Asun Balzola recuerda el Bilbao de su ni?ez como una ciudad gris y siniestra
"Eran a?os de hierro y viv¨ªamos en Bilbao, ciudad tambi¨¦n de hierro, siempre mojada, brillante y negra". As¨ª describe su ciudad natal la ilustradora Asun Balzola (1942) en su primera novela para adultos Txoriburu (Ediciones Destino). Balzola ha mirado hacia atr¨¢s para contar los primeros siete a?os de su vida que recuerda, como a Bilbao, grises y siniestros. "Cabeza de chorlito,torpe, in¨²til", le dec¨ªan a la peque?a Balzola. No lo ha olvidado
Tampoco ha olvidado la espantosa diferencia entre la abundancia de la burgues¨ªa y la miseria de la mayor¨ªa de la gente a finales de los a?os cuarenta. En su mundo infantil y muy real, los pobres eran muy pobres, pero ella no se relacionaba con esa parte de la sociedad. Los ve¨ªa en el parque de Do?a Casilda, de la capital vizca¨ªna, "mucho m¨¢s grande de lo que es ahora", mientras pugnaba por no mancharse el traje blanco inmaculado. La ilustradora pertenece a una familia de la burgues¨ªa bilba¨ªna. Su padre era ingeniero industrial y con su madre dirig¨ªa una editorial t¨¦cnica. Muy bien situados econ¨®micamente, con estudios y miras amplias, los Balzola viv¨ªan en un piso grande y la editorial de sus padres estaba en el piso superior. Gente bien, con servicio y ni?era para la peque?a, que iban a la casa de Neguri a pasar los veranos. Los recuerdos de antes de los siete a?os de esta ilustradora infantil multipremiada son n¨ªtidos porque, supone, "las infancias infelices se recuerdan muy bien". No se ha guardado nada en sus memorias. Tampoco la opresi¨®n que sent¨ªa. "No pod¨ªa hacer nada. Era una ¨¦poca en la que todo estaba prohibido, ni correr, ni gritar, ni jugar. A los ni?os se nos manten¨ªa en la ignorancia. Eso se reflejaba tambi¨¦n en la manera de hablar. Era un lenguaje muy puritano. La primera vez que yo dije culo creo que tendr¨ªa 35 a?os", explica. La muerte del padre, cuando ella ten¨ªa siete a?os, contribuy¨® a cubrir con un manto negro aquella ¨¦poca de la infancia. Toda la represi¨®n que sufri¨® en su ni?ez potenci¨® la imaginaci¨®n de la peque?a Asun. Aunque quiso ser pirata una vez, lo de contar historias, ya fuera con letras o con dibujos, fue una vocaci¨®n temprana. A los 22 a?os, sufri¨® un grave accidente de coche que la dej¨® con m¨²ltiples discapacidades. "El muchacho que conduc¨ªa se hab¨ªa bebido medio Bilbao", reconoce. Eso no la hundi¨®. En ning¨²n momento pens¨® que su reci¨¦n estrenada vida profesional tendr¨ªa que acabarse. "Era muy vital y muy en¨¦rgica. No pensaba en lo que no pod¨ªa hacer", dice. La idea de escribir Txoriburu le vino a Balzola en el Reino Unido, donde viaja a menudo, hace unos cinco a?os. "Encontr¨¦ un libro en Cambridge de una nieta de Darwin, amiga de Virginia Woolf, que era ilustradora. Se llamaba Gwendoline Raverath y el libro, Una ni?ez en Cambridge. Era precioso y me dije: ?por qu¨¦ no voy a contar yo lo m¨ªo?". Y as¨ª ha hecho. Ahora est¨¢ encantada con la luminosidad de Bilbao, aunque espera que no pierda algo de ese toque gris¨¢ceo, "al menos en los muelles", pide. Hace poco estuvo en la ciudad para presidir el jurado de un concurso de cuentos sobre el Guggenheim. "Los ni?os escrib¨ªan sobre Puppy y te dabas cuenta de que la gente ha hecho muy suyo el Guggenheim. Todo el mundo se sabe lo de la caseta del perro. La presencia del museo es algo muy esperanzador para la ciudad". Ella, que ha recorrido medio mundo y ha ilustrado a escritores en diferentes lenguas, nunca ha dejado de sentirse vasca. La situaci¨®n conflictiva en Euskadi le pone muy nerviosa. "Me entra una desaz¨®n total. No me siento capaz de tomar partido en un sentido o en otro, pero la violencia me deja sobrecogida. Mi postura es radical ante la violencia. Es una inutilidad", afirma. Gracias al ordenador Asun Balzola es una de las m¨¢s prestigiosas ilustradoras infantiles espa?olas. Entre los m¨²ltiples premios que ha recibido est¨¢n el Golden Apple de Bratislava, el Euskadi del Gobierno vasco y varios del Ministerio de Cultura. "Los premios son importantes no s¨®lo porque sean un reconocimiento, sino por la aportaci¨®n econ¨®mica. A m¨ª me ha costado mucho ganarme las alubias", apunta. Se dedic¨® a hacer historias para ni?os porque ella no s¨®lo deseaba ilustrar, sino tambi¨¦n escribirlas, y como apenas pod¨ªa escribir a mano o a m¨¢quina, se decidi¨® por los ni?os m¨¢s peque?os que s¨®lo necesitaban textos cortos. "La llegada del ordenador ha sido una maravilla. A los minusv¨¢lidos nos ha abierto las posibilidades. En 1988, escrib¨ª mi primer texto largo, La cazadora de Indiana Jones, que tuvo mucho ¨¦xito. Gracias al ordenador, con su teclado m¨¢s suave, he podido enfrentarme a hacer Txoriburu", comenta. Uno de los personajes m¨¢s famosos salidos de su imaginaci¨®n es Munia, "una de las primeras hero¨ªnas chicas en la literatura infantil espa?ola". Con ese ordenador tambi¨¦n juega con las ilustraciones. "He dibujado mucho con acuarela, pero luego me pas¨¦ a t¨¦cnicas m¨¢s modernas. He hecho cosas curiosas. Uno de mis ¨²ltimos trabajos es la ilustraci¨®n del cuento de Fernando Aramburu El ladr¨®n de ladrillos. Hice dibujos a mano y luego los manipul¨¦ en el ordenador", explica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.