La Escoba de Oro

No pasa un solo d¨ªa sin que los lectores de los diarios nos llevemos una sorpresa, y qu¨¦ mayor sorpresa que a Sevilla le concedan la Escoba de Oro. Hace una semana visit¨® la ciudad una amiga a la que acompa?¨¦ a contemplar los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de Sevilla y tengo que decir que me abochorn¨¦ ante el estado de dejadez de las calles, sorteando heces de perro, v¨®mitos de borrachos y aguantando el olor a orina de las esquinas. Si no tomamos esto en cuenta, y si tampoco lo hacemos con el lamentable estado de los barrios perif¨¦ricos, como es ejemplo sangrante Sevilla Este, en la que los vecinos se pasman cuando ven a una pareja de Lipasam, debemos decir sin rubor que la competencia del Partido Popular de limpieza en el Ayuntamiento de Sevilla es ejemplar y que, por la misma regla de tres, sus compa?eros de partido deber¨ªan concederle a la alcaldesa el silbato de oro por la magn¨ªfica seguridad ciudadana; el azad¨®n de oro por los cuidad¨ªsimos y numeros¨ªsimos parques (por cierto, el estanque de patos del parque de Mar¨ªa Luisa emana un nauseabundo olor); el volante del mismo metal por el tr¨¢fico descongestionado y el servicio p¨²blico de transportes racional y equitativo. Por todo ello, enhorabuena a la se?ora alcaldesa.- Alicia Ortega Sirvent. Sevilla.