La de todos los veranos
JULIO A. M??EZ Pertenece sin duda al terreno de los misterios insondables la creencia de los responsables de Canal 9 en que hacen una televisi¨®n tan rigurosa en temporada alta que resulta necesario aligerarla en los meses de verano. Porque ?en qu¨¦ ocupa su precioso tiempo nuestra desfalleciente cadena auton¨®mica? Eligiendo al azar una semana de programaci¨®n, tenemos cine de ma?ana, cine de noche, cine de medianoche y otra vez cine de medianoche, con lo que a la chita callando se van sus buenas nueve horas de rejilla. No es el esfuerzo imaginativo lo que distingue a los dise?adores de esa parrilla program¨¢tica. Entre pel¨ªcula y pel¨ªcula, la soser¨ªa de Mar Flores y sus mariachis, entrevista con Zaplana, el esperpento de un fatigoso hoy en d¨ªa, entrevista con Zaplana, Jes¨²s Mari?as en trance de registrarse como pareja de hecho tombolera con Ximo Rovira, entrevista con Zaplana, Jos¨¦ Ram¨®n Lluch Quiles hace callar a toda persona sensata en los ratos que le dejan libres sus valientes colaboraciones period¨ªsticas, entrevista con Zaplana, tardes de cine y otra vez tarde de cine y cine de noche y cine de medianoche por otras dos veces para terminar el domingo, como no pod¨ªa ser de otra manera, con cine total despu¨¦s de la entrevista a Zaplana. La verdad es que la ¨²nica manera de aligerar todav¨ªa m¨¢s una programaci¨®n semejante ser¨ªa prescindir de las entrevistas a Zaplana, cuya ristra de huequecitos en tan fascinante rejilla de disparates bien podr¨ªa ser ocupada por la emisi¨®n al terminar la ma?ana del nuevo programa cine de mediod¨ªa, con lo que, de paso, nos ahorrar¨ªamos el suplicio de los telediarios. En lugar de ello ?qu¨¦ bonita ocurrencia se propone perpetrar el equipo directivo de lo que pudo ser y no fue? Pues una especie de terraza de verano a manera de magac¨ªn propiamente veraniego y un programa de canciones para el recuerdo a la mayor gloria de presuntos jubilados. Pero esa ligereza ser¨ªa, con todo, cosa de poca monta si no se completase con emisiones diurnas de festivos programas del tipo la mar de bien, desde el que se estructurar¨¢ de una vez por todas a nuestra comunidad situando sus escenarios simult¨¢neamente en Alicante, Valencia y Castell¨®n. Tampoco basta con eso, de modo que la amplia sonrisa de Mar¨ªa Abradelo -s¨ª, ella- nos refrescar¨¢ hasta el hast¨ªo paticipando nada menos que en tres espacios distintos y ninguno verdadero, en un t¨®rrido despliegue de activismo l¨²dico que incluye, para evitar nostalgias inoportunas, la continuidad durante todo el verano del pertinaz castigo tombolero. De modo que tenemos otra vez la de todos los veranos. Con lo f¨¢cil que ser¨ªa programar entre sonrisa y sonrisa, entre insulto de Karmele Merchante y mordisco al tobillo de Jes¨²s Mari?as, un bonito ciclo de pel¨ªculas de Humphrey Bogart, siempre m¨¢s refrescantes que lo que nos proponen, o bien arriesgarse y dedicar el mes de agosto a un ciclo comentado de las diversas entregas de El padrino, siempre que los comentarios corran a cargo de los responsables de lo que se nos viene encima y de sus inspiradores pol¨ªticos, por donde se encontrar¨ªa un noble pretexto para invitar tambi¨¦n a Zaplana. Lejos de ello, y abrumados por la temible perspectiva de que resulte imposible sintonizar Canal 9 sin recibir a cambio toneladas de engorrosa diversi¨®n, no habr¨¢ de quedarnos otro remedio que prescindir del recurso a nuestra cadena auton¨®mica tambi¨¦n durante los meses de verano.
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