Humano laberinto
"Humano laberinto de m¨ª mismo", dice un personaje describiendo su propia confusi¨®n: viva el barroco. Todo en esta Dama es humano laberinto; el vodevil de antes de que lo inventaran los franceses y lo mejoraran los ingleses, el enredo latino, italiano y espa?ol. Puertas ins¨®litas, encuentros y desencuentros impensables, personas que se desconocen en la oscuridad, sospechas de sobrenatural; todo al servicio de lo mismo que condenaba a muerte el escritor en sus tragedias: la libertad de la mujer, la forma de escapar a los c¨®digos del amor impuestos por la sociedad majadera.El honor, que sigue siendo en esta ligera comedia la est¨²pida y poderosa fuerza que manda a los personajes, como si fuera un destino. Tengo desde hace a?os la vehemente sospecha de que Don Pedro Calder¨®n de la Barca no cre¨ªa en nada, pero estaba al servicio de la sociedad dominante de su tiempo. C¨®mo iba a creer un hombre de su talento en la ferocidad ordenada de los dominantes.
La dama duende
De Pedro Calder¨®n de la Barca. Int¨¦rpretes: Luis Varela, Pedro Valent¨ªn, Yolanda Arestegui, ?frica Gozalbes, Jes¨²s Cisneros, Enrique Men¨¦ndez, Esther del Prado. Difusi¨®n y Prensa: Roseta Campos. Luminotecnia: Carlos Moreno. Gerencia: Paloma Moreno. Escenograf¨ªa y Direcci¨®n Art¨ªstica: David Bello. La Cena Del Rey Baltasar, de Pedro Calder¨®n de da Barca: Int¨¦rpretes, Enrique Escudero, Francisco Churruca, Jes¨²s Gonz¨¢lez, Ana Fern¨¢ndez, G¨¢dor Mart¨ªn, Juanjo L¨®pez, Guillermo Dorda. Muralla ?rabe, Parque del Emir Mohamed I. Madrid.
No creo yo que este festejo, o "La fiesta del siglo de oro", como enf¨¢ticamente dice su programa, sea motivo de una cr¨ªtica teatral. La dicci¨®n de los complejos versos del barroco sorprende a los f¨¢ciles espectadores y a veces, c¨®mo no, a los propios actores; el vocabulario desorienta -la primera vez que se dice la palabra "retrete" hay una oleada de risas: no lo encajan con habitaci¨®n peque?a y retirada, ¨ªntima-, la sorpresa deja de ser eficaz cuando se repite demasiado.
Pero no es esta la cuesti¨®n: es que algo de aire llega desde la sierra a lo que fueron campamentos morunos; que se puede comer de una larga carta, que hay tiendas, y quiromantes; que algunos alquilan disfraces y se pasean, felices.
El mi¨¦rcoles hab¨ªa una larga fila de espectadores, ya con la entrada en la mano, esperando la apertura del recinto. Pasa todos los a?os, y todos los a?os funciona.
Babelia
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