobierno y de su propia incapacidad de quebrar el hielo. M¨¢s que l¨ªder, Netanyahu es el reh¨¦n de su coalici¨®n de Gobierno que ha girado bruscamente hacia la derecha ideol¨®gica. Pod¨ªa admitir que esa coalicion es imposible e invitarnos a gobernar con ¨¦l. P. ?Y cu¨¢l ser¨ªa la respuesta de su partido, el laborista? R. No ser¨ªa f¨¢cil rechazarla, pero como no existe, ?para qu¨¦ hablar de ello? P. ?Por qu¨¦ a los l¨ªderes pol¨ªticos les cuesta tanto darse cuenta de que s¨®lo despu¨¦s de la cat¨¢strofe somos capaces de apostar por salidas dialogadas? R. Desgraciadamente, la pol¨ªtica no ha sido siempre la opci¨®n de los grandes hombres, de los estadistas. La pol¨ªtica se est¨¢ convirtiendo en la opci¨®n del ombliguista, del tonto de la familia. P. Suena duro y a la vez sincero proviniendo de un pol¨ªtico en activo, aunque heterodoxo. R. Intento mantener el sentido com¨²n y, adem¨¢s, no me considero un pol¨ªtico, vengo de otro mundo. Hoy las grandes inteligencias se van a la ¨¦lite empresarial. Poca gente dice que va a hacer una gran cosa en pol¨ªtica aunque le cueste su carrera. Hay demasiados pol¨ªticos y escogidos son los estadistas. El gran l¨ªder es siempre un profeta sin honor, incomprendido por todos. P. Arafat, emulando aquel hist¨®rico discurso ante la ONU cuando llevaba en la mano el olivo y, al cinto, la pistola y pidi¨® que no le obligaran a sacarla de nuevo, dijo recientemente que la paz se defiende con el fusil. R. Es una respuesta dura. Me consta que la Autoridad Nacional Palestina y la OLP no usan el terrorismo. Los que usan el fusil son Hamas y hay un compromiso de los palestinos de luchar contra Hamas.
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