Personajes sanfermineros
Hasta hace muy poco hemos disfrutado en Pamplona de unos taurinos de pro a los que seguimos echando de menos. Con el correr de los a?os han ido desapareciendo y, desgraciadamente, parece que no han encontrado relevo. Ser¨¢ el signo de los tiempos, pero ya son pocos aquellos tipos populares y buenagente que conocimos y que en las fiestas cobraban cierto protagonismo y adem¨¢s ten¨ªan predicamento torero entre sus paisanos. Eran consultados y se les ped¨ªa opini¨®n y consejo yhasta entradas. Los d¨ªas de San Ferm¨ªn eran para ellos como el agua para los peces.De los que trat¨¦ guardo un grato recuerdo de aquel buen Juanito Quintana, el Juanito Montoya de la famosa novela de Hemingway Fiestas, propietario del hotel Quintana en los a?os anteriores a la guerra del 36. Hotel taurino por excelencia en el que se hospedaban entonces los toreros y donde naci¨® su amistad con el Ni?o de la Palma, tal como est¨¢ referido en la citada novela. Amistad que fue reverdecida en los a?os cincuenta con el hijo de Cayetano, Antonio, con quien comparti¨® los ¨²ltimos viajes de don Ernesto. El bueno de Juanito lleg¨® a ser empresario menor y organiz¨® algunos espect¨¢culos taurinos. Hasta en sus ¨²ltimos a?os, cuando su domicilio habitual estaba en San Sebasti¨¢n, jam¨¢s dej¨® de pasar los d¨ªas sanfermineros en su ciudad, y en las horas tempranale ve¨ªa en la cuesta de Santo Domingo para presenciarlos encierros.
Otro gran personaje es Jos¨¦ Rold¨¢n, Pepito, como le llamaban cari?osamente los amigos, incluso cuando ya contaba con mucha edad. Persona de un gracejo especial, siempre presumi¨® de su gran amistad con las familias Bienvenida y Domingu¨ªn. Para ¨¦l no hab¨ªa otros toreros. Pudo ser el a?o 1951: cuando ejerc¨ªa su profesi¨®n de fot¨®grafo en el callej¨®n de la plaza, precisamente donde ¨¦l se encontraba, salt¨® la barrera un toro y el hombre, ya con muchos a?os, sin facultades f¨ªsicas suficientes y sin tiempo para refugiarse o huir, reaccion¨® haci¨¦ndole un quiebro al toro, que milagrosamente pas¨® y sigui¨® su rumbo. Lo que estuvo a punto de ser una tragedia result¨® su mayor satisfacci¨®n y recibi¨® el parabi¨¦n de los toreros actuantes y de los que estaban en el callej¨®n. Fue presidente del Club Taurino.
Santiago Iturria, prestigioso qu¨ªmico, caballero donde los hubiera y con afici¨®n y valor dif¨ªciles de comparar. Era tal su afici¨®n que no ten¨ªa inconveniente en saltar al ruedo en capeas pueblerinas y dar cuatro capotazos a las tocinas viejas, como ¨¦l las llamaba. Durante muchos a?os fue un gran asesor art¨ªstico de la presidencia de nuestra plaza de toros. Tambi¨¦n fue presidente del Club Taurino de Pamplona en su ¨¦poca m¨¢s dif¨ªcil y supo encontrar las personas indicadas para sacar adelante a la sociedad de una situaci¨®n delicad¨ªsima, de la que pod¨ªa haber desaparecido.
Ignacio C¨ªa es director de la Casa de Misericordia de Pamplona.
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