Masa cr¨ªtica
LA INTENSIFICACI?N de los combates en Kosovo y la evidencia de nuevos refuerzos militares serbios en la provincia de mayor¨ªa albanesa convierten en papel mojado el ultim¨¢tum dirigido a Milosevic por las potencias occidentales el 12 de junio, conmin¨¢ndole a la inmediata retirada de sus tropas y la apertura de negociaciones bajo amenaza de represalias de la OTAN. Todo sugiere que, de nuevo, el l¨ªder serbio considera m¨¢s que improbable una intervenci¨®n occidental, a la vista de las discrepancias entre Washington y sus aliados europeos sobre la conducci¨®n de una crisis que, en palabras del mediador estadounidense Richard Holbrooke, ha llegado a un punto cr¨ªtico. Alemania, que siente pocas simpat¨ªas por el r¨¦gimen de Belgrado, considera ya abiertamente innecesaria la retirada serbia como precondici¨®n para unas negociaciones.El ¨²ltimo desencuentro del Grupo de Contacto, que cuestiona la misma utilidad del foro de vigilancia de las potencias occidentales y Rusia, es la decisi¨®n estadounidense de otorgar protagonismo al Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), la organizaci¨®n que aspira a independizarse de Serbia mediante las armas. Washington llama ahora "insurgentes" a quienes hace unas semanas consideraba "terroristas", y argumenta su giro copernicano por el r¨¢pido cambio de la realidad militar en la provincia sure?a serbia: la guerrilla, pese a disponer de un arsenal rudimentario, controla ya entre el 30% y el 40% de los 11.000 kil¨®metros cuadrados de Kosovo y ha comenzado a designar administradores civiles. Ning¨²n alto el fuego puede negociarse sin contar con el ELK, cuyo apoyo crece a medida que se le une la "gente corriente", los kosovares, a los que hace tres meses no se les habr¨ªa pasado por la cabeza alzarse en armas. El encarnizamiento de la lucha, que amenaza con proyectar un nuevo ¨¦xodo hacia pa¨ªses vecinos, socava el escaso dominio sobre los acontecimientos del l¨ªder pacifista alban¨¦s Rugova, hasta ahora ¨²nico interlocutor occidental.
Otro elemento a?ade agon¨ªa a la situaci¨®n. En Kosovo han comenzado a combatirse las dos comunidades que habitan el territorio y que, a trompicones, hab¨ªan conseguido convivir. Vecinos matan a vecinos. La nueva fase de la lucha hace de la regi¨®n un c¨®ctel de gente armada e incontrolable. Algo que cada vez recuerda m¨¢s la pesadilla bosnia.
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