Cuando Rodr¨ªguez usaba palet¨®
Cant¨¢bamos de peque?os Cuando Fernando VII usaba palet¨®, repiti¨¦ndolo en tonos sucesivamente quedos o estruendosos. Pero, ¨²ltimamente, quien usaba palet¨® era Miguel ?ngel Rodr¨ªguez. El susodicho era secretario de Estado para la Comunicaci¨®n y, al parecer, portavoz del Gobierno en funciones mientras se nombraba a una ministra que todav¨ªa sigue a la espera de su designaci¨®n. Hasta que, el viernes pasado, Rodr¨ªguez goz¨® de un raro privilegio, el de dar la noticia de su cese. Un cese que pudo presentar a los periodistas con la superioridad del "¨¦sta no se la esperaban", bajo el formulismo de "a petici¨®n propia", que le permiti¨® sacar pecho ante la infanter¨ªa period¨ªstica. As¨ª lo ha publicado el decreto aparecido en el Bolet¨ªn Oficial del Estado del s¨¢bado, donde figura tambi¨¦n la obligada coletilla de "agradeci¨¦ndole los servicios prestados", de la que es imposible enorgullecerse porque tampoco se libr¨® de ella ninguno de los truhanes relevados de sus cargos p¨²blicos desde que se edita la Gaceta de Madrid. Un decreto firmado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en cuyo encabezamiento puede leerse que "a propuesta del vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Presidencia, vengo en cesar a don Miguel ?ngel Rodr¨ªguez como secretario de Estado para la Comunicaci¨®n". Pero es in¨²til buscar el cese de Rodr¨ªguez como portavoz del Gobierno. Tan in¨²til como buscar su nombramiento para ese cargo, que, seg¨²n se deduce, s¨®lo fue desempe?ado de manera f¨¢ctica, sin nombramiento oficial alguno por el ahora cesante.Tampoco el BOE, al menos hasta ayer lunes, hab¨ªa dado cuenta de la designaci¨®n como portavoz del Gobierno del actual titular de la cartera de Industria, Josep Piqu¨¦. De donde cabe colegir que Piqu¨¦ hereda la misma precariedad de su antecesor en cuanto a falta de nombramiento se refiere. El designado verbal llega precedido de fama de hombre educado. No se le conocen hasta ahora brusquedades, aunque s¨ª haya mostrado en el ejercicio del cargo ministerial determinaciones, una de las cuales manifestada muy recientemente hac¨ªa coincidir su abandono de la pol¨ªtica con la fecha en que concluyera la presente legislatura. Con ese prop¨®sito abandonista, ajeno a todo deseo de perpetuarse, sin carn¨¦ del partido ni intimidad presidencial alguna, el ejercicio de la funci¨®n de portavoz parece m¨¢s bien arriesgado, aunque el designado posea idioma catal¨¢n y haya tenido responsabilidades en la Generalitat.
En todo caso, nadie imagina al nuevo encargado de la portavoc¨ªa, Josep Piqu¨¦, llamando como su predecesor, ma?ana, tarde y noche, para dar instrucciones a los directores de los informativos de TVE y RNE y a los de las otras emisoras y canales, ya sean abiertos o codificados, as¨ª como a los directores de las agencias, empezando por la de casa, y a los de los diarios de alcance nacional. Como m¨¢quina de encabronar a los grupos medi¨¢ticos y a los partidos pol¨ªticos, el rendimiento de Piqu¨¦ se presenta incomparablemente m¨¢s bajo. Ahora, todo ese trabajo asumido por Rodr¨ªguez puede recaer en el vicepresidente primero. Es seguro que Francisco ?lvarez Cascos se abstendr¨¢ de formular reparos si le sobreviniera un incremento de semejante tarea agresiva, a la que viene demostrando ser muy propenso y para la que se siente muy bien dotado tanto por su temperamento natural como por su constante entrenamiento. Despu¨¦s de tantas crispaciones y amenazas, faltos de Anson, de Herrero (Antonio) y de Rodr¨ªguez, ?se avecinar¨¢n tiempos de paz? Pues, en ese caso, atentos, porque la desmovilizaci¨®n subsiguiente puede producir notables descoloques.
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