Efecto en cadena

Barajas es un aeropuerto al l¨ªmite de sus posibilidades. Existe una demanda superior de operaciones a la que puede ofrecer. Cualquier incidencia en su normal funcionamiento (huelga de celo de pilotos, reducci¨®n en el n¨²mero de permisos de vuelo, cambio en el sentido del viento) produce una cascada de atrasos que va en aumento conforme pasan las horas. Los colapsos suelen comenzar por peque?as demoras a primera hora de la ma?ana, y acaban con horas de retraso y cancelaciones masivas al caer la tarde.Esta insuficiencia cr¨®nica surge de la propia configuraci¨®n del aeropuerto. Sus dos pistas s¨®lo admiten 50 aeronaves cada hora (entre salidas y llegadas). Pese a ello, las compa?¨ªas a¨¦reas solicitan hasta 70 permisos de vuelo en determinadas horas del d¨ªa.

En esta situaci¨®n extrema, cualquier problema en el aeropuerto tiene un efecto en cadena que puede llegar a ser desastroso. As¨ª qued¨® demostrado el 10 de diciembre de 1996, cuando una m¨¢quina perforadora rompi¨® por la ma?ana un cable el¨¦ctrico en Barajas y desat¨® un peque?o incendio en la galer¨ªa que conectaba la subestaci¨®n el¨¦ctrica con el aeropuerto. En principio no era nada grave, pero bast¨® para poner en marcha el efecto Barajas, y, por la tarde, el aeropuerto cerr¨® durante cinco horas. Fueron cancelados entonces 299 vuelos.