Camboya intenta ahuyentar en las urnas el fantasma de una guerra civil
Un a?o despu¨¦s del golpe de Estado de Hun Sen, el jefe de Gobierno comunista que expuls¨® del poder al coprimer ministro Norodom Ranariddh, hijo del rey Norodom Sihanouk, alrededor de 5,8 millones de camboyanos acudir¨¢n ma?ana a las urnas para elegir a sus 122 diputados. Pero estos trascendentales comicios comportan el riesgo de reavivar la guerra civil que ha sumido a este pa¨ªs del sureste asi¨¢tico en la miseria y que apenas ha tenido cuatro a?os de tregua en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas.De la nueva mayor¨ªa deber¨¢ emerger un equipo gubernamental leg¨ªtimo, tras un a?o marcado por los asesinatos en los c¨ªrculos cercanos al pr¨ªncipe Norodom, cuyo partido, el Frente de Unidad Nacional para una Camboya Independiente, Neutral, Pac¨ªfica y Cooperativa (Funcinpec), ha sido disuelto por el Gobierno y ¨¦l mismo juzgado por un tribunal compuesto por colaboradores de Hun Sen. La intimidaci¨®n a la oposici¨®n pol¨ªtica, la intervenci¨®n de Hun Sen en la Administraci¨®n -desde el Ej¨¦rcito hasta el sistema judicial- y la casi desaparecida guerrilla de los jemeres rojos como fuerza pol¨ªtica tras la muerte de su antiguo l¨ªder, Pol Pot, marcan tambi¨¦n la situaci¨®n del pa¨ªs.
Pero este reino (de tan s¨®lo 10,3 millones de habitantes, donde la esperanza de vida media no supera los 53 a?os y la renta per c¨¢pita se sit¨²a en 270 d¨®lares -41.000 pesetas- al a?o) sigue carcomido por una corrupci¨®n omnipresente, tiembla ante la posibilidad de volver a ver enfrentadas a las diferentes facciones pol¨ªticas y pagar las consecuencias.
Malos augurios
En 30 a?os, s¨®lo se han conocido cuatro de tregua, el periodo comprendido entre las elecciones de 1993 y el golpe de Estado de 1997. Adem¨¢s, en las ¨²ltimas semanas, los camboyanos m¨¢s ricos han huido de la capital, mientras los m¨¢s pobres almacenan arroz y todos los alimentos disponibles. Numerosos comerciantes, muchos de ellos vietnamitas, colocan los cierres met¨¢licos en sus establecimientos.La dureza de la campa?a electoral no augura nada bueno, a pesar de que el jefe de la polic¨ªa afirm¨® esta misma semana que la violencia ha sido inferior a la de la campa?a electoral de 1993.
Los grupos de defensa de los derechos humanos, sin embargo, denuncian las medidas de intimidaci¨®n y agresi¨®n contra la oposici¨®n. Algunos candidatos han sido detenidos, interrogados y golpeados por la polic¨ªa. Fuentes de la ONU dan cuenta de 13 asesinatos de marcado car¨¢cter pol¨ªtico desde el pasado 25 de mayo, sin que se haya abierto ninguna investigaci¨®n por parte del Comit¨¦ Electoral Nacional (CEN), el organismo gubernamental encargado de supervisar las elecciones.
La inacci¨®n del CEN no ha impedido que los observadores europeos, m¨¢s preocupados por la estabilizaci¨®n pol¨ªtica de Camboya, den su visto bueno a un proceso electoral que juzgan "en conjunto, satisfactorio".
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