El nuevo Lliure costar¨¢ 4.700 millones y tendr¨¢ una platea m¨®vil ¨²nica en Europa

Tocaba visita a las obras de reforma del Palau de l"Agricultura, donde en un futuro cada vez m¨¢s cercano ha de ubicarse la nueva sede del Teatre Lliure. Una sede visiblemente en obras y con fornidos obreros sudando en los andamios el calor del verano. Provistos de unos planos y de un casco blanco, los periodistas avanzamos hacia el interior guiados por Josep Montany¨¨s, responsable del seguimiento de obras. Entre ladrillos, tablones, barreras de seguridad, estructuras tubulares, escalones desiguales y polvo de cemento no hay quien se haga una idea precisa de la grandeza futura. Montany¨¨s, plano en mano, habla del n¨²mero de plantas de las dos alas del edificio, la A y la B, que salvan con semis¨®tanos el desnivel originado por la pendiente de Montju?c. En la primera (A) se sit¨²a el vest¨ªbulo y debajo, dependencias destinadas a talleres, electricidad, sala de ensayos. En la segunda (B), se encuentra la platea y era all¨ª donde, adem¨¢s, se hallaba la noticia. "El nuevo Lliure", dijo, "es el ¨²nico gran teatro en Europa que tiene platea m¨®vil". Pero lo ¨²nico que se ve¨ªa era un inmenso agujero. S¨®lo en un rinc¨®n se apreciaba una solitaria plataforma que ascend¨ªa y descend¨ªa con pl¨¢cida pero orgullosa lentitud impulsada por un motor el¨¦ctrico. Tinta sud¨® Montany¨¨s para hacer comprender a los periodistas que era la acci¨®n combinada de 63 plataformas m¨®viles como la que all¨ª se exhib¨ªa la que daba el car¨¢cter ¨²nico al nuevo Lliure. "Cualquier disposici¨®n, ya sea frontal, central o en pasillo", finaliz¨® Montany¨¨s, "puede conseguirse en unos pocos minutos". La sala tendr¨¢ una cabida m¨¢xima de entre 750 y 850 espectadores. Montany¨¨s asegur¨® luego que lo prioritario era la finalizaci¨®n de las obras en la sala de representaciones, y se?al¨® con aspereza que seg¨²n lo que ¨¦l hab¨ªa dicho las obras no estaban sufriendo retraso alguno y se acabar¨ªan a finales de 1999 (cuando en la primera piedra se preve¨ªa la conclusi¨®n a finales de 1997). Dijo tambi¨¦n que las obras segu¨ªan costando 4.700 millones de pesetas. Llu¨ªs Pasqual lleg¨® al final. Asegur¨® que el nuevo Lliure "estar¨¢ en pleno funcionamiento en la temporada 2000-2001", porque siempre son necesarios unos meses tras la finalizaci¨®n de las obras. De la Ciutat del Teatre, dijo: "Pasa forzosamente por la redefinici¨®n de dos cosas: del concepto de teatro p¨²blico y de la idea del Lliure". Del Teatre Nacional y su relaci¨®n con el teatro privado: "Los pol¨ªticos no son capaces de defender el teatro p¨²blico que ellos mismos han estado construyendo durante 15 a?os. ?As¨ª, claro que avanza el teatro comercial!". Respecto a la calidad del teatro catal¨¢n, arremeti¨® contra todos, actores, directores, escen¨®grafos, y concluy¨®: "Cuando todo est¨¦ funcionando no habr¨¢ bastantes creadores. Para eso est¨¢ el Institut del Teatre, para que vaya formando nuevos profesionales... claro que si todos quieren irse a TV-3 vamos mal". Luego se dio la vuelta y desapareci¨® tal como hab¨ªa llegado, como uno m¨¢s de los hermanos Marx (o el conejo de Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas).