Un mazazo al turista

En la Maestranza no se encuentra un abonado ni con un candil, claro que ya pas¨® la Feria. Como a la mayor¨ªa no le gustan los toros ni ¨¦stos hacen nada por atraer a nadie, los buenos clientes de Diodoro Canorea desertan de la plaza y se van a las playas.Pero el empresario es hombre de suerte, y los sitios vac¨ªos los ocupan turistas. Acuden de todas las razas y continentes, y convierten la plaza en una sorprendente torre de Babel. Acuden atra¨ªdos por la novedad y el colorido para presenciar una costumbre "b¨¢rbara" y por el recuerdo oper¨ªstico de Carmen. Pero la realidad los desanima pronto. La novedad consiste en el pase¨ªllo y la salida del primer novillo; el colorido termina donde empieza el calor, y estos espa?oles no se parecen en nada a los de la ¨®pera y son unos aburridos de tomo y lomo. En conclusi¨®n, los turistas abandonan la plaza despu¨¦s de cada toro, seg¨²n sus pa¨ªses de origen. Mientras se marchan, hablan y no paran, decepcionados quiz¨¢ por el enga?o. En fin, un mazazo al turismo.

De este modo, cuando Corpas toreaba con temple y gusto al sexto de la tarde se hab¨ªa marchado m¨¢s de la mitad del turismo maestrante. El chaval se enrrabiet¨® en las ver¨®nicas de recibo, y aprovech¨® las largas embestidas del ¨²nico novillo noble y claro de la tarde. Tore¨® bien por ambos lados, con mando, ligaz¨®n y destellos de toreo artista. Mat¨® de un bajonazo, a pesar de lo cual pase¨® una oreja. Nada pudo hacer en su primero, que se raj¨® al comienzo de la faena y se ech¨® varias veces en el albero.

El primer espada, Manuel Bejarano, se llev¨® una cornada menos grave en el muslo izquierdo, y, por desgracia, su actuaci¨®n no pasar¨¢ a la historia. Es un torero con oficio, pr¨®ximo a tomar la alternativa, pero falto de confianza y personalidad. El novillo embest¨ªa con soser¨ªa, pero Bejarano perdi¨® el tiempo entre probaturas y desarmes. Lo hab¨ªa recibido con ver¨®nicas aceptables, y brind¨® al p¨²blico como preludio de un triunfo. Pero su toreo despegado y su escaso sentido de la colocaci¨®n rompieron todos los augurios. Se volc¨® valientemente sobre el morrillo y fue volteado espectacularmente y herido de gravedad. Pag¨® con sangre una oportunidad perdida.

La verdad es que a Marcos Cruz se le presenta un futuro muy complicado, a pesar de ser un torero futurista: acelerado, despegado, sin colocaci¨®n ni temple y con el ¨¢nimo cogido con muy pocos alfileres

Tuvo tres toros y no aprovech¨® ninguno. Ofreci¨® una pobre imagen en su primero, un manso huidizo; no entendi¨® nada al dif¨ªcil cuarto, aunque lo tore¨® esforzadamente por naturales, y se pele¨® con escasos recursos y fortuna con el soso quinto que no se cans¨® de embestir para dejar en evidencia al torero.