De Barcelona a Barcino
La experiencia tiene algo de futurista, pero al rev¨¦s. Un amplio ascensor acristalado, con vistas a la plaza del Rei, desciende hasta el subterr¨¢neo. En el trayecto, un marcador va se?alando la vuelta atr¨¢s en el tiempo: 1998, 1800, 1600, 1100, 700, 200, 0. Veinte siglos de historia. De la imagen virtual de un espect¨¢culo audiovisual que explica la evoluci¨®n hist¨®rica de la ciudad en 28 minutos a un muro de la antigua muralla romana del siglo I despu¨¦s de Cristo recuperado hace poco. De Barcelona a Barcino. El viaje puede realizarse en el Museo de Historia de la Ciudad (Plaza del Rei s/n), que ayer inaugur¨® la reforma de su subsuelo arqueol¨®gico, que ampl¨ªa en 500 metros cuadrados la zona visitable. La visita comienza ahora en una nueva zona de atenci¨®n e informaci¨®n para el p¨²blico. Una peque?a exposici¨®n introduce al visitante en los or¨ªgenes de la ciudad, desde los primeros poblados iberos hasta su fundaci¨®n, a trav¨¦s de un proceso lento de romanizaci¨®n de la Barcino romana y de su sistema de organizaci¨®n urban¨ªstica, econ¨®mica y social. El recorrido, siempre acompa?ado de piezas arqueol¨®gicas procedentes de diversos yacimientos de la ciudad, se mantiene a¨²n en la superficie. En una peque?a sala de cine se presenta un espect¨¢culo audiovisual -que incluye tecnolog¨ªas avanzadas con fragmentos en tres dimensiones- en el que se resumen 2000 a?os de historia de la ciudad en 28 minutos, desde los iberos hasta los Juegos Ol¨ªmpicos. Informado a grandes rasgos de la evoluci¨®n de Barcelona, el visitante desciende en el ascensor y desemboca frente a un antiguo muro de la muralla romana. Una pasarela met¨¢lica o acristalada, seg¨²n las zonas, marca el recorrido sobre los cimientos de las antiguas casas y calles de Barcino. En otro ¨¢mbito expositivo se informa sobre c¨®mo era la vida cotidiana en aquella ¨¦poca. Para ello, se presentan diversos objetos originales -a destacar el fragmento de pintura que representa a un jinete hallado recientemente en la calle Bisbe Ca?ador- as¨ª como la maqueta de una antigua domus (casa) romana y diversos paneles informativos. Tras salir de ¨¦ste ¨¢mbito, el visitante vuelve a sumergirse en los restos romanos. Los carteles -en catal¨¢n, castellano e ingl¨¦s- van indic¨¢ndole que se encuentra frente a los restos de unas antiguas termas o ante una vieja tintorer¨ªa y una lavander¨ªa. ?ste ¨²ltimo comercio es una de las novedades del recorrido, ya que los trabajos de reestructuraci¨®n no se han limitado a organizar los restos arqueol¨®gicos, sino que tambi¨¦n se ha realizado una importante labor de investigaci¨®n que ha permitido conocer el uso que ten¨ªan estas construcciones a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas y los m¨¦todos de estudio arqueol¨®gicos. El an¨¢lisis qu¨ªmico de algunos restos y el hallazgo de dos bolitas de tinte azul entre los muros, por ejemplo, facilitan un mayor conocimiento sobre el citado comercio tintorero. El viaje por Barcino contin¨²a hasta alcanzar una antigua industria de salaz¨®n de pescado y de garum (una pasta realizada con las entra?as y agallas del pescado y que era un manjar muy com¨²n en la ¨¦poca) y sigue hasta alcanzar una de las nuevas zonas excavadas: una industria de producci¨®n de vino que al parecer ten¨ªa grandes dimensiones. En este nivel se ha situado otro ¨¢mbito expositivo dedicado a la producci¨®n y comercializaci¨®n del vino, hist¨®ricamente uno de los elementos b¨¢sicos de la dieta mediterr¨¢nea. Concluida la visita al mundo romano, se accede a la ¨¦poca paleocristiana y visig¨®tica. Entre las novedades destaca la localizaci¨®n de la planta en forma de cruz de una iglesia, en donde se ha situado el ¨²ltimo ¨¢mbito expositivo dedicado, precisamente, a la Barcelona visig¨®tica. El conjunto episcopal de los primeros cristianos barceloneses, que ya estaba abierto al p¨²blico, cierra el recorrido. La salida se produce por la plaza del Rei, aunque en septiembre se iniciar¨¢n los trabajos de reestructuraci¨®n de la parte medieval. Una vez acabados, el trayecto finalizar¨¢ en la antec¨¢mara del Sal¨®n del Tinell, donde se situar¨¢n las salas de exposici¨®n dedicadas al medievo. La inauguraci¨®n de esta nueva fase podr¨ªa coincidir con la celebraci¨®n, el pr¨®ximo a?o, del 750 aniversario de la creaci¨®n del Consell de Cent, el ¨®rgano medieval de gobierno de la ciudad. El objetivo es que en el a?o 2000 el viaje por estos veinte siglos de historia finalice en la Casa Padell¨¤s, en donde se situar¨¢ la parte dedicada a la Barcelona contempor¨¢nea. El conjunto arqueol¨®gico del museo ocupa casi 4.000 metros cuadrados que abarcan el subsuelo de la Casa Padell¨¤s -sede del museo-, la plaza del Rei, el Sal¨® del Tinell, el patio del Museo Mar¨¨s, la calle de los Comtes y la catedral de Barcelona. La reforma de esta zona, excavada en los a?os treinta y cuarenta, se ha realizado por fases. En 1995 se inaugur¨® una primera parte en el subsuelo de la calle de los Comtes y ayer se present¨® la segunda fase, que modifica el circuito para facilitar la visita y la comprensi¨®n de los restos arqueol¨®gicos. El Ayuntamiento de Barcelona ha invertido 172 millones de pesetas en las obras. El programa museogr¨¢fico ha corrido a cargo de Antoni Nicolau, director del centro, y de J¨²lia Beltr¨¢n de Heredia, quien se ha encargado de la investigaci¨®n arqueol¨®gica. El proyecto arquitect¨®nico ha sido realizado por el arquitecto Josep Llin¨¤s, el aparejador Jaume Mart¨ª y el ingeniro Joan Gallostra. La intervenci¨®n en este sentido ha sido complicada, aunque aparentemente m¨ªnima. Destacan la apertura de una serie de ventanales que permiten la visi¨®n de los restos desde la calle. La empresa Sono ha producido y patrocinado el espect¨¢culo multimedia con 80 millones de pesetas.
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