Un mill¨®n de libros llegados del Bronx
Un librero de Sevilla saca al mercado una monta?a de vol¨²menes comprados en Nueva York
Una vieja historia habla de un bibli¨®filo que lleg¨® a matar para apropiarse de un libro con el que so?aba desde hac¨ªa a?os. Hay personas que huelen los libros con los ojos tan cerrados como si fueran s¨¢banas guardadas entre membrillos. Hay quien compra ediciones rec¨®nditas tras buscarlas durante d¨¦cadas y, segundos despu¨¦s, una leve frustraci¨®n inicia su labor de zapa con la eficacia de los sue?os cumplidos de improviso. Alg¨²n tipo enloquecido desear¨ªa, incluso, zambullirse en un mar de libros. Hay un sitio donde podr¨ªa hacerlo, la nave que tiene el librero y poeta Abelardo Linares cerca de Sevilla.En la nave hay aut¨¦nticas monta?as formadas por centenares de paquetes de libros que se levantan varios metros hasta el techo. Linares compr¨® en el Bronx (Nueva York) un mill¨®n de libros en 1995. La librer¨ªa del fallecido Eliseo Torres estaba en un desvencijado edificio de cuatro pisos del Bronx, uno de los barrios m¨¢s duros y violentos de la ciudad estadounidense.
Torres reuni¨® un fondo de un mill¨®n de libros en castellano editados entre las d¨¦cadas de los veinte y los ochenta. Sus hijos no continuaron con el negocio. Linares compr¨® los libros y se los trajo a Espa?a por barco. La mayor¨ªa los tiene guardados en el almac¨¦n, situado en el pol¨ªgono Nave Expo, en Valencina de la Concepci¨®n. Linares es due?o en Sevilla de la librer¨ªa Renacimiento y guarda la mayor parte de sus fondos en el almac¨¦n.
El poeta Abel Feu es el responsable de esta nave, en la que trabajan otras dos personas. Ni siquiera Feu conoce uno de los secretos mejor guardados, el coste de la compra que hizo Linares. "A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa saber cu¨¢nto costaron los libros", indic¨® ayer Feu. Su jefe, Abelardo Linares, est¨¢ de viaje en Cuba. Este diario no pudo ayer localizarle y preguntarle cu¨¢nto pag¨® por los libros.
La tarea de Feu es ¨ªmproba, catalogar los cerca de 900.000 libros que hay en la nave. De momento se han catalogado unos 50.000. Otros est¨¢n todav¨ªa sin clasificar en las filas de anaqueles y estanter¨ªas, que ocupan dos tercios de la nave. Alrededor de 500.000 vol¨²menes est¨¢n a¨²n metidos en cajas y paquetes. Con todo, hablar de cantidades puras y duras de libros no refleja lo que hay dentro del almac¨¦n. Un recinto de este tipo podr¨ªa contener bazofia impresa de libros aburridos y sin inter¨¦s. No es ¨¦ste el caso.
Porque lo que hay en la nave de Abelardo Linares son magn¨ªficas ediciones de poes¨ªa, novela y ensayo. Libros de muchos de los poetas que tomaron el camino del exilio y que dan fe de la hospitalidad de M¨¦xico, Argentina o Puerto Rico lanzan su luz desde los anaqueles. Junto a ellos hay obras publicadas hace poco m¨¢s de diez a?os y a las que la cortedad de los fondos de muchas librer¨ªas han convertido en inencontrables.
Abel Feu destaca una de las cualidades que adornan la nave. "Las librer¨ªas ya no almacenan. Encontrar en una librer¨ªa un libro de hace 10, 15 o 20 a?os es imposible", explica. Feu se?ala que los libros que hay en las cajas desbordan las posibilidades de la nave. Seg¨²n avanzan las tareas de catalogaci¨®n y de apertura de cajas y paquetes, el espacio se va reduciendo. "Las cajas repetidas las llevaremos a otro sitio", explica. "Llevo dos a?os en este trabajo y cada vez estoy m¨¢s entusiasmado", agrega Feu. Los libros son vendidos a clientes particulares que los solicitan a la librer¨ªa Renacimiento, y tambi¨¦n, en algunos casos, a organismos e instituciones. Las ventas nunca se efect¨²an en grandes cantidades de vol¨²menes, precisa Feu.
En la nave hay, en suma, un para¨ªso para el que ama la literatura. Editoriales que lucen su recuerdo legendario en la memoria ocupan los pasillos. Barral Editores, Aguilar, Guadarrama, ?nsula, Losada... Los viejos libros de la colecci¨®n Austral reparten su gama de colores. Los tomos, duros y ligeros a la vez, de la colecci¨®n ?ncora y Delf¨ªn, de la editorial Destino, tienen un regusto a hegemon¨ªas literarias de hace 20 a?os.
El fest¨ªn libresco es perpetuo. Novelas publicadas apenas hace 20 a?os se acostumbran al olvido, ordenadas en un rinc¨®n. Los libros de la editorial Planeta est¨¢n impecables. Decenas de autores que casi nadie recuerda ya esperan la luz de alg¨²n hospedaje mientras atraviesan monta?as de tiempo e indiferencia.
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