Un mill¨®n de personas se lanza a los Campos El¨ªseos

Y la apoteosis explot¨® en Francia. La sentencia firmada por Petit dio rienda suelta al delirio colectivo y sobre todo a un largo suspiro de alivio que, durante 90 minutos, los franceses hab¨ªan contenido. La masa concentrada en los parisinos Campos El¨ªseos -s¨®lo en esta avenida se congreg¨® un mill¨®n de personas-, en la Bastilla, en el Trocadero, en la plaza del Hotel De Ville, en toda la capital se liber¨® al fin del gusanillo que les atenaz¨® el est¨®mago. S¨®lo los dos primeros goles de Zidane permitieron atemperar los nervios. Zidane levant¨® del sof¨¢ a media Francia y Par¨ªs tembl¨® al grito de "vamos a ganar".Al tiempo que el equipo anfitri¨®n avanzaba hacia la victoria, los seguidores franceses iban dando cr¨¦dito a un sue?o. Banderas en alto, c¨¢nticos, gritos y millones de almas reunidas en torno a un color. Los petardos y los fuegos artificiales se apoderaron del cielo franc¨¦s. A pie o en coche, los parisinos se echaron a la calle. Los franceses, muy pasivos al principio del torneo, se rend¨ªan a la magia del f¨²tbol. La frialdad se qued¨® a un lado y toda Francia se fundi¨® en un abrazo. Un grito se generaliz¨®: "No me lo puedo creer". Nada imped¨ªa ocultar la emoci¨®n. Comentaristas pintados con la bandera tricolor, equipos enteros desbordando los platos. La fiesta no hac¨ªa m¨¢s que empezar. La masa que invad¨ªa Par¨ªs amenazaba con alargar la celebraci¨®n hasta ma?ana, d¨ªa en que los franceses celebran su fiesta nacional. Pero este a?o la fiesta se ha adelantado dos d¨ªas. Los dispositivos policiales y televisivos, preparados para el d¨ªa 14, se pusieron en marcha antes de tiempo.