Las 35 horas
La batalla a favor de la semana laboral de 35 horas es un asunto muy importante, como lo demuestra el debate pol¨ªtico, econ¨®mico, social y sindical abierto desde hace tiempo en torno al mismo, pero ello no quiere decir que merezca siempre la primera p¨¢gina de los peri¨®dicos. En varias ocasiones, noticias relacionadas con el debate sobre el reparto del trabajo han tenido un hueco en la primera de EL PA?S, pero no lo tuvo, en cambio, la manifestaci¨®n celebrada el pasado 20 de junio en Madrid a favor de la implantaci¨®n de las 35 horas semanales de trabajo. La noticia de esta manifestaci¨®n se public¨® en la primera p¨¢gina de la secci¨®n Econom¨ªa y Trabajo a cuatro columnas, acompa?ada de una fotograf¨ªa a tres, con un antet¨ªtulo y un titular que reflejaban los aspectos pol¨ªticos y sociales m¨¢s sobresalientes del acontecimiento. Dec¨ªa el antet¨ªtulo: "Julio Anguita cierra la manifestaci¨®n con una llamada a la unidad de la izquierda". Y el titular: Miles de personas reclaman la jornada de 35 horas.Algunos lectores han mostrado su desacuerdo con este tratamiento informativo. Estiman que era un acontecimiento lo suficientemente importante como para merecer la primera p¨¢gina del peri¨®dico (domingo 21 de junio), sobre todo teniendo en cuenta que la noticia central de la primera de ese d¨ªa, acompa?ada de la correspondiente fotograf¨ªa, era la de un grupo de hooligans brit¨¢nicos detenidos en la frontera hispano-francesa cuando pretend¨ªan entrar en Francia burlando los controles policiales establecidos en ese pa¨ªs con motivo del Mundial de f¨²tbol. Un lector de Palma de Mallorca, Llu¨ªs Mar¨ªn, no cree que la relevancia informativa dada a un acontecimiento y la mengua del otro "se ci?a a criterios estrictamente period¨ªsticos y de actualidad". "Esta ma?ana", dice, "me ha causado verdadera sorpresa no encontrar en la primera p¨¢gina la noticia de la manifestaci¨®n en favor de las 35 horas celebrada el d¨ªa 20 de junio y, sin embargo, he encontrado la de unos hombres que no alcanzaban el millar y que s¨®lo les distingue su gran capacidad para absorber cerveza y amorrarse otras bebidas alcoh¨®licas con el fin de celebrar un pandem¨®nium so capa de alg¨²n encuentro de f¨²tbol". A juicio de este lector, "no se puede ser tan minucioso en detalles irrelevantes social y pol¨ªticamente y, sin embargo, hurtarnos elementos para calibrar el hecho social que representa una concentraci¨®n de esta magnitud y de esta relevancia dentro del movimiento sindical".
Nada hay que objetar, sino todo lo contrario, a la importancia que este lector y los que se han dirigido a esta secci¨®n por el mismo motivo otorgan al debate actualmente abierto en foros nacionales y europeos sobre la jornada laboral de 35 horas semanales. EL PA?S tambi¨¦n otorga a este debate una importancia informativa y editorial relevante, como se puso de manifiesto una vez m¨¢s el lunes 22 de junio (el d¨ªa siguiente al que se?alan estos lectores) al incluir en la primera p¨¢gina de la edici¨®n de ese d¨ªa una noticia relacionada con el reparto del tiempo de trabajo: el cambio de criterio producido en el seno de la OCDE a favor de la semana laboral de 35 horas.
