Suave inicio del Doctor Music Festival
La convocatoria musical del Pirineo abre con mucho calor e incertidumbre sobre su poder de atracci¨®n
"Por el d¨ªa, el ardiente sol nos fermentaba. Por la noche nos empapaba el roc¨ªo y los inmensos silencios de las estrellas nos avergonzaban hasta la insignificancia". A?¨¢danse los Mojinos Escoz¨ªos -Te voy a com¨¦ tor buyuyu, ese gran tema- a las palabras de Laurence de Arabia para describir el desierto de Nefut y se tendr¨¢ una cierta idea de lo que fue ayer la primera jornada del Doctor Music Festival. Jornada marcada por la belleza del sitio, el sol picante y la incertidumbre sobre el futuro que plantean las primeras cifras. El propio Neo Sala, director, explic¨® que, en funci¨®n de la gente que venga esta edici¨®n, el festival deber¨¢ ser "redimensionado". Dijo que se precisan 28.000 personas para montarlo como hasta ahora. Si no vienen habr¨¢ que reducirlo el a?o pr¨®ximo. Esta cifra a¨²n no est¨¢ descartada si se mantiene la progresi¨®n de ventas de abonos.
Dylan, en el campanario
Eran las 15.30. El p¨²blico hormigueaba por el valle asaeteado por un sol inmisericorde camino del recinto del festival. Y entonces, del campanario de Esterri d"?neu surgi¨® atronador el Blowin" in the wind. "?Cu¨¢ntos caminos debe un hombre andar...?". No era Dylan en persona, que no llega hasta ma?ana, s¨¢bado, sino la megafon¨ªa, pero el efecto fue magn¨ªfico. Aunque, desde luego, el viento no estaba soplando. El bello gesto, es un suponer, del p¨¢rroco de Esterri, sorprendi¨® a algunos. Aunque es verdad que Bob ha cantado para el Papa, y eso da puntos. De momento no es probable que pinchen algo de Barricada en el campanario. "?Dylan? ?Joder, puta leyenda, t¨ªo! Igual no vuelvo a verlo en la vida, t¨ªo". Parece sorprendente, pero la gente joven, mayor¨ªa aqu¨ª, est¨¢ con Dylan. "Legal, t¨ªo, legal. Y pon tambi¨¦n Dani el higi¨¦nico". Incluso una adolescente con corrector dental, aunque maquillada como una buscona profesional de Abilene, le rinde tributo: "Lo veo como un padre". Un abuelete, ni?a.Las puertas del recinto se abrieron poco antes de las cinco de la tarde. Desde las dos de la tarde se pod¨ªa ver grupos de gente estirados o sentados bajo la m¨¢s insignificante sombra en los aleda?os del recinto, como peque?as unidades reunidas antes de una batalla. La gente parec¨ªa a la vez feliz, expectante y resignada. El calor provocaba grandes aligeramientos del vestuario. El domingo viene Michael Lang, organizador del m¨ªtico festival de Woodstock, que proyecta montar algo semejante cerca de Viena. Habr¨¢ que avisarle que traiga sombrilla.
La reorganizaci¨®n de los escenarios, carpas y en general espacios del festival ha redundado en una mayor comodidad para el p¨²blico. Todo est¨¢ m¨¢s cerca.
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