SKA-P endurece su rock de protesta radical
Su nuevo disco, "Eurosis", lanza una proclama contra la "Espa?a que va bien"
Ensayaban en un local de Vallecas (Madrid) despu¨¦s de trabajar como calefactores, electricistas o estar simplemente en el paro. Ten¨ªan guitarras de 10.000 pesetas.Son seis. Su primer disco, SKA-P (1995), era ya una proclama radical en la que combat¨ªan al sistema con letras ska punk. El vals del obrero (1997), su segundo ¨¢lbum, vendi¨® 150.000 copias, sin la promoci¨®n de radiof¨®rmulas de gomina, s¨®lo con el boca a boca. Ahora presentan Eurosis, una vuelta de tuerca m¨¢s a esa Espa?a que va bien pal banquero, pal alcalde y para nuestro presidente.
Son fieles al trasunto de Vallecas, un "barrio ca?ero" en el que han crecido entre edificios de ladrillo visto, litros de cerveza y el salario m¨ªnimo. Joxemi, el ¨²nico del grupo no nacido en Madrid, sino en Navarra, llega tarde a la entrevista porque acaba de dejar la furgoneta de reparto del correo. Lo de cartero, de momento, dice que no lo deja, a pesar de los 150.000 discos que vendieron con su segundo trabajo. "En la m¨²sica no se gana tanto dinero como cree la gente y nosotros invertimos en nuestros equipos y en causas en las que creemos". Causas como las que reflejan canciones de su nuevo disco Eurosis: Am¨¦rica Latina ?Libre! ("Hay un dolor en Am¨¦rica Latina, el clamor de todo un pueblo por la libertad, la pobreza cre¨® a los insurrectos") o Kacikes ( "Mis negocios con la mafia en clandestinidad, especular con los inmuebles, rentabilidad, soy el due?o de un imperio, h¨¦roe nacional").Con estas letras, muchos se preguntan por qu¨¦ han firmado con una multinacional, BMG, con la que ¨¦ste es el segundo trabajo, despu¨¦s de El vals del obrero. "Si esto sirve para llegar a m¨¢s gente, mucho mejor. Nosotros vamos contra el sistema pero somos conscientes de que formamos parte de ¨¦l. Desde que montas en un autob¨²s o entras en el cine", dice Paco, el bater¨ªa, con una camiseta en la que se lee ?Basta ya! "Eso, excluye, por supuesto, que nos pinchen en radiof¨®rmulas porque ser rebelde est¨¦ de moda", afirma Julio, el bajo, con cierta indignaci¨®n por el trato de algunos medios que simplifican sus actitudes. "No quemamos ikurri?as, ni banderas de otro tipo, ni nos hemos negado a tocar por dinero".
Su identidad la marca una rebeld¨ªa que en Eurosis radicalizan : "Hemos tocado lo intocable: la monarqu¨ªa era un tema tab¨², el juego de intereses de los pol¨ªticos. Entendemos que son temas que no interesan". Pero se ven, sin embargo, como unos "m¨²sicos mediocres" porque tocan como quieren, sin m¨¢s m¨¦todo que el de unos contenidos apol¨ªticamente anarquistas. Dicen que en Eurosis, la instrumentalizaci¨®n la han trabajado m¨¢s, con la trompeta de Angelo Mancini, o los teclados de ?ngel Luis Samos, los dos de Hechos Contra el Decoro.
Las influencias de este grupo recorren un abanico musical en el que se entremezclan el rock, el punk, el heavy o el reagge aunque no les gusta que les etiqueten como un producto m¨¢s de un mercado contra el que ellos se rebelan. Representar a Vallecas (con k de radical) es abanderar, m¨¢s que una postura, una impostura contra todo lo establecido. Ahora s¨®lo piensan en la gira que tienen prevista por toda Espa?a, hasta el mes de septiembre, y les llevar¨¢ a Europa en octubre. En su itinerario, tienen prioridad los campos de f¨²tbol de ciudades perif¨¦ricas con un alto ¨ªndice de paro. Suena el tel¨¦fono y Cogote contesta: "?Presentar el disco en unos grandes almacenes? Ni hablar. Esos son unos fascistas".
Babelia
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