"Lectura, lectura y lectura"
El ex ministro de Educaci¨®n Juan Antonio Ortega y D¨ªaz Ambrona, de 58 a?os, ha revivido en los ¨²ltimos cuatro meses sus viejos tiempos de la UCD. Para coordinar el dictamen sobre la ense?anza de las humanidades ha escuchado voces de todos los colores, ha templado gaitas de variado pelaje, ha negociado en numerosos despachos y se ha pasado horas al tel¨¦fono. Al final ha demostrado, junto a los 30 miembros de la Comisi¨®n de Humanidades, que el viejo consenso es posible en el nuevo panorama educativo espa?ol. Pregunta. ?Ha sufrido mucho?Respuesta. Bastante. Ha sido interesante, pero complicado.
P. Teniendo en cuenta que el encargo naci¨® tras una derrota del Gobierno en el Congreso, ?no le pareci¨® un embarque?
R. Lo era. Antes de aceptar consult¨¦ a las partes, porque no se puede mediar si creen que es mejor la guerra abierta. Ahora pienso que ha merecido la pena.
P. ?Y si no hubiera habido consenso?
R. Hubi¨¦ramos votado y que cada cual asumiese su responsabilidad. No hemos votado una sola vez. Los textos que no se aceptaban se retocaban o se retiraban. Un dictamen con votos particulares hubiera sido un fracaso, sobre todo porque nuestro mensaje es doble: que se potencien las humanidades, pero que se acuerde todo lo posible.
P. Ustedes reconocen la dificultad de saber ad¨®nde va la secundaria. ?Han tra¨ªdo luz a la penumbra?
R. Esta crisis es un problema internacional debido a la extensi¨®n de la secundaria. Pero en Espa?a hay otras cosas.
P. ?Sugiere que no es s¨®lo un problema educativo?
R. He visto tres grandes focos de tensi¨®n. Uno, en torno a la LOGSE. A veces parece una guerra de religi¨®n, con gente a favor y gente en contra. En nuestro trabajo hemos partido de la LOGSE, que es una ley con muchos efectos positivos, aunque a algunos les parece horrorosa, y que hay que respetar, porque no se ha aplicado ¨ªntegramente. No soy partidario de cambiar leyes al primer fallo, pero tampoco me gusta la mentalidad m¨¢gica. Prefiero la racional: busquemos soluciones para los problemas que surjan.
P. ?El segundo?
R. El Estado frente a las comunidades, las competencias de unos y de otros con la sombra de un decreto de m¨ªnimos flotando. De eso nos desembarazamos porque trabaj¨¢bamos en un dictamen, no en una norma. Si me hubieran encargado un decreto no hubiera aceptado.
P. ?Y el tercero?
R. La cultura cl¨¢sica plantea problemas no acad¨¦micos. Para algunos profesores es tr¨¢gico: no tienen a qui¨¦n dar clase.
P. Por su car¨¢cter gen¨¦rico, el dictamen suena a Constituci¨®n. Por su car¨¢cter espec¨ªfico, el decreto de m¨ªnimos de Aguirre suena a orden ministerial. ?Ha sido una diferenciaci¨®n deliberada?
R. Nos hemos ce?ido a lo que se nos pidi¨®, que no era un programa ni un decreto. El decreto de m¨ªnimos de Esperanza Aguirre y el dictamen pertenecen a distintos g¨¦neros literarios.
P. Hablando del horario, parece que ustedes dan por hecho que dos y dos son tres.
R. No. Advertimos expresamente contra la sobrecarga. No pedimos que todos ampl¨ªen sin m¨¢s. No es lo mismo el lat¨ªn en Canarias, en donde quiz¨¢ necesiten m¨¢s ingl¨¦s o alem¨¢n, que en las zonas de tradici¨®n romanista o con dos lenguas.
