La C¨¢mara baja del Parlamento abordar¨¢ con urgencia el saneamiento de las instituciones bancarias en crisis
La ley para reflotar se acelera. La Dieta o C¨¢mara baja del Parlamento japon¨¦s celebrar¨¢ una sesi¨®n extraordinaria, seguramente el 7 de agosto, para poner a punto algunos de los instrumentos previstos pero a¨²n no aplicados para sanear las instituciones con mayores problemas.As¨ª lo anunci¨® ayer el ministro de Finanzas, Hikaru Matsunaga, en consonancia con la prioridad que el nuevo l¨ªder del PLD da a este problema. "Hemos terminado el borrador, que no difiere de las ideas de la oposici¨®n", asegur¨®. Tambi¨¦n ayer, la Agencia de Supervisi¨®n Financiera, creada el 22 de junio, inici¨® su inspecci¨®n sobre ocho de los 19 principales bancos, que totalizan m¨¢s de la mitad de los pr¨¦stamos dudosos.
El proyecto de ley contempla la creaci¨®n de un mecanismo b¨¢sico, los bancos-puente, algo similar al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD) espa?ol, pero con dos grandes diferencias, en principio: no hay una sola entidad fuerte para canalizar todos los bancos que deban intervenirse, y s¨®lo el sector p¨²blico financiar¨¢ los reflotamientos. Los bancos-puente, p¨²blicos, deber¨¢n sanear los bancos en crisis, revendiendo los cr¨¦ditos a clientes solventes (o bien administr¨¢ndolos, con nuevos fondos, para no estrangular su financiaci¨®n, lo que agravar¨ªa la crisis) y aparcando los malos en una especie de sumidero.
"Burbuja financiera"
La inyecci¨®n de dinero p¨²blico irrita a la opini¨®n p¨²blica, que considera a la banca corresponsable -junto a las compa?¨ªas constructoras, frecuentemente vinculadas a ella- del encarecimiento de la vivienda en la ¨¦poca de la burbuja financiera, que pinch¨® a principios de los a?os noventa.Su desenlace ha supuesto, adem¨¢s, la devaluaci¨®n, en un 70%, de los pisos adquiridos antes: el comprador sigue pagando la misma hipoteca -cierto que a tipos de inter¨¦s todav¨ªa muy bajos- por algo que vale en realidad s¨®lo un tercio de su precio de adquisici¨®n.
Los ciudadanos tambi¨¦n est¨¢n molestos porque ignoran c¨®mo se plasmar¨¢n las promesas de que se exigir¨¢n responsabilidades (dimisiones) de los malos gestores bancarios, y, sin embargo, ya est¨¢ claro que el saneamiento se pagar¨¢ con sus impuestos, presentes o diferidos (presupuesto o bonos de d¨¦ficit). La crisis bancaria es uno de los principales cuellos de botella de la actual coyuntura recesiva japonesa. Ha generado una cadena de bancarrotas empresariales y desempleo, y ha provocado el racionamiento del cr¨¦dito a las peque?as y medianas empresas.
La cantidad de pr¨¦stamos oficialmente dudosos alcanza los 87,5 billones de yenes (81,5 billones de pesetas). Esa cifra no incluye los fallidos, que te¨®ricamente ya han sido provisionados por los bancos, a cargo de beneficios. El problema es que la definici¨®n de pr¨¦stamos dudosos es gen¨¦rica y ambigua. Son los que exhiben un "riesgo superior al normal". La indefinici¨®n posibilita las fantas¨ªas contables, algo con lo que los supervisores deben terminar, pero carecen de base normativa detallada y de experiencia de cuerpo, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con la Inspecci¨®n del Banco de Espa?a.
Los mecanismos no est¨¢n, pues, maduros, pero el dinero est¨¢ ya disponible. El Gobierno aprob¨® en febrero la disposici¨®n de 30 billones de yenes (entre presupuesto y bonos de apelaci¨®n al d¨¦ficit). De ellos, 17 son para evitar el p¨¢nico y el efecto ca¨ªda en fichas de domin¨®, garantizando todos los dep¨®sitos individuales y los cr¨¦ditos institucionales concedidos por un banco u otra entidad a los bancos con problemas.
De los 13 billones s¨®lo se han usado 1,8 billones, con un criterio sorprendente, el reparto igualitario. Las grandes entidades han recibido subvenciones casi exactas para reforzar su balance. Ni se premia a los buenos ni afloran los malos.
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