Una victoria "in-evita-ble"
C¨®mo la prensa inglesa calent¨® a su pa¨ªs para la venganza ante Argentina
"Ponga aqu¨ª su rodilla izquierda (encima, un ¨®valo con una cara de Maradona, ojos cerrados como preparado para ser chafado); ponga aqu¨ª su rodilla derecha (la cara del general Galtieri, el villano de la guerra de Las Malvinas, mirando hacia el horizonte); ponga aqu¨ª su cerveza (un circulito punteado). Rece". Todo ello, a doble p¨¢gina, sobre un fondo del "sagrado c¨¦sped de Wembley" y cruzado por la cruz de San Jorge. The Sun, el peri¨®dico sensacionalista brit¨¢nico de m¨¢s venta (3.700.000 ejemplares diarios) calent¨® as¨ª a los aficionados ingleses para "el partido de la venganza", desatando sus m¨¢s bajos instintos contra sus m¨¢s odiados enemigos y prepar¨¢ndoles para lo peor. Para ello, para rezar, dise?aron ese regalo especial, una alfombrilla para colocar delante del televisor.Pero el dudoso gusto de su promoci¨®n no se qued¨® ah¨ª. Entre palabras despectivas ("sucio Maradona", "Argies" -por argentinos-) y constantes referencias a lo que ocurri¨® en 1986 (c¨®mo no, la mano de Dios, sustituida aqu¨ª, en juego de palabras, por la mano de Hod -abreviatura del entrenador ingl¨¦s, Hoddle, que rima con God, Dios en ingl¨¦s- el diario sensacionalista s¨®lo ten¨ªa un objetivo: convertir la victoria en el campo en un asunto de orgullo nacional. Los bajos instintos. Y para tocar un poco m¨¢s las narices a los argentinos, tambi¨¦n arramblan con uno de sus mitos, el de Evita. "No llores por nosotros, Argentina", titulan en la portada; debajo, una foto trucada con la cara de Beckham tapando la de Madonna ("no confundir con Maradona", advierten) en la escena del balc¨®n de la pel¨ªcula y otro t¨ªtulo, "La victoria de Inglaterra es in-evita-ble", original, ?no?). Y luego, el comienzo de la cr¨®nica: "La de hoy es la noche, muchachos, en que nuestros h¨¦roes se vengar¨¢n del estropajoso gol de la Mano de Dios que nos ech¨® del Mundial 86". Pero pese a tanta confianza en la primera p¨¢gina, los del tabloide tampoco las ten¨ªan todas consigo y en las ¨²ltimas recurrieron al influjo divino: "Confiemos en Hod todopoderoso".
Pero si es in-evita-ble que los tabloides recurran a argumentos de ese tipo (si no lo hicieran, el lector se sentir¨ªa decepcionado), no lo es tanto que la prensa seria tambi¨¦n caiga en la tentaci¨®n. As¨ª, todos los t¨ªtulos del respetable The Times est¨¢n te?idos de un af¨¢n belicoso que no deja de sorprender. Aunque el lenguaje b¨¦lico es habitual en las cr¨®nicas deportivas, parece que sobrepasa los l¨ªmites cuando se habla de un partido entre dos selecciones cuyos pa¨ªses sufrieron una guerra real hace s¨®lo 16 a?os. Y m¨¢s con titulares como ¨¦ste: "La fe de Hoddle es compartida por sus jugadores cuando se reinician las hostilidades con Argentina", o, "Shearer nos habla de la batalla con Argentina".
Tambi¨¦n te?ido por el peso hist¨®rico del partido, pero m¨¢s filos¨®fico, hasta con un tono de resignaci¨®n y pacifismo, se lo toma otro serio, The Guardian. "Inglaterra busca que Dios le eche una mano", titula. Y dentro pide un fin de las hostilidades: "?sta es la oportunidad de Hoddle para purgar la memoria de una naci¨®n. Es el momento de enterrar la Mano de Dios en la historia".
The Guardian debe de ser el peri¨®dico que lee Tony Blair, el primer ministro brit¨¢nico, que ha tenido que soportar una minitormenta pol¨ªtica por hablar con ligereza del Mundial. A comienzos de junio, para quitarse de encima a un periodista pesado, a Blair no se le ocurri¨® otra cosa que decir que Argentina era favorita para ganar el Mundial. Margaret Thatcher y otros veteranos de la guerra pusieron el grito en el cielo y el entorno del primer ministro laborista ha reconocido que fue un error decirlo. Inglaterra puede perdonar, pero no olvida.
Y la Bolsa de Londres s¨®lo piensa en los beneficios. Un especialista explicaba en Le Monde c¨®mo una derrota inglesa no afectar¨ªa apenas a la cotizaci¨®n (un tanto l¨¢nguida en la actualidad) de la veintena de clubes brit¨¢nicos en bolsa, pero que una victoria sobre Argentina y una posterior buena marcha inglesa en el Mundial animar¨ªa a los inversores europeos a echar una mirada al otro lado del canal. La mala imagen del hooliganismo quedar¨ªa compensada, dice, por un buen resultado deportivo, por una mayor cotizaci¨®n de sus estrellas (a partir de 1999 el valor de los jugadores en el mercado de traspasos deber¨¢ ser reflejado en los presupuestos de los clubes) y hasta por la buena imagen conseguida con el pr¨ªncipe Carlos y sus hijos apoyando a su selecci¨®n en la tribuna.
La lectura favorita de los trabajadores de las firmas de inversi¨®n es The Sun. Un peri¨®dico muy apropiado, sobre todo para los que gestionan la inversi¨®n de moda: el mercado de futuros del Mundial, basado no sobre los resultados concretos sino sobre la tendencia de los equipos. Para el partido de anoche hab¨ªa nada menos que 17 apuestas diferentes, desde el nombre del jugador que marcar¨ªa el primer gol, hasta el n¨²mero de c¨®rners que lanzar¨ªa cada equipo. Ese mercado atrae a apostantes de todo el mundo, que invierten sumas elevad¨ªsimas que aumentan incluso seg¨²n va avanzando la competici¨®n. Algunos han sufrido fuertes p¨¦rdidas con las derrotas de Espa?a y Nigeria. Los puntos de Inglaterra estaban al alza despu¨¦s de unos inicios dubitativos, pero los argentinos segu¨ªan por encima.
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