La importaci¨®n de chatarra para reciclar acero carece de garant¨ªas contra la radiactividad

La fundici¨®n de una partida de chatarra importada por Acerinox, posible causante de la nube radiactiva que se extendi¨® por Europa en junio, ha puesto de manifiesto una grave falta de control sobre el tr¨¢fico internacional de residuos nucleares. Acerinox, una de las pocas acer¨ªas espa?olas con detectores de radiaci¨®n, ha comprobado en diez meses cuatro entregas de chatarra radiactiva, todas ellas de importaci¨®n. Pero 10 de las 14 principales acer¨ªas del pa¨ªs carecen de esos sistemas. Las fugas a la atm¨®sfera son d¨¦biles, pero la seguridad de los productos de acero reciclado no est¨¢ garantizada.

Las acer¨ªas compran continuamente chatarra para fundirla y obtener nuevo acero destinado a la manufactura de equipos industriales y ¨²tiles dom¨¦sticos.Parad¨®jicamente, Acerinox se ha colocado en el ojo del hurac¨¢n por tratarse de una de las pocas empresas que cuenta con equipos de detecci¨®n de contaminantes radiactivos. De las 14 principales acer¨ªas espa?olas, s¨®lo cuatro (Acerinox, Aceros Olaya, Sidenor y Tubos Reunidos) tienen instalados esos sistemas de seguridad en sus plantas. Ninguna ley les obliga a ello, ni en Espa?a ni en el resto de Europa.

Por esta raz¨®n, Acerinox constituye un buen indicador de lo que puede estar sucediendo en otras empresas del sector sin que nadie lo advierta. Y el resultado dista de ser tranquilizador. Seg¨²n la propia empresa, ya en septiembre y octubre de 1997 los sistemas de su planta de Algeciras localizaron dos partidas de chatarra importada que conten¨ªan piezas radiactivas. Nadie m¨¢s lo supo. Sumados a los casos del 30 de mayo y del 2 de julio de este a?o, el balance asciende a cuatro incidentes en diez meses, s¨®lo en una factor¨ªa. Anteayer viernes se uni¨® el caso detectado en Sidenor (v¨¦ase EL PA?S de ayer). Todas estas entregas de chatarra peligrosa se habr¨ªan colado en la mayor¨ªa de las acer¨ªas espa?olas, al carecer de detector.

El problema no acaba ah¨ª. Los materiales radiactivos suelen desecharse protegidos por c¨¢psulas de acero y plomo, cuya funci¨®n es precisamente impedir que emitan radiaciones. En estas condiciones, los sistemas de seguridad no pueden detectar la contaminaci¨®n a la entrada de la f¨¢brica. S¨®lo al fundir el material en el horno, la radiaci¨®n escapa y puede medirse (en el dudoso supuesto de que alguien se ocupe de medirla). As¨ª se supone que ocurri¨® el pasado 30 de mayo.

Algunos materiales radiactivos pueden acabar formando parte del acero tras el proceso de reciclado. No es el caso del cesio-137 (el is¨®topo que detect¨® Acerinox a principios de junio), que se evapora durante la fusi¨®n de la chatarra. Pero s¨ª puede ocurrir con el cobalto-60 (tambi¨¦n detectado por Acerinox el 2 de julio), el oro, el iridio y otros metales de menor importancia.

Hay precedentes verificados (ninguno en Espa?a) de acero contaminado que, inadvertidamente, ha llegado a incorporarse a objetos de uso cotidiano. Entre 1982 y 1984, unas vigas de refuerzo contaminadas con cobalto-60 se utilizaron para construir 120 edificios en Taiwan, seg¨²n descubrieron 10 a?os despu¨¦s los responsables de la supervisi¨®n nuclear de ese pa¨ªs. Los 114 residentes del edificio de apartamentos m¨¢s contaminado recibieron dosis de radiaci¨®n excesivas (hasta 120 microsieverts por hora). Tambi¨¦n en 1983, una bomba de cobalto (un aparato com¨²nmente usado en las unidades cl¨ªnicas de radioterapia) entr¨® inadvertidamente en la cadena de reciclado en Ciudad Ju¨¢rez (M¨¦xico). El metal contaminado s¨®lo fue detectado dos a?os despu¨¦s, cuando una partida de piezas para mesas iba a ser exportada desde M¨¦xico a EE UU, e hizo saltar las alarmas en la aduana.

Ni en Espa?a ni en el resto de Europa se ha evaluado sistem¨¢ticamente cu¨¢nta chatarra radiactiva circula sin control, ni cu¨¢nta acaba en las fundiciones. Ese estudio s¨ª se ha hecho en Estados Unidos (la ¨²ltima actualizaci¨®n apareci¨® en la revista t¨¦cnica Health Physics en marzo de este a?o), con resultados desesperanzadores: desde 1983 se han descubierto 2.357 entregas que conten¨ªan material radiactivo incontrolado. De ellas, 49 se llegaron a fundir en las empresas que reciclan acero y otros metales. Los autores, investigadores de la Comisi¨®n de Regulaci¨®n Nuclear de Washington y del Departamento de Protecci¨®n Ambiental de Pensilvania, est¨¢n convencidos de que muchos otros casos han pasado inadvertidos.

Los responsables de Acerinox, del Consejo de Seguridad Nuclear y de la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) coinciden en se?alar que el control de la chatarra importada es deficiente y que las acer¨ªas deber¨¢n instalar sistemas de detecci¨®n pese a que la ley no les obliga. Sin embargo, s¨®lo un control estricto en los pa¨ªses de origen podr¨¢ eliminar el riesgo.