Prohibido hablar de dopaje
El problema del Tour 98, han decidido los protagonistas, es que la prensa est¨¢ m¨¢s atenta a reflejar en sus cr¨®nicas los asuntos turbios que nada tienen que ver con la carrera (investigaciones judiciales, detenciones policiales, la EPO y el dopaje en general) que a glosar las haza?as de los pedalistas. Es la conclusi¨®n m¨¢s inesperada de la reuni¨®n que a las 10 de la ma?ana mantuvieron ayer corredores (uno por equipo), directores, la organizaci¨®n del Tour y miembros de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI).La cumbre era la respuesta al intento de huelga de los ciclistas la v¨ªspera en Tarasc¨®n. Los corredores prometieron no volver a ser malos con el Tour, y, a cambio, la UCI levant¨® la amenaza de poner en marcha ya los anunciados controles de salud exhaustivos y la tarjeta sanitaria correspondiente. Con la ampulosidad propia del organismo que vicepreside (la UCI), el franc¨¦s Daniel Baal, anunci¨® que a finales de temporada tendr¨ªan lugar unos "estados generales del ciclismo", en los que se reunir¨¢n todas las partes implicadas (organizadores, patrocinadores, equipos y corredores) para sentar las bases del ciclismo del futuro a la luz de las ense?anzas extra¨ªdas del Tour m¨¢s tormentoso. "No hay motivos para que el Tour no siga", dijo Baal.
"?Qu¨¦ hab¨¦is decidido?", pregunt¨® un ciclista al representante de su equipo. "Que a partir de ahora s¨®lo podemos responder a la prensa a las preguntas puramente deportivas. No vamos a hablar de dopaje. Ni nosotros, ni directores, ni m¨¦dicos, ni masajistas, ni mec¨¢nicos, ni nadie". "?Y eso es todo?", le pregunt¨® incr¨¦dulo el corredor. Eso lo anunci¨® tambi¨¦n Baal: "El deporte debe recobrar el protagonismo".
La reuni¨®n reprodujo la relaci¨®n de fuerzas que se vio la v¨ªspera en la revuelta de Tarasc¨®n. Los directores mayoritarios, los que obligaron a sus corredores a tomar la salida, tomaron el mando despu¨¦s de dejar que la minor¨ªa (los espa?oles unidos: S¨¢iz y Ech¨¢varri llegaron con Marino Alonso y Jalabert en el mismo coche, uno del Banesto) les cantaran las cuatro verdades a la cara de Roger Legeay, el presidente de la asociaci¨®n de equipos, el hombre que puso en marcha la petici¨®n a la UCI de que empezara ya con los controles sanitarios. Pasado ese trago, Walter Godefroot, el director del Telekom, y Bjarne Riis, el ciclista que m¨¢s luch¨® para que la huelga no triunfara, llevaron el agua a su molino. "No podemos seguir aguantando esta situaci¨®n", dijo el director belga. Riis cont¨® c¨®mo una c¨¢mara de un canal de televisi¨®n est¨¢ enfocando todas las noches a la ventana de su habitaci¨®n, a la espera, sospechaba, de captarle realizando alg¨²n movimiento sospechoso en materia de dopaje. Tambi¨¦n recordaron c¨®mo algunos periodistas consideraban trabajo de investigaci¨®n el hurgar en la basura de los hoteles de los equipos. "Es inaguantable". Todos estuvieron de acuerdo. Los corredores m¨¢s comprometidos (Jalabert, Tchmil, Rodr¨ªguez) salieron tristes. "El problema es que estamos desunidos", dijo Tchmil.
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