El PSE insiste en romper con el PNV si vota con HB contra la Constituci¨®n
Pocas veces un no puede tener tanto valor en el Parlamento vasco. Y pocas veces un ultim¨¢tum del PSE-EE ha tenido tanta credibilidad como ahora. Nicol¨¢s Redondo ha puesto su cargo en juego dentro de la Ejecutiva como aval de su apuesta. Los socialistas no descartaban ayer un acuerdo de ¨²ltima hora, pero saben que si el PNV vota hoy con HB -como I?aki Anasagasti dice que har¨¢n- contra la enmienda del PSE que obliga a los parlamentarios a jurar el Estatuto y la Constituci¨®n para tomar posesi¨®n, todo habr¨¢ acabado.
La decisi¨®n final ser¨¢ adoptada ma?ana en la Ejecutiva del PSE, asumiendo incluso que una decisi¨®n rupturista podr¨ªa desencadenar una reacci¨®n en cadena. Si abandonar el Gobierno vasco es un hecho traum¨¢tico pero simb¨®lico, ya que s¨®lo quedan cuatro meses de legislatura con las vacaciones de por medio, el PNV podr¨ªa romper en las diputaciones de Vizcaya y Guip¨²zcoa, y consistorios.El portavoz en el Congreso del PNV, I?aki Anasagasti, fue ayer esclarecedor de la postura de su partido al confirmar que hoy votar¨¢n en contra de la enmienda. "Pretender con eso que estamos con HB es confundir la gimnasia con la magnesia", a?adi¨®. Tambi¨¦n el presidente de la Ejecutiva de Vizcaya del PNV, Javier Atutxa, advert¨ªa a los socialistas que hoy pueden tener "un empuj¨®n" para irse del Gobierno porque, no lograr¨¢n que los parlamentarios vascos acaten la Constituci¨®n.
Ante ese doble desaf¨ªo, el pacto global que ha orientado los destinos del Pa¨ªs Vasco saltar¨ªa por los aires en medio de un panorama pol¨ªtico novedoso. PNV y HB han blindado sus contactos por encima de los asesinatos de ETA en la recta final de la legislatura, coincidiendo con el fracaso del plan Ardanza. Un blindaje que parece que tambi¨¦n les impide ver las sucesivas encuestas electorales que evidencian su estancamiento electoral y el retroceso de EA.
Frente a ese labrado proceso de acuerdos nacionalistas en el seno de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, y las posteriores "coincidencias" de voto en temas como la Ley del Deporte y Trevi?o, el PSE se encuentra m¨¢s libre que nunca. Con el PSOE en la oposici¨®n, y con unas perspectivas electorales buenas en Euskadi, Redondo se siente en disposici¨®n de mantener su ¨®rdago, y adem¨¢s con el apoyo del secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, y el secretario de pol¨ªtica auton¨®mica, Ram¨®n J¨¢uregui. La cita es para hoy a las 9.30, y el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza se la perder¨¢. Tendr¨¢ que enterarse por radio y televisi¨®n, desde una cama del hospital de Santiago de Vitoria, que su Gobierno se va a pique. Ayer por la ma?ana le operaron de dos hernias. El pleno del Parlamento vasco comenzar¨¢ a debatir a partir de esa hora la reforma del Reglamento de la C¨¢mara. Una reforma que lleva una d¨¦cada en discusi¨®n, casi tantos como la convivencia entre PSE y PNV, y que puede convertirse en el punto y final de una relaci¨®n de conveniencia.
El PNV tiene razones para no creerse el ultim¨¢tum, al menos si se atiene a la historia. Desde que en 1986 el PSE ganara las elecciones auton¨®micas, a pesar de lo cual cedi¨® la presidencia al PNV, el af¨¢n conciliador del ex secretario general del PSE, Ram¨®n J¨¢uregui, ha permitido la gobernabilidad del Pa¨ªs Vasco y la construcci¨®n de una comunidad aut¨®noma azotada y radicalizada por la violencia. Todo a costa de difuminar su identidad como partido. Un largo periodo en el que nunca las crisis han sido determinantes y, salvo el corto periodo de Gobierno nacionalista PNV-EA-EE, el PSE siempre ha estado en un discreto segundo plano. Con el debate sobre la autodeterminaci¨®n en el Parlamento vasco de 1991, los socialistas amagaron con marcharse tras la alianza entre el PNV, EA y EE, pero no rompieron. Cuando Arzalluz dijo en 1996 que Ardanza ten¨ªa que "taparse la nariz para gobernar con el PSE" por los GAL, tambi¨¦n amagaron, pero una rectificaci¨®n del lehendakari, les sirvi¨®. Ahora, es la apuesta de Nicol¨¢s Redondo.
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