R¨¦plica obligada
Siendo como es Fernando Savater el fil¨®sofo m¨¢s acelerado del Mediterr¨¢neo (incluida Grecia), s¨®lo me queda la esperanza de que no sea tambi¨¦n el m¨¢s acertado y sagaz en el enjuiciamiento del humor gr¨¢fico en general y del m¨ªo (si existiere) en particular. Y lo digo porque la ejecuci¨®n sumaria que hace de mi trabajo en este peri¨®dico que tambi¨¦n es el suyo (viva el compa?erismo) me ha dejado tan apesadumbrado y maltrecho como a Marco Antonio la excelsitud de Bruto en las exequias de Julio C¨¦sar (seg¨²n Shakespeare).Pero los motivos de esta obligada r¨¦plica son dos: una puntualizacion y una reiteraci¨®n: La puntualizaci¨®n (anecd¨®tica) consiste en sostener que jam¨¢s en entrevista alguna he dicho que mis dibujos son "pensamientos", como me atribuye Fernando Savater en su amable carta del 14 de julio. No soy tan cursi, no es mi estilo de respuesta y adem¨¢s nunca defino mis dibujos: me sobrar¨ªan palabras.
La reiteraci¨®n (y ¨¦sta es la parte m¨¢s grave de esta r¨¦plica en defensa propia) consiste en reincidir en algo que se dec¨ªa en el dibujo que tanto ha molestado a Fernando Savater: "Unos ejecutaron a Miguel ?ngel Blanco. Otros no supimos evitarlo": eso dije (no m¨¢s, no menos) el domingo 12 de julio, y ahora cambio la segunda parte y digo (aunque admito desmentidos): "Otros no supieron, ni pudieron, ni quisieron evitarlo". Hago esta correcci¨®n despu¨¦s de leer la imp¨¢vida confesi¨®n de pasividad al efecto que el presidente Aznar hace a Carmen Gurruchaga en El Mundo del mismo 12 de julio.
Espero que este nuevo epitafio, aunque subproducto mental m¨ªo, no le haga morir de risa a mi estimado oponente y detractor Fernando Savater.- . .
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