La globalizaci¨®n y los pajaritos
Cuando se plantea la defensa de la naturaleza y, por tanto, del hombre mismo, hay que comprender el entorno social y sobre todo econ¨®mico que envuelve la actividad humana. Este hecho es necesario, aunque pretendamos analizar o estudiar el m¨¢s ¨ªnfimo de los pajarillos, ya que, por muy aislado que se encuentre su medio, ¨¦ste siempre estar¨¢ mediatizado por la actividad humana.Sirva el ejemplo del desastre ocasionado por la empresa Boliden-Apirsa en las cercan¨ªas de Do?ana. Es evidente que el da?o ecol¨®gico es grave, pero lo es igualmente para los trabajadores de la empresa y para los agricultores y ganaderos de la zona. El da?o ha sido provocado por una empresa que da trabajo en una zona deprimida, y, haciendo fuerza con este hecho, se ha permitido el lujo de deteriorar un preciado entorno y la econom¨ªa de cientos de agricultores y ganaderos.
Este tipo de hechos, en menor grado, son muy corrientes, y se suele responsabilizar a los naturalistas de hacer desaparecer el trabajo con sus protestas. A este ejemplo a?adiremos la explotaci¨®n no s¨®lo del medio ambiente, sino del propio hombre que realizan las multinacionales aprovechando la debilidad de Gobiernos del Tercer Mundo.
Parece, pues, natural que dentro del pensamiento del ecologista surja o aumente una concienciaci¨®n por los problemas sociales que van ineludiblemente unidos al medio ambiente y a su conservaci¨®n. La defensa del p¨¢jaro, la lagartija, la mariposa o la ballena no son hechos aislados, sino condicionantes de nuestro entorno. Ese canario que se colocaba en las minas y que mor¨ªa al detectar el gas venenoso, avisando a los mineros, existe en nuestro entorno y nos avisa del continuo uso de pesticidas, herbicidas y dem¨¢s venenos que terminan afectando al hombre.
Hoy, el enemigo del naturalista no s¨®lo se encuentra en el desaprensivo que envenena rapaces o maltrata animales, sino en una sociedad econ¨®micamente agresiva, en la globalizaci¨®n de la econom¨ªa que permite a las multinacionales explotar ni?os. No implica esto politizaci¨®n, sino saber en qu¨¦ mundo vivimos.
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