Aeropuerto 1998
DURANTE las dos ¨²ltimas semanas, los viajeros de las l¨ªneas a¨¦reas han sido sistem¨¢ticamente maltratados en el aeropuerto de Barajas hasta l¨ªmites pr¨®ximos a la vejaci¨®n, sin que el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, ni los gestores de AENA (Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea) mostraran en principio la m¨ªnima inclinaci¨®n a explicar esta ca¨®tica y sonrojante situaci¨®n. Como en las pel¨ªculas sobre cat¨¢strofes de la serie Aeropuerto, en las que los pasajeros estaban permanentemente en situaci¨®n de p¨¢nico, en estos 15 d¨ªas se han cancelado 200 vuelos, miles de personas han perdido horas interminables por los retrasos acumulados y m¨¢s de 15.000 maletas -un r¨¦cord absoluto de negligencia- se han quedado en tierra para desconcierto e irritaci¨®n de los damnificados. Barajas se ha convertido en una verg¨¹enza nacional y en el hazmerre¨ªr de Europa justo cuando el tr¨¢fico del turismo veraniego exig¨ªa cuidar la imagen del pa¨ªs. S¨®lo despu¨¦s de que el presidente de Iberia, Xabier de Irala, denunciara al organismo p¨²blico de aeropuertos por no advertir a la compa?¨ªa de los cambios en el sistema de control de tr¨¢fico, que obligaban a suspender o retrasar vuelos, y de que la prensa reflejara la situaci¨®n de alarma social que se estaba produciendo en Barajas es cuando algunos de los responsables del desastre han tenido a bien descender de su pedestal para explicarlo y, de paso, justificarse.Ni la comparecencia del director general de AENA, Carlos Medrano, ni las excusas p¨²blicas del ministro Arias Salgado contribuyen a remediar la inquietud de los usuarios de Barajas. Medrano confirm¨® que el caos est¨¢ causado por el cambio inform¨¢tico de control de vuelos. Pero no explic¨® por qu¨¦ se realiza entre el 20 y el 29 de junio, en v¨ªsperas de las vacaciones de verano, cuando m¨¢s perturbaciones pod¨ªa causar. Las excusas del ministro de Fomento son bien recibidas, pero llegan tarde, y su asunci¨®n de responsabilidades por el desastre suena a descargo exclusivamente verbal, como es pr¨¢ctica com¨²n en el PP. Resulta chocante el limbo pol¨ªtico en el que parece vivir el titular de Fomento, al menos en lo que se refiere a Barajas. Su afirmaci¨®n de que el aeropuerto de Madrid funciona "al l¨ªmite de la sobresaturaci¨®n" pudo ser un diagn¨®stico oportuno diez a?os atr¨¢s; hoy suena a sarcasmo. Hace mucho tiempo que los "graves problemas de coordinaci¨®n", eufemismo que utiliz¨® el inefable portavoz del Gobierno para describir la situaci¨®n de Barajas, deber¨ªan estar resueltos. Tampoco se ha explicado todav¨ªa por qu¨¦ las compa?¨ªas a¨¦reas no fueron informadas de la eventualidad de cancelaciones de vuelos, y, si lo fueron, como asegura Medrano, a qu¨¦ extra?o conflicto responde el que lo nieguen. Nadie ha explicado, en fin, por qu¨¦ los viajeros carecen de la informaci¨®n elemental a que tienen derecho y son tratados como sujetos pasivos y pacientes de las decisiones de la autoridad aeroportuaria.
Ha pasado ya el momento de que los atropellos continuados a los viajeros puedan ser olvidados con unas disculpas compungidas del ministro de turno o una rueda de prensa apresurada del director general de jornada. Tampoco bastan las confusas apelaciones del jefe del Gobierno a la colaboraci¨®n y la comprensi¨®n. La incompetencia en la gesti¨®n de Barajas no es s¨®lo de hoy; se arrastra ya dos a?os, incluye la esperp¨¦ntica propuesta del ministro de Fomento de utilizar Torrej¨®n para aliviar su tr¨¢fico y concluye con la incomprensible indefinici¨®n sobre la conveniencia o no de construir un segundo aeropuerto.
Muchas y detalladas deber¨¢n ser las explicaciones del ministro Arias Salgado en el Congreso el pr¨®ximo d¨ªa 13 si quiere disipar la irritaci¨®n de los ciudadanos y las dudas, cada vez m¨¢s firmes, sobre la gesti¨®n de los aeropuertos espa?oles. Dudas que no se limitan a los gestores de AENA e Iberia, sino que afectan de lleno a los responsables pol¨ªticos de tal desorden. Es decir, al propio ministro y sus colaboradores.
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