P. El dictamen ha recibido cr¨ªticas.
R. Es l¨®gico, pero no quisiera defenderme.
P. Perm¨ªtame, no obstante. Primero: el dictamen es demasiado gen¨¦rico.
R. Por decisi¨®n propia. Si hubi¨¦ramos concretado m¨¢s, el acuerdo habr¨ªa sido imposible.
P. Segundo: es timorato.
R. No hemos sido timoratos, sino prudentes. Hemos dado orientaciones, pero no podemos poner la pistola en el pecho.
P. Tercero: es un apa?o entre necesidades objetivas e intereses corporativos.
R. No es cierto: si nos hubi¨¦ramos dejado llevar por esos intereses, nadie habr¨ªa podido acusarnos de timoratos.
P. Cuarto: no mete a los nacionalistas en cintura, algo que se consider¨® objetivo impl¨ªcito del proyecto de Aguirre.
R. Eso de meter en cintura me suena a lucha libre. Es algo que no me interesa.
P. Quinto: ha sido m¨¢s pactado fuera que dentro.
R. Reunir a una treintena de personas para debatir es toda una ocurrencia. Para consensuar hay que distinguir las voces de los ecos, que dec¨ªa Machado. Hay que saber qui¨¦n es qui¨¦n. No se puede mediar si no tienes claro qui¨¦n manda. En unos casos mandaban los de dentro y en otros los de fuera. Si s¨®lo escuchamos los ecos y no las voces, el acuerdo es imposible.
R. Resuma en tres palabras sus propuestas en lengua.
P. Como dir¨ªa Anguita, lectura, lectura y lectura. Es vital: muchos est¨¢n perdiendo la estructura del lenguaje, la sintaxis.
R. ?En historia?
P. Respeto a los hechos hist¨®ricos y a los historiadores.
P. ?Es una cr¨ªtica a los desv¨ªos nacionalistas?
R. Es una cr¨ªtica a quienes creen que la historia puede cambiarse seg¨²n lo que est¨¢ pasando o lo que queremos que pase en el futuro.
P. ?En geograf¨ªa?
R. Promover el estudio de Espa?a, Europa y el resto del mundo.
P. ?En cultura cl¨¢sica, lat¨ªn y griego?
R. Como dec¨ªa Zubiri, no es que seamos herederos de los griegos, es que somos griegos. Por eso es importante que todos los alumnos conozcan la cultura cl¨¢sica. En lat¨ªn y griego, se recomienda que las Administraciones consoliden su presencia efectiva en el bachillerato.
P. ?En filosof¨ªa?
R. Debe reconocerse su importancia formativa y d¨¢rsele un enfoque m¨¢s hist¨®rico.
P. ?Hubiera sido necesaria la presencia de matem¨¢ticos, f¨ªsicos o bi¨®logos en la comisi¨®n?
R. No hubiera estado de m¨¢s, pero las administraciones han designado a sus representantes. El humanismo no es patrimonio de las humanidades. Es necesario que las ciencias, las matem¨¢ticas o la tecnolog¨ªa se impregnen de humanismo en el aula: en el enfoque, en la did¨¢ctica y en el trasfondo intelectual.
P. Se toma por inculto al que no sabe lat¨ªn, pero no a quien tropieza con una regla de tres o una ra¨ªz cuadrada.
R. Ser culto hoy incluye saber matem¨¢ticas y ciencias, pero eso no exime de conocer lo que fue la cultura griega o romana.
P. ?Qu¨¦ le parece la LOGSE?
R. Me parece una ley positiva que no se debe sacralizar. La extensi¨®n de la educaci¨®n es un paso de gigante, pero reestructurar los niveles para pasar de la EGB a la ESO resulta car¨ªsimo. Y la educaci¨®n sigue siendo el pariente pobre de los presupuestos con todos los Gobiernos. Lo que hay que hacer es ver c¨®mo se aplica y corregir los errores.
P. ?Deja en evidencia su dictamen a Aguirre?
R. Lo ¨²ltimo que yo querr¨ªa ser¨ªa dejar en evidencia a nadie. Y menos, a la ministra, que ha demostrado, ahora que estamos en el Mundial, una buena intuici¨®n de la jugada. La relaci¨®n ha sido grata. P. ?Har¨¢ la ministra un nuevo decreto de m¨ªnimos?
R. No s¨¦. Pero tiene la competencia para hacerlo. Y las comunidades, para desarrollarlo.
P. ?Se reflejar¨¢ el dictamen en las aulas?
R. De ministro aprend¨ª la gran distancia que hay entre un despacho y una clase. Los profesores no son aut¨®matas, tienen libertad de c¨¢tedra. Si consideran que hemos marcado un buen camino, caminar¨¢n por ¨¦l.
P. ?Y ahora qu¨¦?
R. Por decirlo en lat¨ªn, finis coronat opus [El fin completa la obra]. Yo he terminado. Ahora les toca a quienes tienen competencias educativas.
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