Que una instituci¨®n como la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), considerada como la f¨¢brica del pensamiento ultraliberal, observe aspectos positivos en la reducci¨®n del tiempo de trabajo es noticia de primera p¨¢gina. ?Lo era la manifestaci¨®n del 20 de junio? Seguramente ten¨ªa elementos para serlo. Pero que una noticia merezca o no los honores de la primera p¨¢gina depende, entre otros factores, de que tenga o no que competir con otras igualmente o m¨¢s importantes. ?Lo era la detenci¨®n en la frontera hispano-francesa del grupo de hooligans que pretend¨ªan introducirse en Francia burlando los controles policiales de ese pa¨ªs? Los lectores convendr¨¢n en que este asunto, es decir, el del potencial de violencia asociado al f¨²tbol, ha causado una enorme preocupaci¨®n a los Gobiernos y a la opini¨®n p¨²blica durante la celebraci¨®n del Mundial 98. Aun as¨ª, no han podido evitarse graves incidentes protagonizados por hooligans brit¨¢nicos y neonazis alemanes. La prensa europea, y particularmente la m¨¢s seria, ha hecho un especial seguimiento informativo y anal¨ªtico de este fen¨®meno, que tiene un trasfondo social e incluso pol¨ªtico m¨¢s preocupante que el de unos j¨®venes a los que "s¨®lo les distingue su gran capacidad para absorber cerveza".
Porcentaje imposible
En el suplemento Negocios del domingo 14 de junio apareci¨® un antet¨ªtulo a cinco columnas casi tan inveros¨ªmil como, por ejemplo, uno que dijera que se ha visto un elefante volando o algo parecido. El antet¨ªtulo dec¨ªa: "Internet estar¨¢ implantado en el 95% de los hogares del mundo en el a?o 2004", y abr¨ªa una, en muchos aspectos interesante, informaci¨®n sobre los entresijos de la red. M¨¢s de un lector se puso en contacto con esta secci¨®n movido por la curiosidad de saber c¨®mo podr¨ªa realizarse ese milagro inform¨¢tico en tan corto espacio de tiempo en un mundo todav¨ªa en gran parte por debajo de los niveles m¨ªnimos de subsistencia.Desde Boeblingen, Alemania, Ponciano Fern¨¢ndez Arnaiz comenta este porcentaje imposible y afirma: "Yo me creo muchas cosas. Algunas porque me convencen y otras porque me resulta m¨¢s c¨®modo creerlas que estar poniendo siempre peros a las cosas, pero creer lo del 95% me resulta imposible, aunque ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil no tomar nota de una exageraci¨®n tan obvia. Y es que me pregunto: ?resulta esta exageraci¨®n de un error o de una conveniencia?".
La explicaci¨®n dada al Defensor del Lector por el responsable de Negocios es ¨¦sta: "En un apartado del informe de la consultor¨ªa Merrill Lynch denominado Internet navigation, que ha servido de base a la informaci¨®n, se asegura: "Estimamos que, para finales del a?o 2004, el 95% de la poblaci¨®n dom¨¦stica tendr¨¢ acceso a Internet". M¨¢s adelante se a?ad¨ªa esta explicaci¨®n: "Teniendo en cuenta que s¨®lo el 40% de los hogares de EEUU tiene PC, esperamos un desarrollo significativo de los accesos no basados en PC". De todo ello se deduce que la primera frase se refiere ¨²nicamente a los hogares de EEUU, no de todo el mundo, a pesar de que no se dice expresamente". No se dice expresamente, pero tampoco hace falta. De los datos disponibles sobre el actual desarrollo de la econom¨ªa mundial y, en concreto, de las nuevas tecnolog¨ªas, se deduce que s¨®lo en EEUU -ni siquiera en Europa ni en Jap¨®n- es posible que se alcance en el a?o 2004 ese alto porcentaje en la implantaci¨®n dom¨¦stica de Internet. El periodista puede equivocarse, como todo el mundo, pero ha de tener cuidado de no a?adir al error el disparate. Una actitud acr¨ªtica ante las fuentes podr¨ªa llevar -?por qu¨¦ no?- a que en este peri¨®dico apareciera alguna vez ese titular inveros¨ªmil del elefante volando.
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Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.
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