El pelot¨®n corre en tierra de nadie
Garc¨ªa Acosta sum¨® su segunda escapada, pero perdi¨® el "sprint" final con Nardello
El pelot¨®n est¨¢ en tierra de nadie, en el m¨¢s amplio de los sentidos. Apenas se habla de la carrera, pero las etapas discurren a velocidad de v¨¦rtigo como si hubiera prisa por acabar cuanto antes. Es una sensaci¨®n extra?a en la que confluyen acciones igualmente fuera de lugar, como el ataque de Jalabert el jueves y una ef¨ªmera escapada de Leblanc ayer. De la rivalidad Ullrich-Pantani se habla poco, casi nada. Y el camino hacia los Alpes, en medio de un calor que llega a alcanzar los 40 grados, discurre sin grandes incidencias. Ayer estuvo a punto de ganar un espa?ol, Txente Garc¨ªa Acosta, el ¨²nico que ha logrado involucrarse en dos escapadas de las buenas. Le falt¨® un golpe de ri?¨®n y la victoria se la llev¨® el experto italiano Nardello.Camino de los Alpes, la carrera vive estancada: la competencia deportiva ha pasado a un segundo plano demasiados d¨ªas y el inter¨¦s por lo que sucede en la carretera es escaso. Levanta m¨¢s expectativas una revelaci¨®n del caso Festina o la proximidad de una expulsi¨®n del equipo TVM que las dificultades por las que atraviesa de vez en cuando el equipo Telekom. Porque es un comentario general dentro del pelot¨®n que el Telekom no es el mismo, que no gobierna con la misma autoridad de los dos ¨²ltimos a?os. Pero no se habla de ello. Por extensi¨®n se ha visto dubitativo a Ullrich en algunas acciones y eso ha elevado la cotizaci¨®n de Pantani. "Nunca lo tendr¨¢ mejor para ganar un Tour", lleg¨® a decir Jalabert a Manolo S¨¢iz refiri¨¦ndose al corredor italiano. Pero no se habla de ello.
Se habla de Pantani a media voz, porque se habla poco de ciclismo estos d¨ªas. Se habla de lo que puede llegar a pasar en los Alpes si hay un ataque a gran escala. Y se habla de un pelot¨®n desanimado por los esc¨¢ndalos. No hay esp¨ªritu combativo y mucha gente quiere irse a casa cuanto antes, dicen. Pero, extra?amente, el pelot¨®n devora kil¨®metros a toda velocidad, no importan los incidentes (el amago de huelga del viernes) ni el calor soberano de ayer. La velocidad media supera los 40 kil¨®metros por hora con cierta amplitud (43 por hora ayer) y el desgaste tiene que ser inevitable. ?Habr¨¢ batalla en los Pirineos? ?Habr¨¢ destrozos en el pelot¨®n? Nadie sabe c¨®mo acabar¨¢ este Tour, que abunda en malas vibraciones.
El tr¨¢mite de ayer se resolvi¨® por la v¨ªa de la escapada. Doce hombres que luego terminaron siendo seis. Y, entre ellos, un espa?ol, Garc¨ªa Acosta, un hombre llano y sin alardes que se est¨¢ convirtiendo en un excelente gregario para el Tour. Acosta, dado el pobre expediente del pelot¨®n espa?ol en estas semanas, tiene el indudable m¨¦rito de sumar dos escapadas con fortuna. Es posible que lo vuelva a intentar porque el hombre parece disfrutar en este Tour. Es de los pocos que disfrutan; todo lo contrario que Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez, que anda pajar¨®n d¨ªa tras d¨ªa desde los Pirineos. El jueves casi llega fuera de control y ayer volvi¨® a quedarse descolgado (perdi¨® 11.56 minutos). En condiciones normales habr¨ªa que apostar por su pr¨®xima retirada, pero a Jim¨¦nez se le ha colgado el cartel de corredor currorromerista. Es, y parece que lo seguir¨¢ siendo, una inc¨®gnita: lo mismo pasa de una p¨¢jara a una escapada en el mismo d¨ªa.
La jornada vivi¨® tambi¨¦n una escapada suicida del franc¨¦s Leblanc, sexto en la general, que salt¨® en solitario a 30 kil¨®metros de la meta cuando, muy por delante, iban los escapados a gran distancia. Leblanc, uno de los m¨¢s firmes partidarios de la huelga, oblig¨® a trabajar al Telekom, pero no obtuvo mayor satisfacci¨®n. Escapada extra?a donde las haya, lo que hace pensar que hay corredores que piden venganza, dado que el Telekom fue el primer equipo que rompi¨® el intento de huelga. As¨ª va el Tour camino de los Alpes. Mucho calor, mucha pol¨¦mica y poca chicha en la carretera. ?Habr¨¢ batalla en los Alpes? Nadie habla de ello.
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